Dengue, zika y chikungunya: claves para diferenciarlos del COVID-19

CORONAVIRUS · 12 AGOSTO, 2020 15:34

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Mariana Souquett y Shari Avendaño


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La fase exponencial de la transmisión de COVID-19 en Venezuela comenzó en paralelo con el período lluvioso. Pero con la llegada de las lluvias también aumentan los criaderos de mosquitos que transmiten el dengue y otras arbovirosis, como chikungunya y zika, que comparten algunos síntomas con la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

«Nosotros estamos padeciendo una pandemia con otros problemas de salud ya enraizados desde hace tiempo. El dengue es uno de ellos. Cuando vamos a diagnosticar la enfermedad por coronavirus, no debemos olvidar lo que se llama en medicina diagnósticos diferenciales», dice Juan Félix García, infectólogo pediatra del hospital J. M. de los Ríos y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela.

García explica que el dengue es una enfermedad febril que se incuba generalmente de 5 a 7 días. Después de la incubación empieza un primer proceso febril que está acompañado de una intensa cefalea (dolor de cabeza), dolores musculares, ojos rojos o con dolor. Además la piel adopta una «coloración camarón» por la erupción (eritrodermia). El infectólogo señala que existen cambios en los valores de laboratorio: hay una caída de los glóbulos blancos y una caída de plaquetas. También se elevan las transaminasas.

«El paciente adopta la postura de no querer hacer nada por el intenso decaimiento que le produce. Es una enfermedad bifásica: algunas veces el paciente después de los primeros dos o tres días presenta una mejoría que puede durar una unos días y, transcurridos esos días, viene una caída febril en la que aparecen otra vez la fiebre, el malestar y síntomas. A pesar de aparatosa, es una enfermedad en que la recuperación es buena», añade el especialista.

García explica que aunque el COVID-19 también es una enfermedad de transmisión aguda, se diferencia del dengue por sus síntomas respiratorios, pues inicialmente aparecen síntomas similares al resfriado. Añade que si el malestar se mantiene y empeora luego de tres días, es momento de llamar a su médico de confianza o de ir hasta un centro de salud.

«La enfermedad del coronavirus inicia como un proceso gripal: viene malestar, decaimiento, con pérdida de apetito y en algunos casos viene un cuadro diarreico. También hay pérdida del sentido del gusto y del olfato y por ahí uno le dice al paciente que si en casa no ha tenido mejoría, que vaya al médico. Si en casa empiezan a tener tos o dificultad respiratoria, no se queden en casa», indicó.

Una persona con dengue puede deshidratarse producto de una intensa fiebre, por lo que debe mantenerse hidratada y puede tomar solo acetaminofén como antipirético. Los casos más graves de dengue pueden implicar sangrado por la nariz o las encías, en vómitos o heces.

Para prevenir la enfermedad, es necesario actuar en contra del zancudo Aedes aegypti, conocido como zancudo patas blancas. Con las lluvias se empozan las aguas y sus criaderos aumentan. Luego propagan la enfermedad al picar a personas sanas luego de picar a personas contaminadas. Se recomienda evitar mantener agua empozada. Pero si tiene que recogerla, debe taparla e incluso puede clorarla, de acuerdo con García. Las personas también pueden usar mosquiteros y repelentes.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), hasta el 13 de junio de 2020, Venezuela había reportado 3.406 casos de dengue, de los cuales 172 habían sido confirmados por laboratorio, 13 eran casos de dengue grave y siete personas habían fallecido.

Aunque las cifras muestran una disminución del 32% en comparación con el mismo período en 2019, la tasa de letalidad es superior a la reportada por la subregión Andina (0,055 %) y a la tasa de la región de Las Américas (0,036 %). En ese contexto, la agencia llama a fortalecer las medidas de preparación y respuesta para el manejo de casos y vectores, diagnóstico de laboratorio y comunicación de riesgos, al igual que reforzar las estrategias comunitarias orientadas a medidas de prevención y control.

«¿Qué es lo que tengo?»

Si bien hay algunos síntomas que se pueden confundir, la COVID-19, el zika y el chikungunya tienen características que los diferencian más allá de las manifestaciones clínicas. Las tres enfermedades tienen en común la fiebre, los dolores, el cansancio y, en ocasiones, erupciones cutáneas. La conjuntivitis también se puede presentar en el caso del zika y la COVID-19.

Pero a diferencia del chikungunya y el zika, una persona con COVID-19 presenta tos seca, diarrea o vómitos, pérdida del gusto o del olfato, el dolor de garganta (este último es poco frecuente) y, si la enfermedad avanza, dificultad para respirar.

Otra diferencia importante entre las enfermedades es la vía de transmisión. El chikungunya y el zika también se producen por la picadura de un mosquito Aedes aepypti infectado, mientras que el nuevo coronavirus se transmite por contacto con las gotículas que expelen las personas contagiadas al hablar, respirar o toser. Por esta razón, la OMS recomienda a las personas que viven en zonas endémicas buscar ayuda médica si presentan síntomas como fiebre, que es común en el dengue, zika, chikungunya y COVID-19.

Cada una de estas enfermedades ha tenido su mayor cantidad de contagios en períodos distintos. Según datos de la OMS, los brotes más importantes de zika se dieron entre los años 2007 y 2015, los de chikungunya se registraron entre 2005 y 2017 y los del nuevo coronavirus solo a partir del 2019.

Buscar ayuda médica

El último elemento diferenciador es el período de incubación de la enfermedad hasta que aparecen los síntomas. Las primeras manifestaciones de COVID-19 suelen aparecer cinco o seis días después del contagio, aunque puede variar hasta 14 días. El chikungunya tarda entre cuatro a ocho días después de la picadura. En el caso del zika, no se especifica este lapso. Lo que sí indica la OMS es que los síntomas permanecen en el cuerpo entre dos y siete días.

Para el infectólogo y asesor en materia de Salud para la Asamblea Nacional, el doctor Julio Castro, es recomendable que las personas busquen asesoría médica si pasan más de cuatro días con síntomas como malestar, fiebre y dolor de garganta. Para consultas telefónicas, aconsejó los servicios de SOS Telemedicina y Venemergencia.

“Si en algún momento tiene dificultad respiratoria, ése es el signo cardinal. La dificultad respiratoria puede tener distintos nombres: sensación de opresión en el pecho, me canso rápido, tengo una sensación de desvanecimiento cuando hago actividad física (…). Ése es el momento en el que debe ir al hospital”, aclaró Castro en entrevista con Efecto Cocuyo en Con La Luz (minuto 27).

CORONAVIRUS · 12 AGOSTO, 2020

Dengue, zika y chikungunya: claves para diferenciarlos del COVID-19

Texto por Mariana Souquett y Shari Avendaño

La fase exponencial de la transmisión de COVID-19 en Venezuela comenzó en paralelo con el período lluvioso. Pero con la llegada de las lluvias también aumentan los criaderos de mosquitos que transmiten el dengue y otras arbovirosis, como chikungunya y zika, que comparten algunos síntomas con la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

«Nosotros estamos padeciendo una pandemia con otros problemas de salud ya enraizados desde hace tiempo. El dengue es uno de ellos. Cuando vamos a diagnosticar la enfermedad por coronavirus, no debemos olvidar lo que se llama en medicina diagnósticos diferenciales», dice Juan Félix García, infectólogo pediatra del hospital J. M. de los Ríos y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela.

García explica que el dengue es una enfermedad febril que se incuba generalmente de 5 a 7 días. Después de la incubación empieza un primer proceso febril que está acompañado de una intensa cefalea (dolor de cabeza), dolores musculares, ojos rojos o con dolor. Además la piel adopta una «coloración camarón» por la erupción (eritrodermia). El infectólogo señala que existen cambios en los valores de laboratorio: hay una caída de los glóbulos blancos y una caída de plaquetas. También se elevan las transaminasas.

«El paciente adopta la postura de no querer hacer nada por el intenso decaimiento que le produce. Es una enfermedad bifásica: algunas veces el paciente después de los primeros dos o tres días presenta una mejoría que puede durar una unos días y, transcurridos esos días, viene una caída febril en la que aparecen otra vez la fiebre, el malestar y síntomas. A pesar de aparatosa, es una enfermedad en que la recuperación es buena», añade el especialista.

García explica que aunque el COVID-19 también es una enfermedad de transmisión aguda, se diferencia del dengue por sus síntomas respiratorios, pues inicialmente aparecen síntomas similares al resfriado. Añade que si el malestar se mantiene y empeora luego de tres días, es momento de llamar a su médico de confianza o de ir hasta un centro de salud.

«La enfermedad del coronavirus inicia como un proceso gripal: viene malestar, decaimiento, con pérdida de apetito y en algunos casos viene un cuadro diarreico. También hay pérdida del sentido del gusto y del olfato y por ahí uno le dice al paciente que si en casa no ha tenido mejoría, que vaya al médico. Si en casa empiezan a tener tos o dificultad respiratoria, no se queden en casa», indicó.

Una persona con dengue puede deshidratarse producto de una intensa fiebre, por lo que debe mantenerse hidratada y puede tomar solo acetaminofén como antipirético. Los casos más graves de dengue pueden implicar sangrado por la nariz o las encías, en vómitos o heces.

Para prevenir la enfermedad, es necesario actuar en contra del zancudo Aedes aegypti, conocido como zancudo patas blancas. Con las lluvias se empozan las aguas y sus criaderos aumentan. Luego propagan la enfermedad al picar a personas sanas luego de picar a personas contaminadas. Se recomienda evitar mantener agua empozada. Pero si tiene que recogerla, debe taparla e incluso puede clorarla, de acuerdo con García. Las personas también pueden usar mosquiteros y repelentes.

Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), hasta el 13 de junio de 2020, Venezuela había reportado 3.406 casos de dengue, de los cuales 172 habían sido confirmados por laboratorio, 13 eran casos de dengue grave y siete personas habían fallecido.

Aunque las cifras muestran una disminución del 32% en comparación con el mismo período en 2019, la tasa de letalidad es superior a la reportada por la subregión Andina (0,055 %) y a la tasa de la región de Las Américas (0,036 %). En ese contexto, la agencia llama a fortalecer las medidas de preparación y respuesta para el manejo de casos y vectores, diagnóstico de laboratorio y comunicación de riesgos, al igual que reforzar las estrategias comunitarias orientadas a medidas de prevención y control.

«¿Qué es lo que tengo?»

Si bien hay algunos síntomas que se pueden confundir, la COVID-19, el zika y el chikungunya tienen características que los diferencian más allá de las manifestaciones clínicas. Las tres enfermedades tienen en común la fiebre, los dolores, el cansancio y, en ocasiones, erupciones cutáneas. La conjuntivitis también se puede presentar en el caso del zika y la COVID-19.

Pero a diferencia del chikungunya y el zika, una persona con COVID-19 presenta tos seca, diarrea o vómitos, pérdida del gusto o del olfato, el dolor de garganta (este último es poco frecuente) y, si la enfermedad avanza, dificultad para respirar.

Otra diferencia importante entre las enfermedades es la vía de transmisión. El chikungunya y el zika también se producen por la picadura de un mosquito Aedes aepypti infectado, mientras que el nuevo coronavirus se transmite por contacto con las gotículas que expelen las personas contagiadas al hablar, respirar o toser. Por esta razón, la OMS recomienda a las personas que viven en zonas endémicas buscar ayuda médica si presentan síntomas como fiebre, que es común en el dengue, zika, chikungunya y COVID-19.

Cada una de estas enfermedades ha tenido su mayor cantidad de contagios en períodos distintos. Según datos de la OMS, los brotes más importantes de zika se dieron entre los años 2007 y 2015, los de chikungunya se registraron entre 2005 y 2017 y los del nuevo coronavirus solo a partir del 2019.

Buscar ayuda médica

El último elemento diferenciador es el período de incubación de la enfermedad hasta que aparecen los síntomas. Las primeras manifestaciones de COVID-19 suelen aparecer cinco o seis días después del contagio, aunque puede variar hasta 14 días. El chikungunya tarda entre cuatro a ocho días después de la picadura. En el caso del zika, no se especifica este lapso. Lo que sí indica la OMS es que los síntomas permanecen en el cuerpo entre dos y siete días.

Para el infectólogo y asesor en materia de Salud para la Asamblea Nacional, el doctor Julio Castro, es recomendable que las personas busquen asesoría médica si pasan más de cuatro días con síntomas como malestar, fiebre y dolor de garganta. Para consultas telefónicas, aconsejó los servicios de SOS Telemedicina y Venemergencia.

“Si en algún momento tiene dificultad respiratoria, ése es el signo cardinal. La dificultad respiratoria puede tener distintos nombres: sensación de opresión en el pecho, me canso rápido, tengo una sensación de desvanecimiento cuando hago actividad física (…). Ése es el momento en el que debe ir al hospital”, aclaró Castro en entrevista con Efecto Cocuyo en Con La Luz (minuto 27).