Las enfermeras no pueden cuidar ni siquiera de sus propios enfermos. Con el sueldo que devengan cada quincena, las trabajadoras del sector salud difícilmente pueden costear algún tratamiento para sus familiares.
No importa si se trata de una tos o de una enfermedad crónica, el bolsillo no aguanta. Es por esta razón que el gremio se mantiene en paro desde hace 22 días para exigir salarios dignos.
A Joanna Romero, enfermera del hospital de niños J.M. de los Ríos, le sirvieron de poco los 600 mil bolívares que cobró en la última quincena de junio. Su hermana gemela sufre una parálisis cerebral y necesita tomar Carbamazepina para prevenir las convulsiones. “Eso (el medicamento) no se consigue y, si lo consigo, entonces cuesta 5 millones de bolívares por 10 pastillitas”, indica la joven.
Hace cinco meses Joanna mandó a comprar en Colombia el tratamiento para el primer semestre del año. No salió barato, pero no iba a asumir el riesgo de dejar a su pariente sin el fármaco. “El año pasado mi hermana casi se me muere por no tener su medicina. Ahora lo estamos comprando al precio que sea”, afirma.
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Esa vez, recuerda, tuvo que trabajar turnos extra y cuidar a otros pacientes privados para poder pagar el tratamiento. Ahora Joanna vende café por Santa Teresa del Tuy, donde reside, para “redondearse” su sueldo en el J.M. de los Ríos.
A su hermana aún le queda un mes de tratamiento, pero no deja de pensar en el momento en el que se tome su última pastilla y deba volver a adquirir la Carbamazepina. “He pensado en irme del país para poder ayudarla. La ayudo más afuera que estando aquí adentro”, explica Joanna, quien no ve otra opción que migrar para poder suministrarle el anticonvulsivo a su hermana.
Joanna no es la única que vive una situación como esta. Este lunes, 16 de julio, Cristina García participó en la huelga de las enfermeras para exigir sueldos dignos y la dotación de insumos a los hospitales.
Con el sueldo que gana como enfermera, profesión que ha ejercido desde hace 10 años, dice que ni siquiera puede comprarse una pastilla para el dolor de cabeza.
“Con mi sueldo no puedo ni comprar un antialérgico para mi hijo. Hace cuatro meses fui a la farmacia para comprar un jarabe para ellos, que sufren de mucha tos. Cuando vi el precio me eché a reír. La caja del jarabe costaba 1.100.000 bolívares y yo para ese momento cobraba 300 mil en mi quincena”, recuerda Cristina.
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Agrega que los bajos sueldos “hicieron huir” a las colegas que entraron con ella a trabajar en el hospital de niños en octubre del año pasado. “Cuando yo entré, mi grupo era de 79 enfermeras. Ahora quedamos 10 nada más”, lamenta.
Mirba Manrique solía ayudar a su hermana, que vive en el estado Sucre, a pagar sus medicamentos. Su pariente padece un trastorno neurológico y, desde hace cuatro años, Mirba ayuda desde Caracas a hacerse cargo de su hermana.
Sin embargo, los 600 mil bolívares que cobra cada quincena se quedaron cortos ante los 1.500.000 bolívares que marca el Fenobarbital, tratamiento para las convulsiones, entre los revendedores. “Lo que ganamos no nos sirve de nada”, afirma.
Tres semanas de huelga
El sector salud se mantiene paralizado desde el pasado lunes, 25 de junio, para exigir salarios dignos. Pese a que fueron las enfermeras las que empezaron la huelga, de a poco se han ido sumando médicos, personal obrero y personal administrativo de la red pública a las protestas.
Este lunes, 16 de julio, el gremio cumplió 22 días en paro. El Colegio de Enfermeros de Caracas aseguró que el sector se mantendrá en huelga hasta tanto reciba una respuesta del Gobierno y dijo que las enfermeras siguen en conversaciones para movilizarse hasta el palacio de Miraflores ante el silencio de las autoridades.