Agrega la Acfiman que esos prospectos de origen cubano tampoco han sido autorizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni por la agencia reguladora venezolana, el Instituto Nacional de Higiene u algún otro organismo normalizador independiente.
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«Por lo tanto, la aplicación de estos prototipos vacunales en la población venezolana es un proceso experimental, para el cual se requiere del consentimiento, en el caso de los niños de sus padres o representantes, previa explicación y justificación de razones y riesgos», indicó el ente científico.
La Academia Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales exhortó además a las autoridades encargadas de la salud en Venezuela que se consideren las vacunas ya inoculadas a los otro sectores de la población, que ya cuentan con el aval de diversas voces especializada en Venezuela y otros países.