En el más reciente Consejo Universitario de la Universidad de Oriente (UDO), la rectora Milena Bravo presentó cifras sobre la deserción estudiantil en la casa de estudios, que calculan entre 37 y 40%, al comparar la cantidad de estudiantes inscritos que tenían en 2016, respecto a los alumnos registrados en el año académico vigente 2017-2018.

Bravo precisó a Efecto Cocuyo que esta problemática se agudiza en los núcleos de los estados Monagas y Sucre, (sedes de Carúpano y Cumaná) donde hubo una reducción de 3 mil 872 y 3 mil 109 estudiantes, respectivamente, en el período mencionado.

“Nos entristece que esto esté ocurriendo en una universidad que tiene prestigio y que sigue preparando a un importante caudal del talento venezolano“, señaló la rectora.

Autoridades de la UDO están procesando la data sobre cuántos profesores se han retirado de la institución. Sin embargo, Bravo adelantó que cálculos iniciales arrojaron que hay un 25% de deserción de estos profesionales.  “Hay núcleos como el de Nueva Esparta donde yo firmo entre cinco y seis renuncias semanalmente“, indicó.

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La rectora explicó que muchos de los docentes que se han ido de la universidad son de los más preparados. “El problema es que aquí no se quiere reconocer la valía académica de un profesor universitario… ¿cómo les puedes decir que no se vayan cuando en otras latitudes está siendo más apreciado que en su propio país?”, se preguntó.

Rezago en la formación

Bravo manifestó su preocupación por cómo la crisis afecta a las instituciones de educación superior y consideró que el Gobierno debe darse cuenta pronto de que un país sin educación es un país sin desarrollo.

“Tenemos una década sufriendo no poder asistir a los congresos, la no participación de nuestros investigadores en igualdad de condiciones con sus pares… la universidad dejó de preparar el recurso humano“, opinó.

Lamentó la imposibilidad de actualizar las bibliotecas o suscribirse a revistas científicas indexadas que son fundamentales para los investigadores. “Teníamos los medios necesarios para, por ejemplo, mandar a los estudiantes de medicina a la actividad rural, eso ya no lo podemos hacer y eso va en detrimento de la preparación”, expresó.

La universidad, además, también se ve afectada por la inseguridad en sus distintas sedes. Los vigilantes temen trabajar de noche por temor a los delincuentes y, pese a las solicitudes de las autoridades de la UDO, los cuerpos de seguridad del Estado no prestan apoyo para patrullaje en los alrededores de los campus.

Recursos limitados

La rectora criticó que el Gobierno nacional ha centralizado el suministro de insumos para garantizar servicios como transporte y comedor. Indicó que recientemente la decana del núcleo de Bolívar le informó que tenía comida “para tres días”, porque el Ministerio de Educación Universitaria aún no entrega los productos cárnicos.

Bravo insistió en que el Ejecutivo debería enfocarse en enviar el presupuesto suficiente a las universidades y dejar que las casas de estudio lo administren y tengan un margen suficiente para planificar, tal como establece la ley. Para 2018 el Gobierno solo otorgó a la UDO el 11,6% del presupuesto solicitado.

Aún así, la docente insiste en que la universidad no desmaya. Afirmó que han dado “el máximo” que han podido dentro de la crisis. El próximo 26 de abril graduarán a 890 nuevos profesionales.

Foto: Nueva Prensa de Oriente

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