CAR01. CARACAS (VENEZUELA), 29/04/2017 - Familiares y compañeros de estudio de Juan Pablo Pernalete Llovera, de 20 años, quien falleció en medio de las protestas antigubernamental que se desarrollaron en Caracas (Venezuela), asisten a su entierro hoy, sábado 29 de abril de 2017. EFE/MIGUEL GUTIERREZ

“Hermano, amigo, hijo y talento”, rezaban las franelas que vistieron los familiares de Juan Pablo Pernalete para su funeral. En el medio de la sudadera blanca estaba la foto del joven, la misma que difundieron en las redes sociales para dar la mala noticia. Dos banderas cubrían el féretro de madera donde estaba el cuerpo del estudiante de 20 años: La de su alma máter, la Universidad Metropolitana, arropaba la urna por completo; la de Venezuela fue puesta a la altura de su cabeza.

A Juan Pablo Pernalete lo lloraron el miércoles 26 de abril en Salud Chacao, luego de que el alcalde del municipio, Ramón Muchacho, informara su muerte. También lo lloraron el jueves bajo el pleno sol de mediodía en la universidad y en una caminata de 10 kilómetros hasta Altamira para rendirle homenaje. El viernes las lágrimas seguían brotando en el velorio. El llanto tampoco paró este sábado, 29 de abril, cuando lo enterraron en el Cementerio del Este.

El estudiante de Contaduría murió en las inmediaciones de la Torre Británica, en Altamira, luego de que una bomba lacrimógena lo impactara en el pecho cuando manifestaba. El impacto fue tan fuerte que lo mató de golpe. Un hematoma a la altura del corazón lo certifica. En su desespero por salvarlo, los médicos de Salud Chacao intentaron reanimarlo durante 40 minutos. Ni por ser veinteañero ni deportista de toda la vida pudo sobrevivir a los efectos de la represión.

Las medallas y los trofeos de torneos de baloncesto jugados en el bachillerato adornaban la capilla del cementerio. Eran decenas, tantas que hubo para regalar. Amarillo, azul y rojo eran los colores de las cintas que sostenían el esfuerzo de jugar cada cuarto en la cancha. Las flores, las fotos con el equipo y las pelotas de baloncesto tampoco se separaron de la urna.

A Juan Pablo Pernalete lo lloraron todos, incluso quienes no lo conocían. Diputados como Miguel Pizarro, Tomás Guanipa y Freddy Guevara asistieron al sepelio. También fue el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges. Al gobernador de Miranda, Henrique Capriles, le regalaron una medalla de un partido disputado en 2013, y el alcalde del municipio Sucre, Carlos Ocariz, firmó una de tantas pelotas.

El rector de la Unimet, Benjamín Scharifker, estuvo ahí. Jugadores de baloncesto de distintos clubes también asistieron para despedirse de su antiguo rival. Incluso la madre de Bassil Da Costa, Jenneth Frías, abrazó a la mamá de Juan Pernalete, Elvira Llovera. Ambas madres de jóvenes muertos en medio de protestas, ambos veinteañeros.

Entre aplausos salió el féretro de la capilla del Cementerio del Este. Los amigos de Juan Pablo cargaban sobre sus hombros el peso de su muerte. “Juan Pablo somos todos”, “Libertad” y “Justicia”, exclamaron familiares, dirigentes, compañeros, deportistas y estudiantes de todas las universidades cuando enterraron al joven.

Foto: EFE

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