Entre finales de 2015 y comienzos de 2016 se empezaron a registrar casos de zika en el Hospital Central de San Cristóbal, el principal centro de salud pública del estado Táchira. Los primeros seis meses de este año, este virus fue la primera enfermedad en las estadísticas, al superar al dengue y al chikunguya, también bastante extendidas durante esos meses.

Entre todos los casos denunciados hubo 79 de mujeres embarazadas. Las pruebas de todas se enviaron al Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, único organismo en el país donde se hacen los exámenes para determinar si es realmente zika. El doctor Douglas Borjas, epidemiólogo del centro, no recibió respuesta de ninguno.

Pero el tiempo pasó. Para ese hospital la relación entre zika y microcefalia trascendió los ensayos y estudios científicos y se convirtió en una realidad: en un centro de salud donde no se contabilizó ni un caso de microcefalia en 2015, se registraron cuatro bebés con microcefalia en los últimos meses. 

Los cuatro bebés siguen vivos y bajo observación de neurólogos del hospital, pero Borjas denuncia la improvisación con la que ha tenido que tratarlos. “El Ministerio solo ha dicho que los contemos”, exclamó el galeno. Sin embargo, ni siquiera tienen las herramientas idóneas para contabilizar los casos.

“Básicamente yo tuve que idearme unas fichas para contabilizarlos. Las ideé buscando los casos, haciendo seguimiento a las madres, anotando en qué fecha del embarazo denunciaron el zika“, explicó Borjas.

No es solo el trastorno neurológico vinculado a la microcefalia que han registrado en ese centro de salud. También hubo un caso de anencefalia en un bebé que no logró sobrevivir. La anencefalia es una de las anomalías del tubo neural que provoca la ausencia de una gran parte del cerebro y del cráneo. La mamá de este bebé también fue procesada como un caso de zika durante la gestación, pero sin los resultados de su prueba no se puede confirmar.

A Borjas le preocupa la cantidad de bebés con microcefalia que nacerán en el país próximamente, puesto que ya se están cumpliendo nueve meses de la “época pico” del zika en el país. Según cálculos del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV) en el país nacerán entre 300 y 400 bebés con microcefalia en el país este año, 10 veces más que en años anteriores. 

“Deberían hacerse coordinaciones para la atención de esos niños, que van a tener problemas de desarrollo“, dijo Borjas, refiriéndose a centros que realicen terapias para ayudar con el progreso de los infantes afectados. Para la microcefalia no hay tratamiento, pero puede ser tratada con estas fisioterapias y rehabilitaciones que, aunque se consiguen, cuestan aproximadamente Bs 4.000 por sesión. 

</div>