Eran las dos de la tarde y por tercera vez en el día manifestantes opositores intentaban llegar al Palacio Federal Legislativo. Esta vez lo hicieron por la autopista Francisco Fajardo. El cielo despejado por sol caraqueño de abril, se llenó de bombas lacrimógenas que llovían desde los disparadores de los efectivos de la Policía Nacional, atrincherados detrás de El Elefante, un vehículo blindado para el control del orden público. A pesar del aguacero de  bombas lacrimógenas, las ganas de llegar a la sede del Legislativo eran más fuertes que el olor a gas.

“¡Nojoda allí está Capriles! Así es con el pueblo”, gritaban enardecidas un grupo de mujeres.

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Henrique Capriles Radonski, Lilian Tintori, Miguel Pizarro, José Manuel Olivares, Freddy Guevara, Gaby Arellano, Juan Andrés Mejía, entre otros líderes de los partidos opositores, acompañaban a los manifestantes. Desde uno de los puentes  de la autopista Francisco Fajardo, a la altura de  Bello Monte, cientos de personas gritaron: “vamos pa la Asamblea,  nojoda eso es nuestro”.

A las 2:00 de la tarde la movilización se dirigía hacía Plaza Venezuela. El Elefante les cerraba el paso. Entonces,  un grupo de manifestantes comenzó a colocarse capuchas y a agarrar piedras para enfrentarse con los efectivos de seguridad.

“Aquí no queremos encapuchados ni molotov, esta es una marcha pacífica, quienes enfrentan la dictadura no tienen que tener miedo de tener el rostro descubierto”, decía por un altavoz un activista que vestía de naranja.

Cerca del  Supermercado Bicentenario de Plaza Venezuela se preparaban los efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) para reprimir.

Apenas las bombas lacrimógenas caían en el suelo,  un grupo de manifestantes las tomaban, y las devolvía hacia los policías, lo que hacía que los efectivos dispararán más.

Un exhausto Freddy Guevara, declaraba ante las cámaras, con la cara llena de crema dental: “nosotros tenemos más convicción e idea para aguantar, hay que plantear consistencia, paciencia pero firmeza, estamos en primera persona dándole el apoyo al pueblo”, dijo antes que una ráfaga de bombas lacrimógenas saboteara su intervención.

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“No corran, no corran”, gritaba el diputado José Manuel Olivares, “Aquí tenemos que quedarnos en la lucha pacífica”, dijo el parlamentario.

Desde los edificios que están alrededor de la autopista tocaban cacerolas en apoyo a los manifestantes.

“Así es que provoca salir, los políticos tienen que estar aquí tragando bomba y recibiendo perdigones con nosotros” comentaron unos jóvenes en la manifestación, luego de que Lilian Tintori, responsabilizara al presidente Nicolás Maduro de lo que les pudiera suceder a los opositores.

Luego de ser reprimida la manifestación los opositores se devolvían corriendo hacia Bello Monte, a la altura de Ciudad Banesco una joven estudiante de la Universidad Central de Venezuela (UCV), se desmayó tras haberse asfixiado por lo gases disparados por la PNB.

Aproximadamente 50 manifestantes prefirieron lanzarse por uno de los tramos de la autopista, y refugiarse en edificios, la policía retiraba los restos de piedras de las barricadas, mientras que los opositores se enfrentaban con piedras contra algunos de los uniformados.

El gobernador Capriles Radonski, que estuvo desde el comienzo de la movilización hasta el final, conversaba con los manifestantes: “Esta lucha es todos los días” y  advirtió que las movilizaciones iban a continuar.

Luego de tres horas de escarceos, los opositores quedaron en espera de las instrucciones que haría la dirigencia.  Un grupo de jóvenes se dirigía a Chacao con la intención de continuar la manifestación, aunque luego se dispersaron.

La tercera no fue la vencida. Los opositores tampoco pudieron llegar esta vez a la Asamblea.

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Fotografía: Miguel Rodríguez Drescher y Reynaldo Mozo

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