Revive el fantasma del fraude en la elección del 14A

POLÍTICA · 22 ABRIL, 2015 05:41

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Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes


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capitán de corbeta Leamsy Salazar  acerca de los comicios presidenciales  del 14 de abril de 2013 reabre las dudas sobre si aquella vez hubo fraude electoral y en consecuencia a Henrique Capriles le robaron la victoria. La discusión se nutre de las irregularidades y debilidades del proceso electoral que fueron detectadas y denunciadas en su momento. Si bien hay evidencias del uso inadecuado de los recursos del Estado para favorecer al candidato del gobierno, así como de las incidencias de voto asistido, el manejo de la maquinaria chavista para arrear votos,  la doble votación y la falta depuración del Registro Electoral, todo refrendado por organizaciones como el Centro Carter,  que hizo seguimiento al evento del14A  y sus incidencias;  las pruebas irrefutables de una supuesta trampa,  donde quieran que estuviesen, permanecen a resguardo, aunque las dudas afloran por doquier, especialmente en una elección cuya diferencia fue de menos de 2%. De acuerdo con el CNE, Nicolás Maduro ganó con  7.587.579 votos ( 50,61%) frente a Henrique Capriles que obtuvo 7.363.980 votos (49,12%). El propio presidente Maduro, durante su discurso de victoria, pidió que se abrieran las urnas para verificar que había ganado. Su intención fue rectificada, una vez que se le indicara desde el organismo electoral, que lo que correspondía era una auditoría técnica y no un recuento de votos. Los mitos y realidades sobre el 14A De acuerdo con Emili J. Blasco, periodista del diario español ABC, Salazar, el capitán de corbeta que se declaró testigo protegido de la DEA y que huyó en diciembre de 2014 a Estados Unidos junto a su esposa, hizo una serie de revelaciones, que llevaron al periodista escribir un capítulo de su recién publicado libro: Bumerán Chávez, los fraudes que llevaron al colapso a Venezuela. Un extracto de ese texto, bajo el titulo Dirigentes chavistas añadieron votos falsos para «robar las elecciones« en 2013, fue publicado el pasado lunes en las páginas de ABC.  En el se indica lo siguiente: “Las computadoras secretas de los chavistas lo indicaban bien claro. A las seis de tarde, la hora en que el 14 de abril de 2013 debían cerrar los centros electorales en Venezuela, las presidenciales las había ganado Henrique Capriles Radonski. Suya era la banda tricolor que, no obstante, al final de un proceso amañado, se acabaría poniendo Nicolás Maduro. Un sistema informático paralelo al oficial permitía al chavismo saber en tiempo real a lo largo del día la evolución del voto, así como el número de votos falsos que debía producir para girar el resultado…” A las  diez de la mañana, Diosdado Cabello se personó en la sede del Ayuntamiento de Caracas, en el municipio Libertador. El número dos del régimen acudió con su jefe de seguridad, Leamsy Salazar. Ambos subieron a la planta del despacho del alcalde y se encaminaron a una dependencia próxima. Allí se había instalado una sala de seguimiento informático electoral considerada «top secret». De acceso absolutamente restringido, en ella se dieron cita Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, y Jorge Rodríguez, alcalde caraqueño y gran mago del engaño electoral chavista. En la sala, dispuestos en forma de U, había veinticuatro monitores, uno por cada estado venezolano, más uno central que totalizaba los datos de todo el país. Testigo ya de unos cuantos secretos del chavismo, Salazar se dio cuenta desde el primer instante de lo irregular de la situación: en las pantallas estaban apareciendo los votos que iban logrando Capriles y Maduro. Eso ni siquiera podía conocerlo el CNE, dado que las máquinas electrónicas de votación solo se conectaban en red al final para transmitir los resultados…” «Maldita sea, ¿vamos a permitir que esta mierda de elecciones las gane este “marico” el coño de Capriles?», preguntó Cabello. Salazar cuenta que entonces los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hicieron una reunión de urgencia, a la que luego se sumó el vicepresidente Jorge Arreaza. Hacia las cuatro de la tarde Capriles seguía arriba, según nuestro testigo, por 220.000 votos… «Es cuando ese día se cayó el sistema de internet. Al poco salió en público Arreaza anunciando que había habido un problema con internet y que se estaba arreglando. Cuando se restituyó el servicio las pantallas de las computadoras comenzaron a revertir la situación: iban llegando más votos para Maduro». El clima cambió en la sala y los jerarcas chavistas empezaron a reírse cínicamente. «Estabas cagado, ¿verdad?«. Blasco agrega que la prórroga del proceso electoral ( no hubo tal pero tampoco se declaró cerrada la votación a las 6 pm) dieron el tiempo necesario para que el chavismo revirtiera la situación a través del arreo de votos. “El robo electoral fue confirmado confidencialmente a Estados Unidos por algunos de los principales dirigentes chavistas. Desaparecido Chávez, algunos comenzaron a entablar contactos indirectos para limpiar su pasado. Emisarios de Cabello y del nuevo ministro de Interior y Justicia, el general Miguel Rodríguez Torres, reconocieron lo que todo el mundo sospechaba. «-Vale, es verdad. Añadimos trescientos cincuenta mil votos. Las estaciones uno, dos y tres de los centros electorales estaban operados por gente nuestra. -Capriles nos quitó novecientos mil votos, y habrían llegado a ser dos millones si no llega a haber voto asistido y los demás procedimientos”. ¿Qué tan factible es lo narrado por Blasco? Sobre lo atribuido a Salazar, Efecto Cocuyo consultó fuentes acreditadas que si bien descartan que en tiempo real se pueda saber cómo va la votación, explican que si es posible inferir cómo marcha tal proceso, al cruzar datos de distintas procedencias. Además, no se confirma la posibilidad de un fraude electrónico, ya que  el voto emitido es el contabilizado. Lo que es muy factible, tal como lo han detectado veedores del proceso es  la movilización de electores ( especialmente en centros donde no haya testigos opositores), la detección de las tendencias- a través de varias tácticas y la doble votación, ya que pese a las captahuellas y al Sistema de Información al Elector no existe la garantía de un elector, un voto. Con toda la información de la que puede hacer acopio la llamada maquinaria roja es  muy posible  la movilización de electores por parte del chavismo para contrarrestar las tendencias detectadas. «A través de la observación en horas de la tarde, se pudo evidenciar que 15,1 % de los centros de votación observados, algunos votantes estaban siendo movilizados con el uso de recursos públicos, los cuales pertenecen en su gran mayoría a gobernaciones o alcaldías controladas por el PSUV y aliados, igualmente, aunque en menor grado al Gobierno Nacional…» reporta en su informe  el Observatorio Electoral Venezolano, acreditado por el CNE para observar las elecciones del 14A. El periodista Eugenio Martínez afirma  que es imposible saber en tiempo real (durante la  jornada electoral) la totalización de votos, lo que si es posible inferir tendencias en función de la información que se recopila en los puntos rojos y en el SIE. Martínez enfatiza que es posible que haya doble votación y asegura que el CNE detectó en su auditoría de huellas detectó 277 casos de personas que votaron en más de una ocasión (en abril de  2013), pero nunca se iniciaron procedimientos legales contra esos ciudadanos por cometer un delito. No queda claro qué quiere decir Blasco con “Votos falsos” . Todo indica que los votos escrutados han sido ejecutados. Es decir, sea que haya habido doble votación, operación galope, los votos son verdaderos. .¿Cómo lo hacen? En el reportaje La millonaria inteligencia del chavismo  publicado por el diario El Nacional,  se da cuenta de la maquinaria roja que maneja el Frente Francisco de Miranda, el día de las elecciones y cómo funciona. “Manejan sistemas informáticos y de telecomunicación para movilizar electores en tiempo real a puntos donde lo requieran; identifican y registran votantes en más de 180 parroquias y 3.700 centros de votación priorizados; cruzan la data de las misiones sociales con el Registro Electoral para garantizar la presencia de los beneficiarios en las urnas; envían militantes como testigos y miembros de mesa a centros electorales clave; forman agitadores políticos en comunidades populares, y desarrollan contactos y coordinaciones con otras instituciones clave del Estado, entre las que está el Consejo Nacional Electoral”. Agrega El Nacional que hay una plataforma comúnmente conocida como Sistema Electoral que se activa en las jornadas comiciales. “La herramienta informática recibe los reportes enviados por los miembros de la organización a través de mensajería de texto. El propósito principal es monitorear los comicios e identificar a cuáles centros de votación deben ser desplazados los militantes del chavismo que no hayan acudido a las urnas”. Según el reportaje, el  conocimiento de las tendencias de votación se desprende esencialmente de la información que recogen en los puntos rojos que se despliegan cerca de los colegios electorales. Los cuadros del PSUV utilizan esos kioscos para revisar las listas 1×10 de simpatizantes que sufragaron y reportaron su voto. El cotejo de esos datos con los de participación permite proyectar cuántos sufragios han sido favorables, cuántos contrarios y cuántos se necesitan para ganar. La sala electoral -la cual suele instalarse en el Ministerio de Comunas, según los informes obtenidos- centraliza los reportes y envía las instrucciones para la movilización que se ejecutan básicamente a través de operadores telefónicos. Esa fue una maniobra que se puso en práctica en un momento crucial: las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril. Las fuentes le atribuyen un valor decisivo a la operación. A las 2:00 pm los reportes que manejaban integrantes del frente indicaban que Maduro perdía por una diferencia de medio millón de votos contra su rival, Henrique Capriles, candidato de la opositora MUD. ¿Tiene razón Capriles? El 24 de abril de 2013, el comando opositor  impugnó todo el proceso y solicitó  una “auditoría” integral del sistema, “incluyendo la comparación de los comprobantes de papel y las actas de escrutinio electrónicas con el número de votantes registrados en los cuadernos manuales de votación, así como una auditoría de todos los restantes “instrumentos de votación”, incluyendo los registros de las huellas dactilares” si bien el CNE decidió hacer una auditoría técnica posterior al 100% de las mesas, que consistió en comparar los resultados declarados con el acta de votación, y claramente no un recuento de votos, se negó a entregar los cuadernos alegando razones de privacidad  del elector. La impugnación hecha por Capriles en el Tribunal Supremo de Justicia tampoco prosperó y se perdió en el limbo de las instancias internacionales y tecnicismo legales. El contraste entre las firmas en los cuadernos de votación, las huellas dactilares y los votos habría permitido salir de cualquier duda. Sin embargo, según el informe preliminar del Centro Carter sobre este proceso, “ autoridades electorales revelaron que la normativa electoral no prevé la revisión de los cuadernos manuales de votación”. ¿Qué hacer? Desde el referendo revocatorio de 2004 ha habido denuncias de fraude por voces identificadas con la oposición, sin que hasta ahora se muestren más que lo que un abogado llamaría pruebas circunstanciales. No obstante, estas evidencias alimentan la desconfianza sobre el ente electoral, expresada, según una encuesta, mayoritariamente por los opositores. Esa incertidumbre a su vez hace mella en el voto opositor y retroalimenta las diferencias internas sobre si es válido el voto como instrumento de cambio o si por el contrario no vale la pena sufragar, hay otros, que intentan empujar la vuelta a un sistema manual que impediría lo que consideran el fraude electrónico. Tanto el Centro Carter como la Unión Europea han ofrecido recomendaciones para garantizar la transparencia del proceso electoral. En el informe sobre las elecciones del 14A, la organización recomienda  «una serie de reformas electorales para asegurar una mayor equidad en las campañas, un incremento en los esfuerzos para mejorar el clima electoral el día de la votación y un mayor flujo de información sobre la eficacia del sistema de identificación biométrica y los procedimientos para prevenir la usurpación de la identidad y el voto múltiple».]]>

POLÍTICA · 22 ABRIL, 2015

Revive el fantasma del fraude en la elección del 14A

Texto por Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes

capitán de corbeta Leamsy Salazar  acerca de los comicios presidenciales  del 14 de abril de 2013 reabre las dudas sobre si aquella vez hubo fraude electoral y en consecuencia a Henrique Capriles le robaron la victoria. La discusión se nutre de las irregularidades y debilidades del proceso electoral que fueron detectadas y denunciadas en su momento. Si bien hay evidencias del uso inadecuado de los recursos del Estado para favorecer al candidato del gobierno, así como de las incidencias de voto asistido, el manejo de la maquinaria chavista para arrear votos,  la doble votación y la falta depuración del Registro Electoral, todo refrendado por organizaciones como el Centro Carter,  que hizo seguimiento al evento del14A  y sus incidencias;  las pruebas irrefutables de una supuesta trampa,  donde quieran que estuviesen, permanecen a resguardo, aunque las dudas afloran por doquier, especialmente en una elección cuya diferencia fue de menos de 2%. De acuerdo con el CNE, Nicolás Maduro ganó con  7.587.579 votos ( 50,61%) frente a Henrique Capriles que obtuvo 7.363.980 votos (49,12%). El propio presidente Maduro, durante su discurso de victoria, pidió que se abrieran las urnas para verificar que había ganado. Su intención fue rectificada, una vez que se le indicara desde el organismo electoral, que lo que correspondía era una auditoría técnica y no un recuento de votos. Los mitos y realidades sobre el 14A De acuerdo con Emili J. Blasco, periodista del diario español ABC, Salazar, el capitán de corbeta que se declaró testigo protegido de la DEA y que huyó en diciembre de 2014 a Estados Unidos junto a su esposa, hizo una serie de revelaciones, que llevaron al periodista escribir un capítulo de su recién publicado libro: Bumerán Chávez, los fraudes que llevaron al colapso a Venezuela. Un extracto de ese texto, bajo el titulo Dirigentes chavistas añadieron votos falsos para «robar las elecciones« en 2013, fue publicado el pasado lunes en las páginas de ABC.  En el se indica lo siguiente: “Las computadoras secretas de los chavistas lo indicaban bien claro. A las seis de tarde, la hora en que el 14 de abril de 2013 debían cerrar los centros electorales en Venezuela, las presidenciales las había ganado Henrique Capriles Radonski. Suya era la banda tricolor que, no obstante, al final de un proceso amañado, se acabaría poniendo Nicolás Maduro. Un sistema informático paralelo al oficial permitía al chavismo saber en tiempo real a lo largo del día la evolución del voto, así como el número de votos falsos que debía producir para girar el resultado…” A las  diez de la mañana, Diosdado Cabello se personó en la sede del Ayuntamiento de Caracas, en el municipio Libertador. El número dos del régimen acudió con su jefe de seguridad, Leamsy Salazar. Ambos subieron a la planta del despacho del alcalde y se encaminaron a una dependencia próxima. Allí se había instalado una sala de seguimiento informático electoral considerada «top secret». De acceso absolutamente restringido, en ella se dieron cita Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, y Jorge Rodríguez, alcalde caraqueño y gran mago del engaño electoral chavista. En la sala, dispuestos en forma de U, había veinticuatro monitores, uno por cada estado venezolano, más uno central que totalizaba los datos de todo el país. Testigo ya de unos cuantos secretos del chavismo, Salazar se dio cuenta desde el primer instante de lo irregular de la situación: en las pantallas estaban apareciendo los votos que iban logrando Capriles y Maduro. Eso ni siquiera podía conocerlo el CNE, dado que las máquinas electrónicas de votación solo se conectaban en red al final para transmitir los resultados…” «Maldita sea, ¿vamos a permitir que esta mierda de elecciones las gane este “marico” el coño de Capriles?», preguntó Cabello. Salazar cuenta que entonces los dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hicieron una reunión de urgencia, a la que luego se sumó el vicepresidente Jorge Arreaza. Hacia las cuatro de la tarde Capriles seguía arriba, según nuestro testigo, por 220.000 votos… «Es cuando ese día se cayó el sistema de internet. Al poco salió en público Arreaza anunciando que había habido un problema con internet y que se estaba arreglando. Cuando se restituyó el servicio las pantallas de las computadoras comenzaron a revertir la situación: iban llegando más votos para Maduro». El clima cambió en la sala y los jerarcas chavistas empezaron a reírse cínicamente. «Estabas cagado, ¿verdad?«. Blasco agrega que la prórroga del proceso electoral ( no hubo tal pero tampoco se declaró cerrada la votación a las 6 pm) dieron el tiempo necesario para que el chavismo revirtiera la situación a través del arreo de votos. “El robo electoral fue confirmado confidencialmente a Estados Unidos por algunos de los principales dirigentes chavistas. Desaparecido Chávez, algunos comenzaron a entablar contactos indirectos para limpiar su pasado. Emisarios de Cabello y del nuevo ministro de Interior y Justicia, el general Miguel Rodríguez Torres, reconocieron lo que todo el mundo sospechaba. «-Vale, es verdad. Añadimos trescientos cincuenta mil votos. Las estaciones uno, dos y tres de los centros electorales estaban operados por gente nuestra. -Capriles nos quitó novecientos mil votos, y habrían llegado a ser dos millones si no llega a haber voto asistido y los demás procedimientos”. ¿Qué tan factible es lo narrado por Blasco? Sobre lo atribuido a Salazar, Efecto Cocuyo consultó fuentes acreditadas que si bien descartan que en tiempo real se pueda saber cómo va la votación, explican que si es posible inferir cómo marcha tal proceso, al cruzar datos de distintas procedencias. Además, no se confirma la posibilidad de un fraude electrónico, ya que  el voto emitido es el contabilizado. Lo que es muy factible, tal como lo han detectado veedores del proceso es  la movilización de electores ( especialmente en centros donde no haya testigos opositores), la detección de las tendencias- a través de varias tácticas y la doble votación, ya que pese a las captahuellas y al Sistema de Información al Elector no existe la garantía de un elector, un voto. Con toda la información de la que puede hacer acopio la llamada maquinaria roja es  muy posible  la movilización de electores por parte del chavismo para contrarrestar las tendencias detectadas. «A través de la observación en horas de la tarde, se pudo evidenciar que 15,1 % de los centros de votación observados, algunos votantes estaban siendo movilizados con el uso de recursos públicos, los cuales pertenecen en su gran mayoría a gobernaciones o alcaldías controladas por el PSUV y aliados, igualmente, aunque en menor grado al Gobierno Nacional…» reporta en su informe  el Observatorio Electoral Venezolano, acreditado por el CNE para observar las elecciones del 14A. El periodista Eugenio Martínez afirma  que es imposible saber en tiempo real (durante la  jornada electoral) la totalización de votos, lo que si es posible inferir tendencias en función de la información que se recopila en los puntos rojos y en el SIE. Martínez enfatiza que es posible que haya doble votación y asegura que el CNE detectó en su auditoría de huellas detectó 277 casos de personas que votaron en más de una ocasión (en abril de  2013), pero nunca se iniciaron procedimientos legales contra esos ciudadanos por cometer un delito. No queda claro qué quiere decir Blasco con “Votos falsos” . Todo indica que los votos escrutados han sido ejecutados. Es decir, sea que haya habido doble votación, operación galope, los votos son verdaderos. .¿Cómo lo hacen? En el reportaje La millonaria inteligencia del chavismo  publicado por el diario El Nacional,  se da cuenta de la maquinaria roja que maneja el Frente Francisco de Miranda, el día de las elecciones y cómo funciona. “Manejan sistemas informáticos y de telecomunicación para movilizar electores en tiempo real a puntos donde lo requieran; identifican y registran votantes en más de 180 parroquias y 3.700 centros de votación priorizados; cruzan la data de las misiones sociales con el Registro Electoral para garantizar la presencia de los beneficiarios en las urnas; envían militantes como testigos y miembros de mesa a centros electorales clave; forman agitadores políticos en comunidades populares, y desarrollan contactos y coordinaciones con otras instituciones clave del Estado, entre las que está el Consejo Nacional Electoral”. Agrega El Nacional que hay una plataforma comúnmente conocida como Sistema Electoral que se activa en las jornadas comiciales. “La herramienta informática recibe los reportes enviados por los miembros de la organización a través de mensajería de texto. El propósito principal es monitorear los comicios e identificar a cuáles centros de votación deben ser desplazados los militantes del chavismo que no hayan acudido a las urnas”. Según el reportaje, el  conocimiento de las tendencias de votación se desprende esencialmente de la información que recogen en los puntos rojos que se despliegan cerca de los colegios electorales. Los cuadros del PSUV utilizan esos kioscos para revisar las listas 1×10 de simpatizantes que sufragaron y reportaron su voto. El cotejo de esos datos con los de participación permite proyectar cuántos sufragios han sido favorables, cuántos contrarios y cuántos se necesitan para ganar. La sala electoral -la cual suele instalarse en el Ministerio de Comunas, según los informes obtenidos- centraliza los reportes y envía las instrucciones para la movilización que se ejecutan básicamente a través de operadores telefónicos. Esa fue una maniobra que se puso en práctica en un momento crucial: las elecciones presidenciales del pasado 14 de abril. Las fuentes le atribuyen un valor decisivo a la operación. A las 2:00 pm los reportes que manejaban integrantes del frente indicaban que Maduro perdía por una diferencia de medio millón de votos contra su rival, Henrique Capriles, candidato de la opositora MUD. ¿Tiene razón Capriles? El 24 de abril de 2013, el comando opositor  impugnó todo el proceso y solicitó  una “auditoría” integral del sistema, “incluyendo la comparación de los comprobantes de papel y las actas de escrutinio electrónicas con el número de votantes registrados en los cuadernos manuales de votación, así como una auditoría de todos los restantes “instrumentos de votación”, incluyendo los registros de las huellas dactilares” si bien el CNE decidió hacer una auditoría técnica posterior al 100% de las mesas, que consistió en comparar los resultados declarados con el acta de votación, y claramente no un recuento de votos, se negó a entregar los cuadernos alegando razones de privacidad  del elector. La impugnación hecha por Capriles en el Tribunal Supremo de Justicia tampoco prosperó y se perdió en el limbo de las instancias internacionales y tecnicismo legales. El contraste entre las firmas en los cuadernos de votación, las huellas dactilares y los votos habría permitido salir de cualquier duda. Sin embargo, según el informe preliminar del Centro Carter sobre este proceso, “ autoridades electorales revelaron que la normativa electoral no prevé la revisión de los cuadernos manuales de votación”. ¿Qué hacer? Desde el referendo revocatorio de 2004 ha habido denuncias de fraude por voces identificadas con la oposición, sin que hasta ahora se muestren más que lo que un abogado llamaría pruebas circunstanciales. No obstante, estas evidencias alimentan la desconfianza sobre el ente electoral, expresada, según una encuesta, mayoritariamente por los opositores. Esa incertidumbre a su vez hace mella en el voto opositor y retroalimenta las diferencias internas sobre si es válido el voto como instrumento de cambio o si por el contrario no vale la pena sufragar, hay otros, que intentan empujar la vuelta a un sistema manual que impediría lo que consideran el fraude electrónico. Tanto el Centro Carter como la Unión Europea han ofrecido recomendaciones para garantizar la transparencia del proceso electoral. En el informe sobre las elecciones del 14A, la organización recomienda  «una serie de reformas electorales para asegurar una mayor equidad en las campañas, un incremento en los esfuerzos para mejorar el clima electoral el día de la votación y un mayor flujo de información sobre la eficacia del sistema de identificación biométrica y los procedimientos para prevenir la usurpación de la identidad y el voto múltiple».]]>

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