La pobreza reciente no cesa en crecer. El número de venezolanos cuyos ingresos solo permiten cubrir sus necesidades básicas va en aumento. De 33,1% en 2014, la cifra subió a 47,1% el año pasado. En 2011 era de 16,3%. La pobreza también aumentó: de 16,1% en el 2014, llegó a 24,3% en el 2015. En 2011, era de 11,1%.
Los niveles de pobreza aumentan en las área semi-urbanas del país, donde cerca del 90% de la población o es «pobre por necesidades básicas insatisfechas» o es «no pobre» pero de bajos ingresos, mientras que en las ciudades principales este número es de 17,4%.
Son cifras de la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi) presentadas por el sociólogo Luis Pedro España, director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, en el tercer Encuentro de Organizaciones Sociales, donde líderes de diversos organismos discutieron la emergencia sanitaria, alimentaria y de protección social, este miércoles, 11 de mayo.
España habló también sobre las condiciones de vida de los estratos más bajos de la población, que, según el experto, tienen acceso a menos oportunidades, sobre todo si residen fuera del Área Metropolitana de Caracas.
«Las oportunidades son distintas basadas en la ciudad. Se concentran, principalmente, entre las tres primeras ciudades: Caracas, Maracay y Valencia. Desde el puerto de La Guaira hasta Puerto Cabello. En las zonas semi-urbanas cerca del 90% de la población o es ‘pobre por necesidades básicas insatisfechas’ o es ‘No pobre’ pero de bajos ingresos»
Respecto a las Misiones Sociales del Gobierno, aseguró que el hecho de que casi 11 millones de venezolanos que se beneficien de ellas no es positivo. Seis millones 573 mil 207 personas compraron alimentos a través de las misiones en el 2015, fuerte contraste con el 2014, cuando esta cifra era menos de dos millones. «Lo hacen porque se ven obligados a comprar productos regulados, y eso significa colas y padecimiento».
El 70% de los hogares beneficiarios recibe al menos dos programas sociales, pero son los no pobres con ingresos medios los que acumulan mayor numero de programas por hogar. Sin embargo, 65% de la pobreza no está siendo atendida por ningún programa social.
De acuerdo con una encuesta realizada en marzo de este año sobre las colas y el desabastecimiento: 73% de los entrevistados dijo que el desabastecimiento y las colas están peor que el año pasado, 23% dice que están igual y 4% dice que hay menos. Un 88,2% aseguró haber hecho colas en las últimas dos semanas por medicinas o alimentos, y de ese porcentaje, 20% duró más de 8 horas en la espera.
Los sectores D y E son los que compran más productos bachaqueados, porque el desabastecimiento es más agudo en los sectores populares. En el D casi 80% de los habitantes ha acudido a bachaqueros, mientras que en el E la cifra sube hasta el 83%.
Si bien estos sectores tienen acceso a los mercados subsidiados del Gobierno, estos son para ciertos productos: tienen menor variedad que los mercados privados. «Lo que el pobre se ahorra o recibe como subsidio en las compras de los establecimientos del Gobierno (Mercal), debe gastarlo en las cadenas informales para el resto de los productos que ciertamente necesita».
El diputado Miguel Pizarro habló sobre el estado de la protección social y su relación con la Asamblea Nacional, donde preside la Comisión Permanente de Desarrollo Social. Enfatizó que las condiciones actuales que viven los venezolanos se pueden cambiar al lograr una salida del gobierno, porque el Ejecutivo actual no tomará las medidas necesarias. Invitó a toda la población a luchar por los derechos civiles, pero siempre haciéndolo de una manera pacífica.
Salud en estado de shock
Algo está en estado de shock cuando tiene sus funciones vitales amenazadas. Así está nuestro sistema de salud en opinión del profesor Marino González, especializado en políticas públicas en el sector salud. «Es un paciente complicado que se puede salvar en determinadas condiciones. Nuestra salud tiene un diagnóstico grave, pero no es irreversible».
A la grave escasez de insumos, González agrega la de personal médico capacitado. Si bien las cifras oficiales no están actualizadas, la Organización Panamericana de la Salud estima que entre 2004 y 2010 había unos 13 médicos por cada 10.000 habitantes, mientras que Argentina tiene más de 30 y Cuba más de 60.
Para González, tenemos una de las inequidades más grandes del mundo en relación con la cobertura de seguros: 53% de la población no tiene seguro médico. De los que tienen, la mayoría es en el Instituto Venezolano de Seguros Sociales: un 20%. El gasto de bolsillo (lo que tiene que gastar un ciudadano por atención médica) es el más alto de Latinoamérica y el Caribe: 65% la última vez que se publicaron datos oficiales, en el 2011. Eso quiere decir que de cada Bs 100 que un venezolano necesite para tratamiento médico, Bs 65 salen de su bolsillo.
El drama de la alimentación
En el 2015 se registró una crisis alimentaria y nutricional y un incremento en el hambre y la desnutrición, según Maritza Landaeta, de la Fundación Bengoa. Se redujo la cantidad de hogares que compraron alimentos de la dieta habitual, sobre todo en carnes, pollos y grasas.
El dinero necesario para comprar un plato de comida preparado también aumentó drásticamente en comparación con 2014: un desayuno pasó de Bs 136 a Bs 501, un almuerzo de Bs 229 a Bs 1.073 y una cena de Bs 215 a Bs 1.068.
Juvenal Arveláez, de la Cámara Venezolana de Industrias, aseguró que el sector privado de alimentos tiene los niveles de intervención estatal más altos de Latinoamérica, y que el control de precios, de propiedad, el control de cambio y la regulación laboral, se han incrementado de forma constante desde el 2003.
El índice de escasez pasó de 17% en el 2007 a 83% en el 2016, de acuerdo con cifras de Datanálisis, principalmente por problemas de abastecimiento en materias primas, que tienen suspendida la producción de gelatinas, salsa de tomate, bebidas en polvo, flan en polvo, avena, mortaleda y quesos untables.
Las dificultades de producción tienen cuatro causas principales, según Arveláez: falta de acceso a divisas, falta de pago de deuda con proveedores extranjeros, congelamiento ilegal de los precios y la disminución de la actividad laboral productiva.
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La pobreza reciente no cesa en crecer. El número de venezolanos cuyos ingresos solo permiten cubrir sus necesidades básicas va en aumento. De 33,1% en 2014, la cifra subió a 47,1% el año pasado. En 2011 era de 16,3%. La pobreza también aumentó: de 16,1% en el 2014, llegó a 24,3% en el 2015. En 2011, era de 11,1%.
Los niveles de pobreza aumentan en las área semi-urbanas del país, donde cerca del 90% de la población o es «pobre por necesidades básicas insatisfechas» o es «no pobre» pero de bajos ingresos, mientras que en las ciudades principales este número es de 17,4%.
Son cifras de la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi) presentadas por el sociólogo Luis Pedro España, director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello, en el tercer Encuentro de Organizaciones Sociales, donde líderes de diversos organismos discutieron la emergencia sanitaria, alimentaria y de protección social, este miércoles, 11 de mayo.
España habló también sobre las condiciones de vida de los estratos más bajos de la población, que, según el experto, tienen acceso a menos oportunidades, sobre todo si residen fuera del Área Metropolitana de Caracas.
«Las oportunidades son distintas basadas en la ciudad. Se concentran, principalmente, entre las tres primeras ciudades: Caracas, Maracay y Valencia. Desde el puerto de La Guaira hasta Puerto Cabello. En las zonas semi-urbanas cerca del 90% de la población o es ‘pobre por necesidades básicas insatisfechas’ o es ‘No pobre’ pero de bajos ingresos»
Respecto a las Misiones Sociales del Gobierno, aseguró que el hecho de que casi 11 millones de venezolanos que se beneficien de ellas no es positivo. Seis millones 573 mil 207 personas compraron alimentos a través de las misiones en el 2015, fuerte contraste con el 2014, cuando esta cifra era menos de dos millones. «Lo hacen porque se ven obligados a comprar productos regulados, y eso significa colas y padecimiento».
El 70% de los hogares beneficiarios recibe al menos dos programas sociales, pero son los no pobres con ingresos medios los que acumulan mayor numero de programas por hogar. Sin embargo, 65% de la pobreza no está siendo atendida por ningún programa social.
De acuerdo con una encuesta realizada en marzo de este año sobre las colas y el desabastecimiento: 73% de los entrevistados dijo que el desabastecimiento y las colas están peor que el año pasado, 23% dice que están igual y 4% dice que hay menos. Un 88,2% aseguró haber hecho colas en las últimas dos semanas por medicinas o alimentos, y de ese porcentaje, 20% duró más de 8 horas en la espera.
Los sectores D y E son los que compran más productos bachaqueados, porque el desabastecimiento es más agudo en los sectores populares. En el D casi 80% de los habitantes ha acudido a bachaqueros, mientras que en el E la cifra sube hasta el 83%.
Si bien estos sectores tienen acceso a los mercados subsidiados del Gobierno, estos son para ciertos productos: tienen menor variedad que los mercados privados. «Lo que el pobre se ahorra o recibe como subsidio en las compras de los establecimientos del Gobierno (Mercal), debe gastarlo en las cadenas informales para el resto de los productos que ciertamente necesita».
El diputado Miguel Pizarro habló sobre el estado de la protección social y su relación con la Asamblea Nacional, donde preside la Comisión Permanente de Desarrollo Social. Enfatizó que las condiciones actuales que viven los venezolanos se pueden cambiar al lograr una salida del gobierno, porque el Ejecutivo actual no tomará las medidas necesarias. Invitó a toda la población a luchar por los derechos civiles, pero siempre haciéndolo de una manera pacífica.
Salud en estado de shock
Algo está en estado de shock cuando tiene sus funciones vitales amenazadas. Así está nuestro sistema de salud en opinión del profesor Marino González, especializado en políticas públicas en el sector salud. «Es un paciente complicado que se puede salvar en determinadas condiciones. Nuestra salud tiene un diagnóstico grave, pero no es irreversible».
A la grave escasez de insumos, González agrega la de personal médico capacitado. Si bien las cifras oficiales no están actualizadas, la Organización Panamericana de la Salud estima que entre 2004 y 2010 había unos 13 médicos por cada 10.000 habitantes, mientras que Argentina tiene más de 30 y Cuba más de 60.
Para González, tenemos una de las inequidades más grandes del mundo en relación con la cobertura de seguros: 53% de la población no tiene seguro médico. De los que tienen, la mayoría es en el Instituto Venezolano de Seguros Sociales: un 20%. El gasto de bolsillo (lo que tiene que gastar un ciudadano por atención médica) es el más alto de Latinoamérica y el Caribe: 65% la última vez que se publicaron datos oficiales, en el 2011. Eso quiere decir que de cada Bs 100 que un venezolano necesite para tratamiento médico, Bs 65 salen de su bolsillo.
El drama de la alimentación
En el 2015 se registró una crisis alimentaria y nutricional y un incremento en el hambre y la desnutrición, según Maritza Landaeta, de la Fundación Bengoa. Se redujo la cantidad de hogares que compraron alimentos de la dieta habitual, sobre todo en carnes, pollos y grasas.
El dinero necesario para comprar un plato de comida preparado también aumentó drásticamente en comparación con 2014: un desayuno pasó de Bs 136 a Bs 501, un almuerzo de Bs 229 a Bs 1.073 y una cena de Bs 215 a Bs 1.068.
Juvenal Arveláez, de la Cámara Venezolana de Industrias, aseguró que el sector privado de alimentos tiene los niveles de intervención estatal más altos de Latinoamérica, y que el control de precios, de propiedad, el control de cambio y la regulación laboral, se han incrementado de forma constante desde el 2003.
El índice de escasez pasó de 17% en el 2007 a 83% en el 2016, de acuerdo con cifras de Datanálisis, principalmente por problemas de abastecimiento en materias primas, que tienen suspendida la producción de gelatinas, salsa de tomate, bebidas en polvo, flan en polvo, avena, mortaleda y quesos untables.
Las dificultades de producción tienen cuatro causas principales, según Arveláez: falta de acceso a divisas, falta de pago de deuda con proveedores extranjeros, congelamiento ilegal de los precios y la disminución de la actividad laboral productiva.