El sacerdote jesuita y exrector de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Luis Ugalde, fue enfático. “El 10 de enero quedamos sin un presidente legítimamente electo y la sociedad a través de la Asamblea Nacional, que son los representantes legítimos, tienen que proveer una junta de transición que represente a todos los sectores”, sostuvo.

En la entrevista #ConLaLuz de este miércoles, 28 de noviembre, con la periodista Ibis León, el profesor universitario recordó que las elecciones del pasado 20 de mayo en Venezuela fueron convocadas por una “ilegítima” Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que no tuvo los estándares de una elección libre, democrática y transparente.

“El 10 de enero no es una ilusión, es una tarea y responsabilidad política, quedamos sin presidente elegido democráticamente… y esa junta que se instale tiene que tomar una serie de decisiones para que se pueda dar en Venezuela una elección libre en 2019″, ratificó.

Ugalde recordó que en diciembre de 1952 el dictador Marcos Pérez Jiménez convocó a un plebiscito que violó la Constitución de entonces. Y a pesar de que los resultados fueron amañados y ganó, un mes después se vio forzado a abandonar el poder y se instaló una junta de gobierno en Venezuela, que llamó a elecciones.

Considera que ahora una junta debe conformarse con representantes de todos los sectores de la sociedad e incluso con militares, pero no debe ser militarista sino encabezada por un civil que, como ocurrió en Perú después de la renuncia de Alberto Fujimori, sea como un Valentín Panigua. Una persona que conduzca el proceso de transición y no opte a esas futuras elecciones.

El sacerdote dijo que ese gobierno de transición debe tener varias tareas:
1.- Eliminar la Asamblea Nacional Constituyente
2.- Renovar el Consejo Nacional Electoral
3.- Controlar la hiperinflación
4.- Disponerse a recibir la ayuda humanitaria internacional
5.- Liberar a los presos políticos y permitir que regresen los exiliados
6.-Retomar la ruta democrática en Venezuela

Insistió en que debe preparar el camino para que los ciudadanos salgan a elegir a un presidente democrático, pero también definir cómo será la salida del poder de Nicolás Maduro, porque está claro que el 10 de enero no saldrá voluntariamente del poder.

“Nadie cree que el 10 de enero se va Maduro por su propia voluntad”, dijo, pero añadió que se debe allanar el camino para lograr ese cambio.

“Por supuesto hay mucha gente en la sociedad (que pueda dirigir ese gobierno). También mucha gente en la AN hablando de estas cosas y mucha gente en el chavismo para decidir cómo hacemos sensatas estas cosas. Quiero decir que no estoy metido en nada, lo que hago es decir en voz alta lo que otros piensan y por la razón que sea no lo dicen”, añadió Ugalde.

Hizo énfasis en que hace falta el apoyo mayoritario de la población, el respaldo de los partidos políticos y los militares que en su mayoría son democráticos, pese a una cúpula que calificó de corrupta, que deben sumarse.

“La sostenibilidad depende de que haya el apoyo militar, el apoyo político, pero básicamente el apoyo de la población”, recalcó.

Congreso de esperanza

Sobre el Congreso Nacional Venezuela Libre valoró la esperanza que trajeron los delegados y la disposición de trabajar por el cambio. Y ahora la responsabilidad de los partidos políticos, ante la falta de confianza de la población, es la de anteponer sus intereses particulares por el bien del país.

“En toda las reflexiones del Congreso Venezuela Libre está la idea de la unidad superior. Si el edificio está ardiendo tenemos que salir todos de cualquier partido a agarrar un tobo y ponerlo a la cadena y el último echa el agua, no podemos estar: yo soy el primero y tú el segundo”, reflexionó.

Valora que en conversaciones entre ellos los partidos saben que no están bien vistos en la sociedad, pero dijo que no entendía cómo aún no han podido expresarlo a los ciudadanos.

“Todavía los partidos no han sabido expresarlo, pero hay personas dentro que antes no podían hablarse y hoy lo están haciendo”, manifestó Ugalde.

“El Congreso que tuvimos este lunes en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela no es el final, es el comienzo. Ya se hizo un trabajo, pero ahora vuelven a las regiones y movilizar a todo el mundo con una nueva esperanza”, subrayó.

Iglesia centrada en su labor

Sobre la participación de la Iglesia católica venezolana ante la crisis humanitaria del país destacó que está en su papel activo, trabajando en varios frentes. Uno es la educación popular, además de la asistencia. Mencionó el trabajo del presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor José Luis Azuaje, quien en Alemania y Roma anda buscando apoyo para la asistencia humanitaria.

Ugalde también se refirió a la detención en el Zulia del sacerdote Iván Merino Padial, quien fue detenido el pasado fin de semana  por cometer actos de abuso sexual contra una adolescente de 12 años. Y ante su expulsión del clero que tomó la Arquidiócesis de Maracaibo, el jesuita manifestó que no es solo es el Zulia, sino una política de la Iglesia católica que está decidida a condenar y denunciar estos crímenes.

“La pederastia es grave y en un sacerdote es más grave porque debe ser un líder moral y espiritual. El próximo año habrá una especie de congreso para continuar tomando medidas más firmes contra estos abusos”, señaló.

Fotos: Mariana Souquett

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