El politólogo Piero Trepiccione ve una oposición “fragmentada y con muy baja capacidad de respuesta por la pérdida de la actuación unitaria”.
“Es el momento de poner las aspiraciones individuales de lado y concentrarse en una reunificación afectiva entre los dirigentes políticos y de éstos con la mayoría de la población que está descontenta con la labor de Maduro”, afirma en entrevista con Efecto Cocuyo.
Para Trepiccione las tareas más urgentes de la dirigencia política son: construir un mecanismo de concertación que permita tomar decisiones en poco tiempo; fortalecer el músculo social para poder ejercer presión interna y sembrar esperanza.
“Un aspecto simbólico, pero no menos trascendente es la esperanza. En el país la esperanza está latente, pero no manifiesta”, advierte.
Impulsar la participación es más efectivo que promover la abstención de cara a un proceso electoral, opina Trepiccione.
No obstante, el investigador admite que las dos tácticas pueden ser contundentes siempre y cuando partan de una estrategia unitaria y organizada.
“Si logras alinear a todas a todas las fuerzas que componen el factor opositor, si logras aglutinarlas, en una sola posición, sea la abstención o la participación, puedes provocar cambios políticos”, explica.
Las elecciones presidenciales de 2018 ejemplifican, según el analista, cómo la participación y la abstención no favorecieron a ninguno de los factores políticos porque no contemplaron acciones complementarias.
“Los que participaron no tenían un plan B y terminaron dando cierta legitimidad a (Nicolás) Maduro y los que se abstuvieron tampoco les sirvió de nada. Estas tácticas son eficaces si van acompañadas de un comando unificado y de acciones alternativas”, expone.
El politólogo advierte que el problema es cuando hay contradicciones en la oposición y un sector participa y otro no, lo que favorece a Maduro.
Considera que lo más inteligente es que la Mesa de Diálogo tienda puentes con la oposición representada en el G4 y viceversa y conversen también con representantes de Nicolás Maduro.
Sin embargo, recuerda que la sociedad venezolana es muy susceptible y polarizada. “En Venezuela hay mucha desconfianza entre los factores políticos y la población que no cree en Maduro, no cree en nada de lo que signifique dialogar con ellos. Si se lleva adelante un proceso como este, la oposición debe ser transparente, debe saber mercadear estos procesos de diálogo porque sino el gobierno hábilmente sembrará la desconfianza”, expone.
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El politólogo Piero Trepiccione ve una oposición “fragmentada y con muy baja capacidad de respuesta por la pérdida de la actuación unitaria”.
“Es el momento de poner las aspiraciones individuales de lado y concentrarse en una reunificación afectiva entre los dirigentes políticos y de éstos con la mayoría de la población que está descontenta con la labor de Maduro”, afirma en entrevista con Efecto Cocuyo.
Para Trepiccione las tareas más urgentes de la dirigencia política son: construir un mecanismo de concertación que permita tomar decisiones en poco tiempo; fortalecer el músculo social para poder ejercer presión interna y sembrar esperanza.
“Un aspecto simbólico, pero no menos trascendente es la esperanza. En el país la esperanza está latente, pero no manifiesta”, advierte.
Impulsar la participación es más efectivo que promover la abstención de cara a un proceso electoral, opina Trepiccione.
No obstante, el investigador admite que las dos tácticas pueden ser contundentes siempre y cuando partan de una estrategia unitaria y organizada.
“Si logras alinear a todas a todas las fuerzas que componen el factor opositor, si logras aglutinarlas, en una sola posición, sea la abstención o la participación, puedes provocar cambios políticos”, explica.
Las elecciones presidenciales de 2018 ejemplifican, según el analista, cómo la participación y la abstención no favorecieron a ninguno de los factores políticos porque no contemplaron acciones complementarias.
“Los que participaron no tenían un plan B y terminaron dando cierta legitimidad a (Nicolás) Maduro y los que se abstuvieron tampoco les sirvió de nada. Estas tácticas son eficaces si van acompañadas de un comando unificado y de acciones alternativas”, expone.
El politólogo advierte que el problema es cuando hay contradicciones en la oposición y un sector participa y otro no, lo que favorece a Maduro.
Considera que lo más inteligente es que la Mesa de Diálogo tienda puentes con la oposición representada en el G4 y viceversa y conversen también con representantes de Nicolás Maduro.
Sin embargo, recuerda que la sociedad venezolana es muy susceptible y polarizada. “En Venezuela hay mucha desconfianza entre los factores políticos y la población que no cree en Maduro, no cree en nada de lo que signifique dialogar con ellos. Si se lleva adelante un proceso como este, la oposición debe ser transparente, debe saber mercadear estos procesos de diálogo porque sino el gobierno hábilmente sembrará la desconfianza”, expone.