Todo está coordinado para que no se vaya a votar. Así lo sentenció el politólogo Michael Penfold este 17 de mayo durante un conversatorio sobre las perspectivas que se tienen para evaluar las elecciones presidenciales del 20 de mayo.
La aseveración del especialista fue parte del desarrollo de su ponencia, en la que explicó que el Gobierno nacional, que promueve la candidatura del actual presidente Nicolás Maduro, tiene a su favor la abstención de sus opositores y las herramientas de coerción que ha implementado en los últimos cinco años.
«Con el carnet de la patria, el efecto de movilización en el mundo chavista es muy amplio. En el mundo opositor, el carnet tiene un efecto diferente: inhibición y desconfianza. Lo cual es perfecto para el Gobierno porque moviliza a su base y desmoviliza a la otra», indicó.
Según los análisis que ha realizado Pendfold, 67% de la población tiene carnet de la patria y esto es parte de las herramientas de condicionamiento del voto, para garantizar que aquellos que vayan a participar el 20 de mayo puedan estar influidos por elementos externos.
La implementación del carnet de la patria se realizó en un momento en el que el país se sumió en la hiperinflación. Los datos mostrados por el experto señalan que solo entre marzo y abril de este año, la inflación repuntó 28 puntos al pasar de 54% a 82%. Pero, para él, lo más alarmante fue el incremento de los precios en alimentos y bebidas. En el mismo periodo, la inflación en este rubro creció de 73% a 187%.
«Esto quiere decir que cada 15 días los alimentos cambian de precio«, precisó e hizo énfasis en que Venezuela se enfrenta a unas elecciones presidenciales en medio de esta crisis económica, por lo que los deseos de un cambio de Gobierno obedecen a la necesidad de protegerse del empobrecimiento.
En este escenario, Penfold indicó que Maduro podría ganar con un margen pequeño, con un 40% del total de partipación; mientras que Henri Falcón, candidato opositor, obtiene entre 30% y 35% de los votos; y Javier Bertucci, independiente, llegaría a acumular entre 28% y 30%.
«Maduro es proclamado presidente, pero no sé si es presidente o al menos es un presidente bastante más débil que antes de las elecciones. Sigue la crisis económica ahí que él no va a poder resolver, porque no hay forma de que acceda a financiamiento», expuso.
Según las encuestas analizadas por el politólogo, el madurismo no lograría obtener más de 4.500.000 votos. Esta posibilidad obliga a pensar que el Gobierno inflará los resultados y así aumenta la conflictividad social, la pérdida de confianza en las instituciones e incrementa la presión internacional.
Penfold precisó que para que esto ocurra el 20 de mayo, el sector opositor debe decidirse a ir a votar, pese a la coerción y desconfiaza en el sistema electoral.
«Definitivamente quien gane debe buscar la estabilización macroeconómica, una solución al problema hiperinflacionario, ejecutar un plan de emergencia social, recuperación del sector petrolero y de reactivación de la industria petrolera», consideró el politólogo.
Agregó que el financiamiento externo es necesario para poder llevar a cabo estos planes, por eso no cree que los problemas económicos del país cambien si resulta ganador el candidato del Gobierno. «Es una dosis de humildad que no tiene, no quiere o que sabe que al acceder al financiamiento va a tener un problema de condicionalidad que no quiere», apuntó.
Este análisis fue expuesto en un conversatorio que organizó Espacio Público, Ashoka Venezuela y Crónica Uno para que Penfold y su colega John Magdaleno expusieran, desde sus experticias, nuevas perspectivas y análisis de cara al próximo proceso electoral del 20 de mayo.
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Todo está coordinado para que no se vaya a votar. Así lo sentenció el politólogo Michael Penfold este 17 de mayo durante un conversatorio sobre las perspectivas que se tienen para evaluar las elecciones presidenciales del 20 de mayo.
La aseveración del especialista fue parte del desarrollo de su ponencia, en la que explicó que el Gobierno nacional, que promueve la candidatura del actual presidente Nicolás Maduro, tiene a su favor la abstención de sus opositores y las herramientas de coerción que ha implementado en los últimos cinco años.
«Con el carnet de la patria, el efecto de movilización en el mundo chavista es muy amplio. En el mundo opositor, el carnet tiene un efecto diferente: inhibición y desconfianza. Lo cual es perfecto para el Gobierno porque moviliza a su base y desmoviliza a la otra», indicó.
Según los análisis que ha realizado Pendfold, 67% de la población tiene carnet de la patria y esto es parte de las herramientas de condicionamiento del voto, para garantizar que aquellos que vayan a participar el 20 de mayo puedan estar influidos por elementos externos.
La implementación del carnet de la patria se realizó en un momento en el que el país se sumió en la hiperinflación. Los datos mostrados por el experto señalan que solo entre marzo y abril de este año, la inflación repuntó 28 puntos al pasar de 54% a 82%. Pero, para él, lo más alarmante fue el incremento de los precios en alimentos y bebidas. En el mismo periodo, la inflación en este rubro creció de 73% a 187%.
«Esto quiere decir que cada 15 días los alimentos cambian de precio«, precisó e hizo énfasis en que Venezuela se enfrenta a unas elecciones presidenciales en medio de esta crisis económica, por lo que los deseos de un cambio de Gobierno obedecen a la necesidad de protegerse del empobrecimiento.
En este escenario, Penfold indicó que Maduro podría ganar con un margen pequeño, con un 40% del total de partipación; mientras que Henri Falcón, candidato opositor, obtiene entre 30% y 35% de los votos; y Javier Bertucci, independiente, llegaría a acumular entre 28% y 30%.
«Maduro es proclamado presidente, pero no sé si es presidente o al menos es un presidente bastante más débil que antes de las elecciones. Sigue la crisis económica ahí que él no va a poder resolver, porque no hay forma de que acceda a financiamiento», expuso.
Según las encuestas analizadas por el politólogo, el madurismo no lograría obtener más de 4.500.000 votos. Esta posibilidad obliga a pensar que el Gobierno inflará los resultados y así aumenta la conflictividad social, la pérdida de confianza en las instituciones e incrementa la presión internacional.
Penfold precisó que para que esto ocurra el 20 de mayo, el sector opositor debe decidirse a ir a votar, pese a la coerción y desconfiaza en el sistema electoral.
«Definitivamente quien gane debe buscar la estabilización macroeconómica, una solución al problema hiperinflacionario, ejecutar un plan de emergencia social, recuperación del sector petrolero y de reactivación de la industria petrolera», consideró el politólogo.
Agregó que el financiamiento externo es necesario para poder llevar a cabo estos planes, por eso no cree que los problemas económicos del país cambien si resulta ganador el candidato del Gobierno. «Es una dosis de humildad que no tiene, no quiere o que sabe que al acceder al financiamiento va a tener un problema de condicionalidad que no quiere», apuntó.
Este análisis fue expuesto en un conversatorio que organizó Espacio Público, Ashoka Venezuela y Crónica Uno para que Penfold y su colega John Magdaleno expusieran, desde sus experticias, nuevas perspectivas y análisis de cara al próximo proceso electoral del 20 de mayo.
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