De las declaraciones más recientes del mandatario Nicolás Maduro sobre el reinicio de las negociaciones con la oposición en México, se desprende que el proceso no será retomado al menos en lo que queda de año.
«No hay las condiciones todavía. Fue muy grave el secuestro de nuestro diplomático Alex Saab por parte del gobierno de Estados Unidos. Tienen que responder por ese secuestro. Cuando haya condiciones para hacerlo, así lo anunciaremos al país», dijo Maduro luego de votar en las megaelecciones del 21 de noviembre.
El presidente del Parlamento del 6 de diciembre, Jorge Rodríguez, pone otra condición: en procesos de diálogos futuros deben incluirse otros factores de oposición como la Alianza Democrática, Fuerza Vecinal y la Alianza Lápiz. A juicio del exministro de Maduro, los comicios regionales evidenciaron que la Mesa de la Unidad Democrática “ya no es un interlocutor válido” o al menos no el único que representa al antichavismo.
Elecciones impactan
El 16 de octubre Rodríguez, quien encabeza la delegación del chavismo en México, anunció la suspensión de las negociaciones, tras la extradición del empresario colombiano, Alex Saab desde Cabo Verde a Estados Unidos. Pese a ello, se esperaba que las reuniones que cuentan con la mediación de Noruega, se reanudaran tras las megaelecciones regionales.
«Se sabía que las elecciones (del 21 de noviembre) tendrían algún impacto sobre las negociaciones en México. Después de usar a Saab como excusa para pararse de la mesa, ahora el gobierno de Maduro tratará de usar la mayoría de cargos que logró a su favor, primero dando señales de que se siente fortalecido y que no siente necesidad de negociar nada y si lo hace, para tratar de imponer sus condiciones», expresa la politóloga Francine Jácome a Efecto Cocuyo.
Entre esas condiciones, advierte, ya Rodríguez asomó una: la incorporación a la mesa de sectores de la oposición más afines con sus intereses. Hace especial énfasis en los factores de la Alianza Democrática, con representación en la Asamblea Nacional del 6 de diciembre y que formaron parte anteriormente de una mesa de diálogo nacional. Además, reconocen a Maduro y a ese legislativo con mayoría del chavismo como «legítimos».
«La intención es debilitar al sector que ya fue a México y en el que Juan Guaidó está representado», alerta.
Son integrantes de la delegación opositora que participa en México, Roberto Enríquez de Copei; Luis Aquiles Moreno de Acción Democrática (corriente de Henry Ramos); Luis Emilio Rondón de Un Nuevo Tiempo, Freddy Guevara de Voluntad Popular; Mariela Magallanes de La Causa R; Tomás Guanipa de Primero Justicia, Claudia Nikken del Foro Cívico y el exdiputado nacional Gerardo Blyde como cabeza del grupo.
Siguen dividiendo
La politóloga Nastassja Rojas coincide al afirmar que uno de los objetivos de la administración de Maduro con el proceso electoral era no solo «legitimarse» ante la mesa de negociación sino también legitimar a esa oposición alternativa a la Plataforma Unitaria de Venezuela para exigir su incorporación. En ese sentido, la premisa sigue siendo dividir a la oposición ahora en México.
Analistas políticos ya han advertido que una de las estrategias del chavismo para debilitar a la oposición en comicios fue intervenir partidos políticos como Acción Democrática (AD) y Voluntad Popular y darle el control de las tarjetas a grupos aliados. Ello, sumado a otros factores, condujo a la inscripción de más de una candidatura de oposición en estados y municipios, lo que facilitó el triunfo de los candidatos del chavismo en al menos ocho gobernaciones.
La AD de Bernabé Gutiérrez es parte de la Alianza Democrática que el chavismo pide incorporar a futuros diálogos, junto al resto de los partidos que conforman la coalición. Dicha alianza, junto a Fuerza Vecinal, postuló a Morel Rodríguez para la gobernación de Nueva Esparta, donde ganaron; también a la alcaldesa electa de San Juan de los Morros, capital de Guárico, Zulme Lorena Ávila, entre otros.
«Mientras la oposición no comprenda que más que unidad se necesita es coordinación en la estrategia, el oficialismo seguirá teniendo mayoría o al menos más fuerza. Desde hace mucho entendieron que la mejor estrategia era mantener fraccionada a la oposición», apunta Rojas.
«Maduro puede tomarse su tiempo»
Jácome, quien es directora del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos, cree que tras la victoria electoral en las regionales, el chavismo «se tomará su tiempo» para reanudar las conversaciones en México y darle largas al intento de la oposición y de la comunidad internacional de buscar una salida negociada a la crisis.
«El chavismo se seguirá moviendo en este proceso según el interés de que se le levanten las sanciones, todo lo demás, incluyendo los acuerdos para aliviar la crisis humanitaria queda supeditado a eso. La emergencia humanitaria compleja no es prioridad para el gobierno de Maduro, lo que esté sufriendo la gente no está en su agenda, sino todo lo que le sirva para mantenerse en el poder», cuestiona.
Para Rojas, parte de «darle largas» y que la permanencia en el poder no se vea comprometida, es llegar a acuerdos, de reanudarse la negociación en México, sobre temas en los que realmente no existan desacuerdos profundos, tal como se hizo con los primeros documentos sobre el Esequibo y la instalación de una mesa social que aún no se concreta.
Dirigentes políticos como Stalin González de UNT, abogan porque se retomen cuanto antes las negociaciones, por ser el escenario en el que hay mayor expectativa de resultados, dado que cuenta con una mediación internacional reconocida. Advierte a Maduro que no habrá recuperación económica sin un acuerdo político que brinde confianza a la inversión extranjera.