Más países se registraron para presenciar el Examen Periódico Universal (EPU) de Venezuela que el de Siria. La situación venezolana llevó a 103 Estados a inscribirse en la revisión que se realiza en el marco de la Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. Entre los temas que más preocuparon a los presentes figuraron las restricciones a los medios de comunicación y las detenciones arbitrarias por parte del Gobierno.

A pesar de las campañas de desprestigio contra Venezuela, nosotros estamos aquí para mostrar la verdad de los derechos humanos en el país”, expresó la canciller Delcy Rodríguez, quien encabeza la delegación venezolana.

Junto a Rodríguez asistieron la ministra de Salud, Luisana Melo; la ministra para Servicios Penitenciarios, Iris Varela; la rectora del Consejo Nacional Electoral, Sandra Oblitas; la ministra para la Mujer e igualdad de Género, Blanca Eekhout; el Secretario del Consejo de Derechos Humanos, Larry Devoe; y la ministra del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, Aloha Núñez.

Antes de que empezara el debate, el presidente del grupo de trabajo a cargo del examen de derechos humanos dejó claro que las intervenciones no podrían durar más de 1:10 minutos. Acto seguido intervino la delegación india, la cual solicitó más información sobre los esfuerzos para erradicar la pobreza, explicados por Venezuela en los informes entregados a la organización.

Libertad para los presos políticos fue una petición recurrente entre los países que asistieron a la revisión. Estados Unidos y Canadá fueron algunos de ellos; mientras que la delegación holandesa se mostró preocupada por las detenciones arbitrarias y la falta de acceso a un sistema judicial imparcial.

La libertad de expresión y las restricciones a la prensa fueron también dos de los puntos más criticados contra Venezuela. Japón, Italia, Finlandia y Alemania exigieron una prensa libre y que se garantice el derecho de expresión a los periodistas.

El tema carcelario también estuvo presente en la agenda de señalamientos de las demás delegaciones. Italia denunció tratos y penas crueles o degradantes de parte de las fuerzas de seguridad del Estado. A estas denuncias se sumaron Austria y Australia, cuyas delegaciones hablaron sobre el hacinamiento en las cárceles.

Aunque algunos países, como Nicaragua, abogaron por el diálogo y recomendaron al Gobierno seguir adelante con estos esfuerzos, Estados Unidos fue el único que puso la suspensión del referendo revocatorio sobre la mesa. La delegación americana pidió que se respetara la libertad de los disidentes al sistema de Gobierno y que se garantizara el derecho a la gente a elegir con el proceso referendario.

La falta de separación de poderes, la crítica situación de pobreza, la malnutrición y la escasez de medicamentos y productos básicos también fueron tema de conversación tratados en el debate.

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