Lorenzo Mendoza encabeza la lista de “enemigos” políticos del Gobierno nacional. De su nombre hacen eco chavistas y opositores a raíz de la reciente denuncia interpuesta por diputados del Psuv ante la Fiscalía en la que lo inculpan de asociación para delinquir, traición a la patria y usurpación de funciones.

Pero el dueño de Empresas Polar no es el único “rival” de la revolución. En los últimos siete meses, el discurso presidencial se recrudeció contra el sector empresarial y Jorge Roig fue blanco principal cuando presidía Fedecámaras.

“El pelucón” fue una frase que puso de moda el propio mandatario para referirse específicamente a los empresarios que, a su parecer, sólo trabajan para enriquecerse y sacrifican el bienestar social.

El 22 de abril amenazó directamente a Fedecámaras y aseguró que no le entregaría ni un dólar más.

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A lo que Roig respondió que nunca recibieron dólares ni participaron en las subastas de Sicad, porque sólo son una federación gremial.

La llamada “guerra económica” incluso salpicó a presidentes y expresidentes de la región, entre los que figuran Juan Manuel Santos y su antecesor Álvaro Uribe.

Con Santos los niveles de tensión llegaron a su punto máximo con las deportaciones de colombianos, los decretos de excepción y el cierre de las fronteras comunes bajo el argumento de la necesidad de aplicar un torniquete para evitar “el desangre económico” que produce el contrabando.

A Uribe el presidente Nicolás Maduro lo responsabilizó directamente de ser el promotor de la guerra económica, de financiar el paramilitarismo y la corrupción.

La defensa de la soberanía y la territorialidad también generaron impasses con otros gobiernos como el de David Granger, en Guyana, producto de la disputa por la zona en reclamación en el Esequibo.

Para la psicóloga social y profesora de filosofía política de la Ucab, Colett Capriles, la confrontación con el adversario es una estrategia que busca “reforzar la identidad revolucionaria del chavismo que se siente decepcionado”.

“La lucha está presta en términos existenciales. Para el Gobierno no está en juego una elección, sino su supervivencia en el poder frente a una oposición que busca tener presencia en la Asamblea Nacional”, explica.

Las acciones se tornan más “agresivas y frontales” ante el desplazamiento del Psuv en relación con la intención de voto que reflejan encuestas como la de Datanálisis, señaló la especialista.

El politólogo José Rafael Mendoza también coincide en afirmar en que el oficialismo busca “la unión perfecta”. “Se quiere cohesionar al chavismo al representar en el imaginario colectivo que tienen el mismo enemigo y que no descansarán al enfrentarlo para mantener su fuerza política”, afirma.

Pero resalta que la oposición no logra responder de manera estratégica a la reacción gubernamental. “Es un error de la oposición no plantear el debate jurídico en torno de la legalidad o no del audio que se sustrajo de una conversación personal en el caso de Mendoza. Siempre terminan reaccionando ante la acción gubernamental en lugar de accionar”, cuestionó.

Foto: Diario República.com

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