La oposición encabezada por Juan Guaidó parece decantarse por la abstención ante lo que denuncia como un “fraude electoral” cantado.
Ni el comité de postulaciones electorales de la Asamblea Nacional tiene clara cuál es la estrategia que asumirán de cara a las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre.
Ante este escenario, el analista y presidente de la encuestadora Datincorp, Jesús Seguías, advierte que la abstención “no es una política y no conduce a ningún lado».
“Lo peor es que no estamos hablando sólo de una abstención electoral, ahora hablamos de una abstención política porque la oposición está paralizada, está inactiva, quedó desarticulada y sin iniciativa”, cuestiona.
Y agrega: “El problema es que han convertido la abstención en una estrategia y las consecuencias son fatales porque la abstención política y electoral es la inacción, es no hacer nada, y para no hacer nada es preferible hacer actividades que vayan permitiendo conquistas de espacios, de trincheras, esto es una lucha paso a paso”.
En 2005, la oposición usó la abstención como mecanismo de protesta; sin embargo, la decisión de no participar en las parlamentarias de ese año se tradujo en una Asamblea Nacional de mayoría chavista que modificó la ley electoral, la composición del Poder Electoral y del Poder Judicial.
Seguías explica que la ruta electoral debe ser la estrategia opositora porque es el terreno en el que tiene mayores fortalezas.
“Cada quien lucha en los escenarios donde es más fuerte no donde es débil y mucho menos se puede jugar en el terreno que es favorable al adversario. La oposición abandonó la ruta electoral para asumir la confrontación violenta, la vía de la insurrección, del golpe de Estado y de las amenazas internacionales y el gobierno de (Nicolás) Maduro ha sido más fuerte en ese sentido”, subraya.
Esta ruta dominó a los partidos más representativos desde 2014 hasta 2020, expresa el periodista e investigador. “Esto ha sido una gran lección política y esperemos que la oposición rectifique porque lo que está en discusión no son las parlamentarias, es la definición de la ruta política definitiva que debe tomar la oposición para lograr un cambio político en el país”.
Seguías sostiene que la crisis interna de la oposición “no tiene que ver con el Consejo Nacional Electoral ni con el chavismo” y que será superada una vez se define una estrategia clara y unitaria.
“Lo primero que tiene que hacer es definir su estrategia final, cual es la ruta que va a practicar para impulsar un cambio y enfocarse en eso. A mi entender es la ruta electoral no hay otra. Si logra entender eso, sin duda alguna va a salir al ruedo electoral con una inmensa fortaleza, eso se demostró en el 2015”, afirma.
En 2015 la oposición obtuvo se segunda gran victoria electoral en ocho años al obtener la mayoría parlamentaria. Esto se debe a que fue unida, con una sola tarjeta y con una campaña bien cohesionada, en opinión del analista.
“¿Cuesta mucho insistir con esa misma estrategia sabiendo que el 80% de los venezolanos no quieren al gobierno actual? Ese 80% es un mercado electoral cautivo sobre el cual tienen que trabajar con una excelente narrativa política para que voten, ahí es donde la oposición tiene que ponerse a trabajar urgentemente”, responde.
Las condiciones electorales son un punto de debate que divide opiniones y desmoviliza. Sobre el deterioro de las garantías democráticas, el presidente de Datincorp argumenta que siguen siendo las mismas que las de 2015.
“Las condiciones electorales de 2015, las de hoy y de años anteriores siguen siendo las mismas con un organismo electoral controlado totalmente por el gobierno. En 2015 había un solo rector de la oposición, hoy en día hay dos, aún cuando los puedan llamar moderados son dos personas que no pertenecen al oficialismo”, expone.
Insiste en que todos los procesos electorales el CNE ha tolerado trampas y fraudes como el que ocurrió en el estado Bolívar en las elecciones regionales de 2017 valiéndose del estrecho margen de diferencia que existía entre el candidato opositor y el chavista.
“He visto a muchos opositores quejarse de los puntos rojos, del voto asistido, del famoso carrusel, todos esos son mecanismos para controlar al 15% o 20% que dice que es chavista, eso no va a cambiar una tendencia dominante, por eso digo que son excusas para justificar la inacción”, señala.
Recordó que en 2015 el chavismo logró imponer un clon de la tarjeta de la MUD justo al lado, en la boleta electoral, para que los electores se confundieran y no votaran, esto con la anuencia del CNE. El partido Copei también fue ilegalizado.
“¿Qué es lo que está en discusión?, el destino de unos políticos determinados o el destino de la nación? Si no es el partido A, puede ser el B y si no tendrá que ser el C. el protagonismo de los partidos y de las individualidades está demás en este momento histórico. Hay que retomar la cordura política”, reflexiona.
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La oposición encabezada por Juan Guaidó parece decantarse por la abstención ante lo que denuncia como un “fraude electoral” cantado.
Ni el comité de postulaciones electorales de la Asamblea Nacional tiene clara cuál es la estrategia que asumirán de cara a las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre.
Ante este escenario, el analista y presidente de la encuestadora Datincorp, Jesús Seguías, advierte que la abstención “no es una política y no conduce a ningún lado».
“Lo peor es que no estamos hablando sólo de una abstención electoral, ahora hablamos de una abstención política porque la oposición está paralizada, está inactiva, quedó desarticulada y sin iniciativa”, cuestiona.
Y agrega: “El problema es que han convertido la abstención en una estrategia y las consecuencias son fatales porque la abstención política y electoral es la inacción, es no hacer nada, y para no hacer nada es preferible hacer actividades que vayan permitiendo conquistas de espacios, de trincheras, esto es una lucha paso a paso”.
En 2005, la oposición usó la abstención como mecanismo de protesta; sin embargo, la decisión de no participar en las parlamentarias de ese año se tradujo en una Asamblea Nacional de mayoría chavista que modificó la ley electoral, la composición del Poder Electoral y del Poder Judicial.
Seguías explica que la ruta electoral debe ser la estrategia opositora porque es el terreno en el que tiene mayores fortalezas.
“Cada quien lucha en los escenarios donde es más fuerte no donde es débil y mucho menos se puede jugar en el terreno que es favorable al adversario. La oposición abandonó la ruta electoral para asumir la confrontación violenta, la vía de la insurrección, del golpe de Estado y de las amenazas internacionales y el gobierno de (Nicolás) Maduro ha sido más fuerte en ese sentido”, subraya.
Esta ruta dominó a los partidos más representativos desde 2014 hasta 2020, expresa el periodista e investigador. “Esto ha sido una gran lección política y esperemos que la oposición rectifique porque lo que está en discusión no son las parlamentarias, es la definición de la ruta política definitiva que debe tomar la oposición para lograr un cambio político en el país”.
Seguías sostiene que la crisis interna de la oposición “no tiene que ver con el Consejo Nacional Electoral ni con el chavismo” y que será superada una vez se define una estrategia clara y unitaria.
“Lo primero que tiene que hacer es definir su estrategia final, cual es la ruta que va a practicar para impulsar un cambio y enfocarse en eso. A mi entender es la ruta electoral no hay otra. Si logra entender eso, sin duda alguna va a salir al ruedo electoral con una inmensa fortaleza, eso se demostró en el 2015”, afirma.
En 2015 la oposición obtuvo se segunda gran victoria electoral en ocho años al obtener la mayoría parlamentaria. Esto se debe a que fue unida, con una sola tarjeta y con una campaña bien cohesionada, en opinión del analista.
“¿Cuesta mucho insistir con esa misma estrategia sabiendo que el 80% de los venezolanos no quieren al gobierno actual? Ese 80% es un mercado electoral cautivo sobre el cual tienen que trabajar con una excelente narrativa política para que voten, ahí es donde la oposición tiene que ponerse a trabajar urgentemente”, responde.
Las condiciones electorales son un punto de debate que divide opiniones y desmoviliza. Sobre el deterioro de las garantías democráticas, el presidente de Datincorp argumenta que siguen siendo las mismas que las de 2015.
“Las condiciones electorales de 2015, las de hoy y de años anteriores siguen siendo las mismas con un organismo electoral controlado totalmente por el gobierno. En 2015 había un solo rector de la oposición, hoy en día hay dos, aún cuando los puedan llamar moderados son dos personas que no pertenecen al oficialismo”, expone.
Insiste en que todos los procesos electorales el CNE ha tolerado trampas y fraudes como el que ocurrió en el estado Bolívar en las elecciones regionales de 2017 valiéndose del estrecho margen de diferencia que existía entre el candidato opositor y el chavista.
“He visto a muchos opositores quejarse de los puntos rojos, del voto asistido, del famoso carrusel, todos esos son mecanismos para controlar al 15% o 20% que dice que es chavista, eso no va a cambiar una tendencia dominante, por eso digo que son excusas para justificar la inacción”, señala.
Recordó que en 2015 el chavismo logró imponer un clon de la tarjeta de la MUD justo al lado, en la boleta electoral, para que los electores se confundieran y no votaran, esto con la anuencia del CNE. El partido Copei también fue ilegalizado.
“¿Qué es lo que está en discusión?, el destino de unos políticos determinados o el destino de la nación? Si no es el partido A, puede ser el B y si no tendrá que ser el C. el protagonismo de los partidos y de las individualidades está demás en este momento histórico. Hay que retomar la cordura política”, reflexiona.