Dos hombres de saco azul marino se bajaron primero de la camioneta negra con vidrios oscuros. Uno de ellos se dirigió al tumulto de periodistas, fotógrafos y camarógrafos que esperaba desde temprano captar el momento de su llegada. “Por favor, les voy a agradecer que despejen un pasillito”, dijo el de seguridad con marcado acento español. A los pocos segundos, se bajó del vehículo. Vestía una chaqueta color crema y llevaba unos lentes de sol. Eran las 12 del mediodía. Había llegado a la sede principal de Copei, en Caracas, el expresidente  Felipe González.

“Buenas tardes”, dijo sonriente. Entró por equivocación al salón central donde estaba programada la rueda de prensa que ofrecería la Mesa de la Unidad (MUD). Rápidamente le informaron que allí no era la reunión. “A la derecha”, le dijeron. Cruzó el pasillo e ingresó a la habitación donde lo esperaban el secretario de la MUD, Jesús “Chúo” Torrealba; la esposa y la madre de Leopoldo López, Lilian Tintori y Antonieta de López; Patricia de Ceballos; el coordinador de Voluntad Popular, Freddy Guevara; y Ramón Guillermo Aveledo, entre otros.

felipeg2

felipeg3

Una hora y media después, el diputado ante la Asamblea Nacional (AN), Andrés Velásquez, salió por la puerta de acceso al salón principal donde aguardaban los periodistas. Confirmó los rumores que corrían por la sede del partido: Felipe González estaría en la rueda de prensa.

“No estaba previsto que yo apareciera acá, pero he decidido salir y voy a responder solo tres preguntas”, advirtió quien fue presidente de España durante el período 1982-1996. Fue breve. Habló cerca de 10 minutos y fue insistente al resaltar que el Gobierno de Venezuela no le ha realizado ninguna propuesta para reunirse con él.

En cambio, en el Gobierno del presidente Hugo Chávez, fallecido en 2013, se realizaron tres reuniones entre ambos mandatarios. “Yo he venido tres veces a Venezuela en los últimos años y las tres veces me entrevisté con Chávez. En la segunda entrevista me dijo: Me gustaría que viniera otra vez. Y le dije: Cuando quiera; cuando me invite, vengo. Chávez me respondió: Avíseme cuando esté cerca y ahí tiene mi teléfono personal. Cuando estuve en Cartagena le dije: Estoy en la zona, y me dijo: Véngase”.

González continuó el relato de pie, al igual que todos los que lo acompañaban. A su lado estaba Tintori, quien le sostenía la mano derecha a Patricia de Ceballos, esposa del candidato a las parlamentarias Daniel Ceballos, en huelga de hambre en el Centro para Procesados 26 de Julio.

El exmandatario expresó que una vez llegó a conversar con Chávez durante cinco horas. “¿Eso quiere decir que estábamos de acuerdo? No. Pero, ¿qué importa eso? Hablamos cinco horas y eso siempre es una buena conversación. Con Fidel la media eran 11 horas en una conversación”.

Acotó, “a modo de valor periodístico”, que aún guarda en su teléfono el número personal de Hugo Chávez. “A partir de ahí, ustedes evalúan; no yo”.

Con la misma actitud calmada con la que contó los detalles de las conversaciones con Chávez y Fidel Castro, Felipe González informó que acatará la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de no formar parte en la asistencia técnica de la defensa de Leopoldo López, quien permanece recluido en Ramo Verde desde hace un año y cuatro meses. Sin embargo, intentará visitarlo y, “si pudiera”, también a Daniel Ceballos.

¿Cuánto tiempo permanecerá en el país?, fue la última pregunta que respondió con un: -“No mucho”. Y se despidió.

Salió del salón escoltado por cuatro hombres y le siguieron Lilian Tintori, Patricia de Ceballos y Antonieta de López.

Vanessa Arenas/ @VanessaVenezia

Deja un comentario