La diputada a la Asamblea Nacional, Gaby Arellano, informó durante un recorrido que realiza por todo el oeste de la capital venezolana, que la participación ha sido masiva. «Se están acabando los cuadernos», dijo y aseguró que los votantes claman por más libros de votación. La parlamentaria estuvo en Macarao, San Agustín, La Pastora, Catia, El Valle y de acuerdo con lo que pudo comprobar solo hubo algunos altercados en Catia y San Agustín. «Pero ya está todo resuelto», aclaró.
Dijo también que en el estado Amazonas atacaron con bombas lacrimógenas un punto soberano, pero que éste ha sido el único hecho conflictivo que maneja hasta los momentos.
Una de las cosas que más la impactó según dijo a Efecto Cocuyo, es que en las parroquias del oeste ha visto participar no solo a adultos mayores y estudiantes, sino también a funcionarios públicos de distintos ministerios. «Muestran sus cédulas y sus carnets», aseguró.
Por otro lado la emotividad del proceso también le ha parecido relevante: «Vengo saliendo de La Pastora no tiene forma de describirse. Es una pasión incalculable», añadió. Describió a la gente en las colas como llenas de compromiso y amor. A lo largo de las filas la gente no le ha dicho mucho pero si se ha encontrado con «lágrimas, abrazos, pocas palabras y muchas miradas. También sonrisas», finalizó.
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La diputada a la Asamblea Nacional, Gaby Arellano, informó durante un recorrido que realiza por todo el oeste de la capital venezolana, que la participación ha sido masiva. «Se están acabando los cuadernos», dijo y aseguró que los votantes claman por más libros de votación. La parlamentaria estuvo en Macarao, San Agustín, La Pastora, Catia, El Valle y de acuerdo con lo que pudo comprobar solo hubo algunos altercados en Catia y San Agustín. «Pero ya está todo resuelto», aclaró.
Dijo también que en el estado Amazonas atacaron con bombas lacrimógenas un punto soberano, pero que éste ha sido el único hecho conflictivo que maneja hasta los momentos.
Una de las cosas que más la impactó según dijo a Efecto Cocuyo, es que en las parroquias del oeste ha visto participar no solo a adultos mayores y estudiantes, sino también a funcionarios públicos de distintos ministerios. «Muestran sus cédulas y sus carnets», aseguró.
Por otro lado la emotividad del proceso también le ha parecido relevante: «Vengo saliendo de La Pastora no tiene forma de describirse. Es una pasión incalculable», añadió. Describió a la gente en las colas como llenas de compromiso y amor. A lo largo de las filas la gente no le ha dicho mucho pero si se ha encontrado con «lágrimas, abrazos, pocas palabras y muchas miradas. También sonrisas», finalizó.