Un sonreído Vicepresidente apareció ante la cámara de Venezolana de Televisión y saludó fraternalmente al nuevo presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno. Cruzó algunas palabras con los magistrados Indira Izaguirre y Juan Mendoza y entró en el auditorio principal del máximo tribunal donde esperaban los ministros.
Antes de subir a la tribuna en el salón especial, Tareck El Aissami se detuvo a saludar al ministro de Cultura y hermano del fallecido presidente Hugo Chávez, Adán Chávez, quien le susurró una frase, y caminó hasta la primera fila donde se sentó junto a la ministra del Despacho de la Presidencia Carmen Meléndez y el ministro de Economía Ramón Lobo.
“Nos reúne en esta ocasión el objeto de dar cumplimiento a la sentencia 90/2017 dictada por la Sala Constitucional que, como órgano colegiado, ha emprendido por la vía jurídica el orden restaurador de los Poderes Públicos”, manifestó Moreno en su primer discurso como presidente del TSJ antes de cederle la palabra a El Aissami.
El Vicepresidente Ejecutivo dedicó casi toda su intervención, de una hora, a descalificar al secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA), al expresidente de Estados Unidos Barack Obama y a la guerra económica.
“Fracasaron los intentos desestabilizadores del infame antivenezolano secretario general de la OEA, Luis Almagro. La perversidad que ha pretendido desplegar contra Venezuela no solo es contra el Gobierno revolucionario, sino que hasta el más enconado adversario u opositor sufriría las consecuencias impredecibles de llegarse a concretar sus macabros planes”, afirmó ante el auditorio.
También se refirió a Obama como el “nefasto premio Nobel de la Paz”, aunque no dijo ni una sola palabra del nuevo mandatario Donald Trump.
El controvertido político destacó, entre otras cosas, que la pobreza extrema había llegado a 4,4% en 2016. El nivel histórico más bajo en los últimos 18 años, pese a que reveló que la tasa de desempleo aumentó a 7,5% respecto a 2015.
Aquí, las cifras que refirió en su alocución:
Los Ministros entregaron, uno por uno, los libros rojos con su respectiva memoria y cuenta al presidente del máximo tribunal. El de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, destacó entre las apariciones al presentarse con un liqui-liqui negro, luego de que la AN aprobara un voto de censura en su contra al que le sigue constitucionalmente su destitución.