Custodiaban varios vehículos de carga pesada, pero no llevaban armas consigo. En su lugar, en las manos sostenían banderines de Venezuela y rosas de color blanco. Iban sentados sobre montones de cajas, unas sobre otras, cautivados por la esperanza. Lentamente se aproximaban al lado venezolano del puente internacional Francisco de Paula Santander mientras coreaban “¡sí se puede, sí se puede!”, pero el sonido de las detonaciones frenó en seco la ilusión.

Era la 1:45 pm del sábado 23 de febrero, el día que se esperaba que la ayuda entrara “sí o sí” y que el discurso de permitir el ingreso de carácter humanitario calara entre las filas de los uniformados. Sin embargo, solo una pequeña parte de lo que sería el primer envío de medicinas y alimentos donados por la comunidad internacional logró entrar al territorio venezolano. La represión marcó la histórica jornada desde temprano.

El plan original de ingresar por el puente de Tienditas fue abortado. Los guardias nacionales no dudaron en lanzar las primeras bombas lacrimógenas para aplacar cualquier intención. Además, del otro lado se erigía la tarima del concierto chavista.

En el oeste del país y con ayuda del gobierno colombiano, se replanteó la ruta de la ayuda y se procedió a hacer el ingreso por el puenteFrancisco de Paula Santander. En paralelo, efectivos policiales reprimían por los otros puentes que conectan a los países hermanos: Tienditas y Simón Bolívar.

A las 2:00 pm se concretó el histórico ingreso a territorio venezolano de la ayuda, pero funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana repelieron la acción a punta de gases y se incendiaron dos de las gandolas. Al ver los vehículos devorados por las llamas, los voluntarios que custodiaban el cargamento empezaron a descargar las cajas, una a una, para salvarlas.

Según la diputada Gaby Arellano, los responsables del incendio de las unidades fueron funcionarios de la PNB después de más de una hora de represión en el puente fronterizo.

Mientras se incineraba la ayuda, Nicolás Maduro anunciaba en el acto chavista la ruptura de relaciones diplomáticas y políticas con el Gobierno colombiano. También dio 24 horas al personal diplomático para abandonar el país.

Foto: Iván Reyes
Foto: Iván Reyes

Pasadas las 4:00 pm, las gandolas tuvieron que regresar de vuelta a territorio colombiano.

Las autoridades del país vecino ofrecieron un balance para el final de la jornada y confirmaron que más de 60 funcionarios policiales y militares solicitaron refugio en Colombia. Durante el día, varios uniformados alzaron sus armas al aire, desertaron las Fuerzas Armadas venezolanas y se pusieron a la orden del presidente encargado Juan Guaidó.

Por el norte y por el sur

Horas antes, en el sur del país, la entrada del cargamento brasileño se realizó con éxito. Así lo confirmaron los diputados a la Asamblea Nacional Miguel Pizarro y Stalin González. Cerca de las 11:00 am, las cajas lograron pasar por Boa Vista, pero la región sur no estuvo libre de represión.

Temprano empezó el despliegue policial y de grupos irregulares en el estado Bolívar. Horas después, la ONG Foro Penal confirmó que cuatro personas murieron producto de la violenta arremetida.

La ayuda que se prevía que entrara por vía marítima también tuvo que devolverse a las Antillas Holandesas, al puerto desde donde partió. Cargados de ayuda humanitaria, alegaron que la Armada de Venezuela amenazó con abrir fuego contra la embarcación que apenas se acercaba a las costas del país.

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