OPINIÓN · 17 ABRIL, 2016 12:02

Sobre los puentes y otros dilemas

Ver más de

Miguel Ángel Latouche | @miglatouche

¿Cómo valoras esta información?

QUÉ CHÉVERE
QUÉ INDIGNANTE
QUÉ CHIMBO

No existe en la historia de la humanidad un ejemplo de una sociedad que hubiese logrado progresar sin que mediase la necesidad de trabajar. El trabajo es un factor de socialización que nos permite el encuentro con el otro y la definición de metas comunes alrededor del esfuerzo productivo. Los grandes logros de la humanidad son el resultado del esfuerzo permanente en la consecución de aquello que se quiere alcanzar. El puente de esta semana habla muy mal de nosotros mismos. El hombre es un sujeto que labora, que transforma, que es capaz de cambiar al mundo para adecuarlo a sus necesidades y su bienestar. Hay que considerar que la posibilidad que tenemos de construir, al menos una parte, de la realidad que nos circunda, resulta del esfuerzo creador,  del pensamiento que se materializa en el quehacer.

El asunto no es nuevo, aunque hemos llegado a un punto de perversión inédito, yo creo en nuestra historia. La gente de mi generación vivió en razón de un presupuesto terrible, aquel según el cual el país estaba condenado al éxito. Si lo recuerdan, la frase era parte del discurso oficial. Es terrible porque se le dijo a mi generación que no importaba lo que hiciésemos, de cualquier modo íbamos a llegar a la meta. Se nos dijo, de manera irresponsable, que las condiciones estaban dadas para que todo saliera bien. La realidad, que siempre es más contundente que la ficción, se encargó de mostrarnos que estábamos equivocados y muchos años después nos ha colocado ante este gran fracaso nacional que compartimos.

Creo que los diagnósticos son claros, nos encontramos ante un país que no funciona, que se encuentra a punto de colapso, que no solo ha visto disminuir sus capacidades productivas, que ha visto como ha aumentado la pobreza, la inflación o el desabastecimiento, sino que además ha visto como se destruye de manera paulatina pero constante el entramado institucional sobre el cual, se supone, se soporta la convivencia colectiva. Es así como somos, cada vez más, víctimas de la delincuencia y la barbarie, de la destrucción de las valoraciones que hacemos acerca del otro. Vivimos en una sociedad que ha llegado al punto perverso de desvalorizar la vida humana.

Se trata de la pérdida de la estructura de funcionamiento de nuestra sociedad y, en consecuencia, de la imposibilidad de construir el futuro de manera coherente. La verdad sea dicha vivimos bajo la lógica de la supervivencia. De allí que se haya hecho tan difícil soñar en el futuro, construir para ser felices. Es difícil establecer metas viables en un país sin seguridad jurídica y sin seguridad personal. Quizás por eso me problematiza de la manera como lo hace, la forma irresponsable como se atienden los dilemas que confrontamos como sociedad. Si convenimos en la idea de que vivimos en una de las crisis más dramáticas de nuestra vida republicana, equivalente, quizás, a algunos de los momentos más duros de nuestro siglo XIX, tendríamos que preguntarnos con seriedad qué diantres es esto de andar construyendo puentes a lo largo del calendario cada vez que se presente la oportunidad.

Uno tendría que considerar que ya es terrible el hecho que de muchos de nuestros funcionarios trabajen, como lo hacen, de 8 a 1 de la tarde en cumplimiento del fulano horario de ahorro de energía. Es paradójico, por ejemplo que en un país desbordado por la violencia el Ministerio del Interior tenga un horario reducido. No contentos con esto el Ejecutivo decidió que toda la administración dejase de trabajar los viernes. Con lo cual los funcionarios terminan laborando de manera efectiva el equivalente a dos días de cinco.

El colmo del asunto es que a cada oportunidad nos saltamos días de trabajo en esa cosa terrible que los venezolanos hemos institucionalizado como el derecho a hacer puentes. Vale decir que el de esta semana es equivalente, en días de asueto, al carnaval. Uno se pregunta cómo es que se puede construir una idea de progreso basada en el no- hacer. Allí donde se debería solicitar a las personas un mayor esfuerzo en favor de la reconstrucción del este colectivo maltrecho del cual formamos parte, se le dice a la gente que no haga nada, que se quede en su casa, que no hace falta laborar para recibir alguna remuneración, que el país no los necesita. Seguimos siendo víctimas del rentismo petrolero, ya no solo por la dependencia que nos ha impuesto y las distorsiones que implica en nuestros procesos directivos, sino que ahora se ha establecido como una metáfora social desde la cual no hace falta hacer nada para que el país funcione. Al final las cosas siguen andando, de mala manera claro, sin objetivos claros, sin que hayamos sido capaces de producir bienestar. Seguimos sentados sobre un barril de petróleo columpiándonos de un lado a otro mientras nos tocamos el diente roto.

ESPECIALES · 19 MARZO, 2023

20 presas políticas

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 15 MARZO, 2023

Ser docente en Venezuela, un oficio en quiebre

Texto por Albany Andara, Reynaldo Mozo y Ronny Rodríguez

ESPECIALES · 5 MARZO, 2023

10 años de la muerte de Hugo Chávez

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 19 FEBRERO, 2023

Nicaragüenses en el destierro

Texto por Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes

ESPECIALES · 25 SEPTIEMBRE, 2021

Qué pasa en la frontera sur de Estados Unidos

Texto por Ivan Reyes | @IvanEReyes

ESPECIALES · 4 SEPTIEMBRE, 2021

Salud sexual en Venezuela: guía para jóvenes

Texto por Albany Andara Meza | @AlbanyAndara

ESPECIALES · 28 AGOSTO, 2019

Informe Bachelet

Texto por Julett Pineda Sleinan | @JulePineda

ESPECIALES · 29 JUNIO, 2021

#PandemiaEnVenezuela

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 15 MARZO, 2021

#UnAñoDePandemia

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 20 FEBRERO, 2021

Explosión Monagas

Texto por Ronny Rodríguez Rosas | @ronnyrodriguez

ESPECIALES · 4 FEBRERO, 2021

Cáncer en Venezuela

Texto por Mariana Souquett Gil | @nanasouquett

ESPECIALES · 7 NOVIEMBRE, 2020

INVESTIGACIÓN | Finanzas dispersas: el rompecabezas del Gobierno interino

Texto por Equipo de Investigación (*)

ESPECIALES · 5 JULIO, 2020

Civiles que hicieron historia

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 14 ENERO, 2020

INVESTIGACIÓN | Metro Dirección Colapso

Texto por María Victoria Fermín Kancev | @vickyfermin

ESPECIALES · 17 DICIEMBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | 102 toneladas de droga esfumadas en manos del Estado

Texto por Cristina González | @twdecristina

ESPECIALES · 16 DICIEMBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | Vargas: Tragedia y olvido

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 22 OCTUBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | Infancia de luto

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 24 ENERO, 2019

Parir y nacer en la Venezuela del hambre

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 24 ENERO, 2019

Misses y santos

Texto por Ana Griffin y Reynaldo Mozo Zambrano

ESPECIALES · 15 JULIO, 2020

INVESTIGACIÓN | Arco Minero del Orinoco: crimen, corrupción y cianuro

Texto por Julett Pineda y Edgar López

ESPECIALES · 30 MAYO, 2019

El amargo cacao venezolano: entre el delito y el asedio oficial

Texto por Vanessa Moreno Losada | @MoreLosada24

ESPECIALES · 1 JULIO, 2021

Venezolanos en el Río Grande

Texto por Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes

OPINIÓN · 27 MARZO, 2023 05:19

Tras la última voluntad de Beethoven

Un tempestuoso día de marzo de 1827, a los 56 años, falleció el compositor alemán Ludwig van Beethoven. Estaba en cama desde diciembre, fue atacado por ictericia, sus miembros y abdomen se hincharon, cada respiración era una lucha. Luego de fallecer, sus amigos se dedicaron a la tarea de clasificar las pertenencias personales, descubriendo un documento […]

OPINIÓN · 26 MARZO, 2023 05:50

La necesaria alternabilidad

La democracia es el régimen de gobierno que más garantiza el ejercicio pleno de los derechos humanos. Aunque, evidentemente, la historia se ha encargado de mostrarnos sus fallas, carencias y desviaciones, que en no pocas oportunidades han causado cansancio por parte de poblaciones enteras. Todo esto no significa que no sea perfectible y en el […]

OPINIÓN · 25 MARZO, 2023 05:08

Feminismo como actitud ante la vida

El poder de las mujeres crece cada vez más en todo el mundo, aún en países donde a ellas se les prohíbe mostrar la cara. La presión de las mujeres identificadas como feministas ha logrado, con el apoyo de algunos hombres, aprobar leyes a su favor, alcanzar puestos destacados en el gobierno, aumentar el número […]

OPINIÓN · 24 MARZO, 2023 05:47

El impacto de las sanciones económicas

En el artículo anterior mencionábamos que a pesar de la difícil situación económica de Venezuela, la gradual dolarización de los salarios, el trabajo informal y la resiliente capacidad de rebusque de la población han aumentado la capacidad adquisitiva de la población. El impacto de las sanciones de Estados Unidos en Venezuela ha sido objeto de […]

OPINIÓN · 17 ABRIL, 2016

Sobre los puentes y otros dilemas

Texto por Miguel Ángel Latouche | @miglatouche

No existe en la historia de la humanidad un ejemplo de una sociedad que hubiese logrado progresar sin que mediase la necesidad de trabajar. El trabajo es un factor de socialización que nos permite el encuentro con el otro y la definición de metas comunes alrededor del esfuerzo productivo. Los grandes logros de la humanidad son el resultado del esfuerzo permanente en la consecución de aquello que se quiere alcanzar. El puente de esta semana habla muy mal de nosotros mismos. El hombre es un sujeto que labora, que transforma, que es capaz de cambiar al mundo para adecuarlo a sus necesidades y su bienestar. Hay que considerar que la posibilidad que tenemos de construir, al menos una parte, de la realidad que nos circunda, resulta del esfuerzo creador,  del pensamiento que se materializa en el quehacer.

El asunto no es nuevo, aunque hemos llegado a un punto de perversión inédito, yo creo en nuestra historia. La gente de mi generación vivió en razón de un presupuesto terrible, aquel según el cual el país estaba condenado al éxito. Si lo recuerdan, la frase era parte del discurso oficial. Es terrible porque se le dijo a mi generación que no importaba lo que hiciésemos, de cualquier modo íbamos a llegar a la meta. Se nos dijo, de manera irresponsable, que las condiciones estaban dadas para que todo saliera bien. La realidad, que siempre es más contundente que la ficción, se encargó de mostrarnos que estábamos equivocados y muchos años después nos ha colocado ante este gran fracaso nacional que compartimos.

Creo que los diagnósticos son claros, nos encontramos ante un país que no funciona, que se encuentra a punto de colapso, que no solo ha visto disminuir sus capacidades productivas, que ha visto como ha aumentado la pobreza, la inflación o el desabastecimiento, sino que además ha visto como se destruye de manera paulatina pero constante el entramado institucional sobre el cual, se supone, se soporta la convivencia colectiva. Es así como somos, cada vez más, víctimas de la delincuencia y la barbarie, de la destrucción de las valoraciones que hacemos acerca del otro. Vivimos en una sociedad que ha llegado al punto perverso de desvalorizar la vida humana.

Se trata de la pérdida de la estructura de funcionamiento de nuestra sociedad y, en consecuencia, de la imposibilidad de construir el futuro de manera coherente. La verdad sea dicha vivimos bajo la lógica de la supervivencia. De allí que se haya hecho tan difícil soñar en el futuro, construir para ser felices. Es difícil establecer metas viables en un país sin seguridad jurídica y sin seguridad personal. Quizás por eso me problematiza de la manera como lo hace, la forma irresponsable como se atienden los dilemas que confrontamos como sociedad. Si convenimos en la idea de que vivimos en una de las crisis más dramáticas de nuestra vida republicana, equivalente, quizás, a algunos de los momentos más duros de nuestro siglo XIX, tendríamos que preguntarnos con seriedad qué diantres es esto de andar construyendo puentes a lo largo del calendario cada vez que se presente la oportunidad.

Uno tendría que considerar que ya es terrible el hecho que de muchos de nuestros funcionarios trabajen, como lo hacen, de 8 a 1 de la tarde en cumplimiento del fulano horario de ahorro de energía. Es paradójico, por ejemplo que en un país desbordado por la violencia el Ministerio del Interior tenga un horario reducido. No contentos con esto el Ejecutivo decidió que toda la administración dejase de trabajar los viernes. Con lo cual los funcionarios terminan laborando de manera efectiva el equivalente a dos días de cinco.

El colmo del asunto es que a cada oportunidad nos saltamos días de trabajo en esa cosa terrible que los venezolanos hemos institucionalizado como el derecho a hacer puentes. Vale decir que el de esta semana es equivalente, en días de asueto, al carnaval. Uno se pregunta cómo es que se puede construir una idea de progreso basada en el no- hacer. Allí donde se debería solicitar a las personas un mayor esfuerzo en favor de la reconstrucción del este colectivo maltrecho del cual formamos parte, se le dice a la gente que no haga nada, que se quede en su casa, que no hace falta laborar para recibir alguna remuneración, que el país no los necesita. Seguimos siendo víctimas del rentismo petrolero, ya no solo por la dependencia que nos ha impuesto y las distorsiones que implica en nuestros procesos directivos, sino que ahora se ha establecido como una metáfora social desde la cual no hace falta hacer nada para que el país funcione. Al final las cosas siguen andando, de mala manera claro, sin objetivos claros, sin que hayamos sido capaces de producir bienestar. Seguimos sentados sobre un barril de petróleo columpiándonos de un lado a otro mientras nos tocamos el diente roto.

¿Cómo valoras esta información?

QUÉ CHÉVERE

QUÉ INDIGNANTE

QUÉ CHIMBO

OPINIÓN · 27 MARZO, 2023 05:19

Tras la última voluntad de Beethoven

OPINIÓN · 26 MARZO, 2023 05:50

La necesaria alternabilidad

OPINIÓN · 25 MARZO, 2023 05:08

Feminismo como actitud ante la vida