Por
António Guterres
Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Mensaje con motivo del Día Internacional de la Mujer
En el Día Internacional de la Mujer, celebramos a las mujeres y las niñas de todo el mundo. Celebramos sus contribuciones para poner fin a la pandemia de COVID-19. Sus ideas, sus innovaciones y su activismo, que están transformando nuestro mundo a mejor. Y su liderazgo en todos los ámbitos de la vida. Pero también reconocemos que hay demasiados aspectos en los que el reloj de los derechos de las mujeres va para atrás.
La pandemia ha dejado a las niñas y las mujeres fuera de las escuelas y los lugares de trabajo. Estas se enfrentan a la creciente pobreza y la violencia en aumento. Realizan en todo el mundo la gran mayoría del trabajo de cuidados no remunerado, pero esencial.
Son objeto de violencia y abusos, solo por razón de su género. En todos los países, las mujeres están escandalosamente infrarrepresentadas en los círculos de poder y los consejos de administración. Y, como nos recuerda el tema de este año, son las más afectadas por el cambio climático y la degradación del medio ambiente.
A partir de este momento, en el Día Internacional de la Mujer, es la hora en que el reloj vaya hacia adelante para todas las mujeres y niñas. Garantizando una educación de calidad para todas las niñas, que les permita construir la vida que desean y ayudar a hacer del mundo un lugar mejor para todas las personas. Con inversiones a gran escala en formación y trabajo decente para las mujeres. Con medidas efectivas para acabar con la violencia de género. Con acciones audaces para proteger nuestro planeta. Con una sanidad universal plenamente integrada en los sistemas de protección social. Y con medidas específicas, como las cuotas de género, para que nos beneficiemos de las ideas, de la experiencia y del liderazgo de las mujeres allá donde se adopten decisiones.
La desigualdad de género es esencialmente una cuestión de poder, en un mundo dominado por los hombres y una mentalidad dominada por los hombres. Las relaciones de poder tienen que invertirse.
En las Naciones Unidas, hemos logrado la paridad de género entre el personal directivo en la sede y en todo el mundo, y esto ha mejorado nuestro trabajo y representa mejor a las comunidades a las que servimos.
Necesitamos más mujeres ministras de medio ambiente, lideresas empresariales y presidentas y primeras ministras. Ellas pueden impulsar a los países a afrontar la crisis climática, crear empleos verdes y construir un mundo más justo y sostenible.
No podemos salir de la pandemia con el reloj retrocediendo en la igualdad de género. Tenemos que hacerlo ir hacia adelante en los derechos de las mujeres.
Ahora es la hora.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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Por
António Guterres
Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
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En el Día Internacional de la Mujer, celebramos a las mujeres y las niñas de todo el mundo. Celebramos sus contribuciones para poner fin a la pandemia de COVID-19. Sus ideas, sus innovaciones y su activismo, que están transformando nuestro mundo a mejor. Y su liderazgo en todos los ámbitos de la vida. Pero también reconocemos que hay demasiados aspectos en los que el reloj de los derechos de las mujeres va para atrás.
La pandemia ha dejado a las niñas y las mujeres fuera de las escuelas y los lugares de trabajo. Estas se enfrentan a la creciente pobreza y la violencia en aumento. Realizan en todo el mundo la gran mayoría del trabajo de cuidados no remunerado, pero esencial.
Son objeto de violencia y abusos, solo por razón de su género. En todos los países, las mujeres están escandalosamente infrarrepresentadas en los círculos de poder y los consejos de administración. Y, como nos recuerda el tema de este año, son las más afectadas por el cambio climático y la degradación del medio ambiente.
A partir de este momento, en el Día Internacional de la Mujer, es la hora en que el reloj vaya hacia adelante para todas las mujeres y niñas. Garantizando una educación de calidad para todas las niñas, que les permita construir la vida que desean y ayudar a hacer del mundo un lugar mejor para todas las personas. Con inversiones a gran escala en formación y trabajo decente para las mujeres. Con medidas efectivas para acabar con la violencia de género. Con acciones audaces para proteger nuestro planeta. Con una sanidad universal plenamente integrada en los sistemas de protección social. Y con medidas específicas, como las cuotas de género, para que nos beneficiemos de las ideas, de la experiencia y del liderazgo de las mujeres allá donde se adopten decisiones.
La desigualdad de género es esencialmente una cuestión de poder, en un mundo dominado por los hombres y una mentalidad dominada por los hombres. Las relaciones de poder tienen que invertirse.
En las Naciones Unidas, hemos logrado la paridad de género entre el personal directivo en la sede y en todo el mundo, y esto ha mejorado nuestro trabajo y representa mejor a las comunidades a las que servimos.
Necesitamos más mujeres ministras de medio ambiente, lideresas empresariales y presidentas y primeras ministras. Ellas pueden impulsar a los países a afrontar la crisis climática, crear empleos verdes y construir un mundo más justo y sostenible.
No podemos salir de la pandemia con el reloj retrocediendo en la igualdad de género. Tenemos que hacerlo ir hacia adelante en los derechos de las mujeres.
Ahora es la hora.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.