OPINIÓN · 9 NOVIEMBRE, 2021 05:38

La mácula que profanó la autonomía universitaria

Ver más de

Antonio José Monagas

¿Cómo valoras esta información?

1
QUÉ CHÉVERE
QUÉ INDIGNANTE
QUÉ CHIMBO

La historia de Venezuela está asediada de chantajes, extorsiones y sobornos. Estos delitos cargados de un crudo sectarismo, resentimiento y hechos de exclusión, robaron la historia de la nación. Las pautas de odio que, como órdenes, emanan de un Ejecutivo Nacional acusado de usurpación y de tantas transgresiones que hicieron del Estado venezolano un “Estado forajido”, se convirtieron en eficaces criterios de gobierno.

El asesinato de la democracia venezolana o de lo que, como sistema político alcanzó a ser, fue objetivo político y militar que determinó la ruta que el régimen actual, de manera solapada, trazó en forjados planes.

El régimen venezolano -durante casi 23 años de (des)gobierno- sembró la intolerancia necesaria, mediante la cual se alimentó la sed de poder que infundió desvergüenza y tantos males más. Sobre todo, a quienes sin conciencia alguna se plegaron al grupo de depredadores que, desde distintas posiciones de gobierno, desmantelan a placer cuanta institución todavía respiraba aires libertarios.

Esos personajes, encubiertos en artificios que disimulan la corrupción que practican, y siguiendo el guion de un proyecto ideológico inspirado en ortodoxos mecanismos sociales buscan igualar por debajo al venezolano. Para eso, es menester aplastar cualquier concepto que exalte la educación como razón de desarrollo social, escalada cultural y crecimiento económico.

Por tanto, ha sido necesario que esos gobernantes puedan valerse de cuanto engaño sea posible. De cualquier artificio que allane toda situación de sólida resistencia estructural que constituya, en sus criterios, una seria amenaza a la impudicia que sirve como bandera a la corriente política del llamado “socialismo del siglo XXI”.

Disparatar la autonomía universitaria o enredar sus implicaciones por causas de reveses mas políticos que administrativos, es una aberración de injustificada razón. Y precisamente, es lo que está afectando el discurrir de la Universidad autónoma nacional. Particularmente, de la Universidad Central de Venezuela. Con ello, se ha deshonrado el valor institucional que simboliza el concepto y praxis de la autonomía universitaria. Habida cuenta de lo que explaya la Constitución de la República en su artículo 109.

Haberse sancionado la autonomía universitaria como “principio y jerarquía” que permite a la Universidad darse “(…) sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio (…)”, es actuar a modo propio en torno a la conservación y aumento del saber. Y garantizar tan noble objetivo, pasa por el hecho de proceder con conocimiento de causa en la dirección de tan honrado compromiso. Y dicho propósito, sólo puede y debe ser conducido por universitarios de consciencia académica. Por académicos con sentido de responsabilidad social.

Otra explicación del mismo problema

En otras palabras, es defender el concepto y vida de la Universidad autónoma lo cual sólo puede ser entendido y atendido al margen de líneas emanadas por ideología política o partido político alguno.

Su cometido no debe estar a las órdenes de un gobernante. Ni tampoco, la Universidad debe estar sometida por coyunturas que favorezcan situación política de alguna índole. Menos aún, con la intención de proporcionar lo que circunstancias políticas exijan a través de voceros políticos.

Por lo contrario. Que todo sea en aras del progreso de la sociedad a la que suscribe sus intereses académicos, su enriquecimiento y elevación material y espiritual.

Si la Universidad se presta a manejos sumarios o parciales, apegados a una demanda en particular, la dirección de la vida superior del país, caería en manos de facciones políticas o armadas sin que puedan medirse y evitarse sus consecuencias.

La dinámica política que viene prevaleciendo en Venezuela ha sido por causa de un régimen político que poco o nada comprende del imperio de la ley sobre el gobierno de los hombres. Pero que tampoco tiene idea de lo que implica el respeto como valor humano. Y mucho menos, de lo que significa la promoción de las libertades como fundamento de la construcción de la institucionalidad del Estado, así como de la ecuanimidad que debe darse entre el Estado y la ciudadanía.

Además, bajo la ignorancia que dio forma a la brecha de la democracia despojada de sus virtudes, se alojó la pillería de gobernantes que, azuzados por la revancha que acusa su proyecto ideológico de gobierno, se empeñaron en derruir la autonomía universitaria. Así que, para lograrlo, apuestan a tácticas marrulleras basadas en extorsión o chantaje sea posible.

Para eso, a cambio de promesas desnaturalizadas y con la inercia que le provee recursos del erario manejados sin discreción alguna, estos gobernantes imponen extremas condiciones a fuerza de intimidaciones de toda especie. Sus maniobras se articulan en chantajes que terminan ganando (por trampa selectiva) el recurrente juego de poder puesto en práctica.

Fue así como el régimen prescribió la resolución que violenta la autonomía universitaria, indistintamente de las condiciones operativas reinantes. De esa forma dispuso de cuanto pudo para ocupar el recinto de la Universidad Central de Venezuela con la primera excusa que pudo inventar. En consecuencia, acometió el obeso programa de “recuperación y remozamiento de los espacios y edificios universitarios”. Fue el engaño perfecto del cual se valió el régimen para llegar hasta donde ha podido. Mas no, a donde ha querido.

Se ha colocado por encima de la naturaleza y del espíritu académico para pronunciar las ofensas que agravian la institución. Y difaman sobre la realidad vivida por la UCV. Cualquiera pudiera equivocadamente pensar que todo lo que la propaganda del régimen ha lanzado a los cuatro vientos, es el accionar de un proyecto de corte público. De impecable labor y que refleja la necesidad de un cambio obligado por las circunstancias.

Pero nada es así. Todo es una vulgar marramuncia que apesta a violación de lo que consagra la Constitución al otorgarle el reconocimiento a la Universidad autónoma como “punta de lanza” del desarrollo nacional.

Todo lo experimentado en medio del fragor de una Universidad violentada en su condición autonómica, responde a la concepción de la política como instrumento de poder. Y que ha perfilado al país, según el libreto de un modelo de “Estado forajido” en todas sus expresiones.

Ha sido tan grueso el hecho vivido, que la situación vista devino en un problema de alcance nacional. Consistió en un chantaje preparado con toda la vileza posible. Y de ello fue objeto la Casa que vence las sombras: la Universidad autónoma. Pero, que, por desgracia, ha sido como la mácula que profanó la autonomía universitaria.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: De la democracia a la dictadura

ESPECIALES · 19 MARZO, 2023

20 presas políticas

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 15 MARZO, 2023

Ser docente en Venezuela, un oficio en quiebre

Texto por Albany Andara, Reynaldo Mozo y Ronny Rodríguez

ESPECIALES · 5 MARZO, 2023

10 años de la muerte de Hugo Chávez

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 19 FEBRERO, 2023

Nicaragüenses en el destierro

Texto por Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes

ESPECIALES · 25 SEPTIEMBRE, 2021

Qué pasa en la frontera sur de Estados Unidos

Texto por Ivan Reyes | @IvanEReyes

ESPECIALES · 4 SEPTIEMBRE, 2021

Salud sexual en Venezuela: guía para jóvenes

Texto por Albany Andara Meza | @AlbanyAndara

ESPECIALES · 28 AGOSTO, 2019

Informe Bachelet

Texto por Julett Pineda Sleinan | @JulePineda

ESPECIALES · 29 JUNIO, 2021

#PandemiaEnVenezuela

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 15 MARZO, 2021

#UnAñoDePandemia

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 20 FEBRERO, 2021

Explosión Monagas

Texto por Ronny Rodríguez Rosas | @ronnyrodriguez

ESPECIALES · 4 FEBRERO, 2021

Cáncer en Venezuela

Texto por Mariana Souquett Gil | @nanasouquett

ESPECIALES · 7 NOVIEMBRE, 2020

INVESTIGACIÓN | Finanzas dispersas: el rompecabezas del Gobierno interino

Texto por Equipo de Investigación (*)

ESPECIALES · 5 JULIO, 2020

Civiles que hicieron historia

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 14 ENERO, 2020

INVESTIGACIÓN | Metro Dirección Colapso

Texto por María Victoria Fermín Kancev | @vickyfermin

ESPECIALES · 17 DICIEMBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | 102 toneladas de droga esfumadas en manos del Estado

Texto por Cristina González | @twdecristina

ESPECIALES · 16 DICIEMBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | Vargas: Tragedia y olvido

Texto por Efecto Cocuyo

ESPECIALES · 22 OCTUBRE, 2019

INVESTIGACIÓN | Infancia de luto

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 24 ENERO, 2019

Parir y nacer en la Venezuela del hambre

Texto por Efecto Cocuyo | @efectococuyo

ESPECIALES · 24 ENERO, 2019

Misses y santos

Texto por Ana Griffin y Reynaldo Mozo Zambrano

ESPECIALES · 15 JULIO, 2020

INVESTIGACIÓN | Arco Minero del Orinoco: crimen, corrupción y cianuro

Texto por Julett Pineda y Edgar López

ESPECIALES · 30 MAYO, 2019

El amargo cacao venezolano: entre el delito y el asedio oficial

Texto por Vanessa Moreno Losada | @MoreLosada24

ESPECIALES · 1 JULIO, 2021

Venezolanos en el Río Grande

Texto por Luz Mely Reyes | @LuzMelyReyes

OPINIÓN · 28 MAYO, 2023 05:30

Gobernando por Twitter

Twitter puede convertirse en un mecanismo que aísle al gobernante y afectar severamente la acción de gobierno.

OPINIÓN · 27 MAYO, 2023 05:30

Diario de un cura pederasta

Un sacerdote jesuita admitió, en un diario, haber violado al menos a 85 niños en Bolivia y otros países latinoamericanos.

OPINIÓN · 26 MAYO, 2023 05:30

Un escenario ideal

El economista reitera cuáles son las consecuencias económicas de las sanciones contra el país.

OPINIÓN · 25 MAYO, 2023 05:30

Celulares: ¿aliados o enemigos?

Es necesario reflexionar sobre las posibilidades de la tecnología con los estudiantes.

OPINIÓN · 9 NOVIEMBRE, 2021

La mácula que profanó la autonomía universitaria

Texto por Antonio José Monagas

La historia de Venezuela está asediada de chantajes, extorsiones y sobornos. Estos delitos cargados de un crudo sectarismo, resentimiento y hechos de exclusión, robaron la historia de la nación. Las pautas de odio que, como órdenes, emanan de un Ejecutivo Nacional acusado de usurpación y de tantas transgresiones que hicieron del Estado venezolano un “Estado forajido”, se convirtieron en eficaces criterios de gobierno.

El asesinato de la democracia venezolana o de lo que, como sistema político alcanzó a ser, fue objetivo político y militar que determinó la ruta que el régimen actual, de manera solapada, trazó en forjados planes.

El régimen venezolano -durante casi 23 años de (des)gobierno- sembró la intolerancia necesaria, mediante la cual se alimentó la sed de poder que infundió desvergüenza y tantos males más. Sobre todo, a quienes sin conciencia alguna se plegaron al grupo de depredadores que, desde distintas posiciones de gobierno, desmantelan a placer cuanta institución todavía respiraba aires libertarios.

Esos personajes, encubiertos en artificios que disimulan la corrupción que practican, y siguiendo el guion de un proyecto ideológico inspirado en ortodoxos mecanismos sociales buscan igualar por debajo al venezolano. Para eso, es menester aplastar cualquier concepto que exalte la educación como razón de desarrollo social, escalada cultural y crecimiento económico.

Por tanto, ha sido necesario que esos gobernantes puedan valerse de cuanto engaño sea posible. De cualquier artificio que allane toda situación de sólida resistencia estructural que constituya, en sus criterios, una seria amenaza a la impudicia que sirve como bandera a la corriente política del llamado “socialismo del siglo XXI”.

Disparatar la autonomía universitaria o enredar sus implicaciones por causas de reveses mas políticos que administrativos, es una aberración de injustificada razón. Y precisamente, es lo que está afectando el discurrir de la Universidad autónoma nacional. Particularmente, de la Universidad Central de Venezuela. Con ello, se ha deshonrado el valor institucional que simboliza el concepto y praxis de la autonomía universitaria. Habida cuenta de lo que explaya la Constitución de la República en su artículo 109.

Haberse sancionado la autonomía universitaria como “principio y jerarquía” que permite a la Universidad darse “(…) sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio (…)”, es actuar a modo propio en torno a la conservación y aumento del saber. Y garantizar tan noble objetivo, pasa por el hecho de proceder con conocimiento de causa en la dirección de tan honrado compromiso. Y dicho propósito, sólo puede y debe ser conducido por universitarios de consciencia académica. Por académicos con sentido de responsabilidad social.

Otra explicación del mismo problema

En otras palabras, es defender el concepto y vida de la Universidad autónoma lo cual sólo puede ser entendido y atendido al margen de líneas emanadas por ideología política o partido político alguno.

Su cometido no debe estar a las órdenes de un gobernante. Ni tampoco, la Universidad debe estar sometida por coyunturas que favorezcan situación política de alguna índole. Menos aún, con la intención de proporcionar lo que circunstancias políticas exijan a través de voceros políticos.

Por lo contrario. Que todo sea en aras del progreso de la sociedad a la que suscribe sus intereses académicos, su enriquecimiento y elevación material y espiritual.

Si la Universidad se presta a manejos sumarios o parciales, apegados a una demanda en particular, la dirección de la vida superior del país, caería en manos de facciones políticas o armadas sin que puedan medirse y evitarse sus consecuencias.

La dinámica política que viene prevaleciendo en Venezuela ha sido por causa de un régimen político que poco o nada comprende del imperio de la ley sobre el gobierno de los hombres. Pero que tampoco tiene idea de lo que implica el respeto como valor humano. Y mucho menos, de lo que significa la promoción de las libertades como fundamento de la construcción de la institucionalidad del Estado, así como de la ecuanimidad que debe darse entre el Estado y la ciudadanía.

Además, bajo la ignorancia que dio forma a la brecha de la democracia despojada de sus virtudes, se alojó la pillería de gobernantes que, azuzados por la revancha que acusa su proyecto ideológico de gobierno, se empeñaron en derruir la autonomía universitaria. Así que, para lograrlo, apuestan a tácticas marrulleras basadas en extorsión o chantaje sea posible.

Para eso, a cambio de promesas desnaturalizadas y con la inercia que le provee recursos del erario manejados sin discreción alguna, estos gobernantes imponen extremas condiciones a fuerza de intimidaciones de toda especie. Sus maniobras se articulan en chantajes que terminan ganando (por trampa selectiva) el recurrente juego de poder puesto en práctica.

Fue así como el régimen prescribió la resolución que violenta la autonomía universitaria, indistintamente de las condiciones operativas reinantes. De esa forma dispuso de cuanto pudo para ocupar el recinto de la Universidad Central de Venezuela con la primera excusa que pudo inventar. En consecuencia, acometió el obeso programa de “recuperación y remozamiento de los espacios y edificios universitarios”. Fue el engaño perfecto del cual se valió el régimen para llegar hasta donde ha podido. Mas no, a donde ha querido.

Se ha colocado por encima de la naturaleza y del espíritu académico para pronunciar las ofensas que agravian la institución. Y difaman sobre la realidad vivida por la UCV. Cualquiera pudiera equivocadamente pensar que todo lo que la propaganda del régimen ha lanzado a los cuatro vientos, es el accionar de un proyecto de corte público. De impecable labor y que refleja la necesidad de un cambio obligado por las circunstancias.

Pero nada es así. Todo es una vulgar marramuncia que apesta a violación de lo que consagra la Constitución al otorgarle el reconocimiento a la Universidad autónoma como “punta de lanza” del desarrollo nacional.

Todo lo experimentado en medio del fragor de una Universidad violentada en su condición autonómica, responde a la concepción de la política como instrumento de poder. Y que ha perfilado al país, según el libreto de un modelo de “Estado forajido” en todas sus expresiones.

Ha sido tan grueso el hecho vivido, que la situación vista devino en un problema de alcance nacional. Consistió en un chantaje preparado con toda la vileza posible. Y de ello fue objeto la Casa que vence las sombras: la Universidad autónoma. Pero, que, por desgracia, ha sido como la mácula que profanó la autonomía universitaria.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: De la democracia a la dictadura

¿Cómo valoras esta información?

1

QUÉ CHÉVERE

QUÉ INDIGNANTE

QUÉ CHIMBO

OPINIÓN · 28 MAYO, 2023 05:30

Gobernando por Twitter

OPINIÓN · 27 MAYO, 2023 05:30

Diario de un cura pederasta

OPINIÓN · 26 MAYO, 2023 05:30

Un escenario ideal