GETTY IMAGES

El domingo 21 el país se debatió entre votar o no en las elecciones regionales. Un día antes, el 20 de noviembre, se cumplían 32 años de la aprobación en la Asamblea General de Naciones Unidas de la Convención sobre los Derechos del Niño.

Un tratado internacional que contempla los derechos humanos de la niñez y adolescencia y que establece un antes y un después en la forma de ver a este grupo de la población. Desde el movimiento social por los derechos de la niñez consideramos en ese tiempo -que 25 años- era necesario para el surgimiento de una nueva cultura y visión ética, para hacer intolerable cualquier comportamiento que discrimine o agreda a un niño.

Transcurridos más de 30 años debemos admitir que ni en los peores escenarios visualizamos la situación de amenazas o violaciones a los derechos de la niñez en pleno siglo XXI. En el caso de Venezuela la emergencia humanitaria compleja y la pandemia se han aliado para dar una estocada y revertir los indicadores sociales.

Es por ello que en estos días postelectorales apostaré por el país que sueñan un grupo de jóvenes adultos, que en los primeros años fueron promotores y defensores de los derechos contemplados en la que hicieron su Convención.

Sueño con una Venezuela de oportunidades para el desarrollo de sus ciudadanos, un país libre, unido, donde la tolerancia y la solidaridad estén arraigadas como valores primordiales en la sociedad. Un país donde pensar distinto deje de ser delito y el valor de la vida sea más grande que cualquier objeto material o ideal político, donde el azul y el rojo se fusionen en un morado que construya puentes y no muros.” Zulyvic Recanatini, Comunicadora social.

“Sueño con un país libre y democrático. Un país libre de barreras para quienes tienen algún tipo de discapacidad y que puedan participar como ciudadanos sin ningún tipo de discriminación” Juan Ángel De Gouveia, especialista en cultura sorda.

“Sueño con que podamos construir un espacio donde todos tengamos cabida independientemente de cómo pensemos. Marginar a quienes piensan distinto es, quizás, una de las grandes fallas que hemos tenido y nos llevan a estos enfrentamientos que parecen no tener fin” Abel Saraiba, Psicólogo.

“Yo sueño con un país donde la gente entienda el concepto de ciudadanía y lo que son los derechos y deberes de un ciudadano con su país, que entienda el peso del votoFranz Ordoñez, Diseñador gráfico.

“Mi testimonio personal representa la historia de vida de millones de niños y adolescentes venezolanos en la actualidad, quienes observan cómo en mayor o menor medida las dificultades económicas, la precariedad de la vivienda, las deficiencias en los servicios básicos se convierten en obstáculos que impiden su superación. Pues, yo fui una de esas niñas que creció en un entorno con tales condiciones. Sin embargo, hubo unos factores decisivos que cambiaron mi rumbo: el trabajo constante, el esmero y la dedicación por alcanzar la excelencia”  Brirkellia Álvarez, Abogada.

 “La Venezuela con la que sueño hoy es la misma con la que soñaba cuando tenía 9 años. Una donde ningún colegio parezca una cárcel, donde la educación sea liberadora y no opresora. Sueño con un país de igualdad de condiciones y oportunidades para todos. Un país de equidad. Una Venezuela que podamos vivir en lugar de sobrevivir” Francelia Ruiz, Lic. Ciencias Políticas y Administrativas.

Sueño con un país en el que todos podamos pensar diferente y, sin embargo, encontrarnos. Un país en el que todos tengamos oportunidades de hacer lo que nos mueve. Oportunidades de verdad, verdad. No conozco una forma de aportar distinta que trabajando desde lo que nos hace vibrar”. Erick Lezama, Comunicador social.

“Sueño con un país donde no estemos esperando que la “buena o mala suerte” mejore nuestras condiciones de vida, sino que tengamos un plan y vayamos por ello. Sueño con un país donde la diversidad de pensamientos se considere un valor, una fortaleza, no una razón para seguir divididos” Álvaro Pérez Kattar. Bibliotecólogo y comunicador social.

“Sueño con un país donde la gente haya asumido como acuerdo social los valores que permitan una convivencia pacífica, armónica. En ese país que sueño la ciudad se une al barrio en una estética fascinante y humanizadora, donde se pierden las fronteras de la urbanización, el barrio, la colina, la loma y la terraza” Carlos Chirinos, Médico.

Desde Cecodap nos sentimos orgullosos de saber que estos niños y adolescentes, hoy adultos, le encontraron sentido a sus vidas porque pudieron descubrir sus capacidades y potencialidades. Ellos y muchos otros son hoy nuestra esperanza ante las voces que claman que todo está perdido.

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: Prevención del abuso infantil: poniendo el sol en su lugar

</div>