Amanda Umek

Se cuentan en Venezuela por decenas los casos de periodistas agredidos, detenidos, expulsados del país. Hasta tenemos un caso simbólico: un corresponsal extranjero aprehendido en pleno Palacio de Miraflores mientras entrevistaba a Nicolás Maduro.

Con tal telón de fondo, resultaba creíble que una periodista, según denuncia de su esposo, estuviese desaparecida tras hacer una denuncia contra un enchufado del régimen. Ha sido práctica común detener a periodistas, sin causa judicial previa, llevarlos a los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN) y luego montarles una causa.

Hasta tomarle una fotografía a Nicolás Maduro muy cerca le representó un trimestre de prisión a un periodista alemán.

Así las cosas, las luces de alarma se encendieron el pasado 1 de abril. La periodista Amanda Umek había salido durante varias horas y se desconocía su paradero. Para darle más legitimidad y gravedad al asunto, el denunciante era el esposo de la comunicadora, Rainero Pedroza.

El caso fue todo un montaje. Desde los mensajes amenazantes que supuestamente recibieron Umek y Pedroza, hasta la situación de la supuesta desaparición. Todo fue parte de una operación de Fake News.

La voz solidaria del gremio

La situación falseada encontró eco en la voz solidaria del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa. El SNTP ha sido soporte activo de periodistas apresados, exiliados, agredidos. Fueron burlados en su buena fe. Un vídeo de Marco Ruiz, el secretario del sindicato, lo denunció:

Utilizar los mecanismos para protección de periodistas con fines impropios y para intereses particulares es, además de contrario a la ética, una burla al esfuerzo que el gremio hace para sortear la censura e informar en condiciones de relativa seguridad. Sobre el caso @AmandaUmek pic.twitter.com/5ehNnd9ibO

— SNTP (@sntpvenezuela) April 2, 2019


La burla de Amanda en realidad no fue sólo contra el SNTP o contra personalidades que siguen atentamente el devenir de Venezuela, como el caso de Luis Almagro, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, quien también se hizo eco de la denuncia sobre la supuesta desaparición.

La burla de Amanda Umek en realidad es en contra de los venezolanos de buena fe que se activaron para defenderla de una amenaza que no existió.

Amanda al burlarse del sistema de protección a periodistas, que laboriosamente el SNTP y organizaciones como IPYS y Espacio Público llevan a delante, habla mucho de sí misma, de sus valores, de sus creencias.

Según leo, Amanda pretendía cruzar la frontera a Estados Unidos, desde México, para encontrarse con su esposo en el estado de Florida. Junto a su pasaporte llevaba la documentación de la presunta amenaza en su contra, para solicitar asilo.

Desconozco si ingresó o no a Estados Unidos. De lo que si estoy seguro es que ella, Amanda Umek, será una perseguida, pero de sus decisiones.

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