Una enfermera, la primera en recibir la vacuna contra COVID-19 en Bolivia
Una enfermera, la primera en recibir la vacuna contra COVID-19 en Bolivia (Foto: Efe)

Finaliza el primer mes del 2021 y la situación de la pandemia en el mundo es peor que cuando terminó el 2020. A un año de haberse hecho pública la circulación del coronavirus en su variante SARS-CoV-2, los datos oficiales dicen haber superado los 100 millones de contagios a nivel mundial y algo más de 2 millones de muertes a causa del Covid-19.

Ni los países más organizados socialmente y con mayor capacidad de respuesta sanitaria logran controlar la epidemia. En todo el mundo la esperanza está puesta en la vacuna anti Covid y sin embargo, de todo salir bien, los resultados se verán dentro de meses, pero no en todo el mundo.

Algunas razones del empeoramiento

La epidemia de SARS-CoV-2, hasta ahora, es comportamental. Quiere decir que depende del comportamiento de la gente que se detenga o aumente la transmisión del virus. Por ello, cada uno de nosotros tiene que ser estricto con las medidas de protección. Y, por supuesto, las autoridades sanitarias deben asesorar a los gobiernos sobre las políticas de prevención y éstos ser firmes en hacer cumplir las disposiciones.

La gente expresa agobio, preocupación por lo larga y difícil situación de la epidemia. Lamentablemente, falta más. No se sabe cuánto. Aunque parezca absurdo, la recomendación ante este escenario sigue siendo: paciencia, mucha paciencia y cuidado, mucho cuidado e informarse. La información, cuando es veraz y aún preocupante, tranquiliza.

Conviene saber que entre los factores relacionados con las dificultades para controlar la epidemia están la falta de una política de prevención estricta por parte de las autoridades de algunos países y la flexibilización prematura de medidas de preventivas debido a la presión de sectores de la economía, de la población y necesidad de las mismas autoridades de demostrar que lo están haciendo bien.

Otras de las causas del reciente incremento de contagios de SARS-CoV-2 están en el aumento de vuelos internacionales y las fallas en el control sanitario de los viajeros. En particular, el repunte de infecciones en enero de 2021 es consecuencia del desplazamiento de personas y relajación de la protección durante las festividades del reciente fin de año.

Para colmo, han aparecido nuevas cepas del coronavirus. Todavía es pronto para conocer, a ciencia cierta, sus características pero las primeras informaciones son preocupantes: se ha dicho que el contagio es más fácil y sus consecuencias más mortíferas. Suficiente para aumentar la intranquilidad.

La vacuna

El que ya la humanidad –atención a la entelequia que refiero– disponga de varias vacunas es un gran paso para ganarle el combate al virus. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la cosa no es fácil, ni rápida, ni igual en todos los países ni sectores sociales.

El desarrollo y logro de la vacuna era el primer paso en la lucha contra el virus. Ahora, sigue la adquisición, distribución, mantenimiento y aplicación de la misma. Pero eso, apenas a un mes de haber comenzado en algunos países, ya se ve como un proceso tan complicado que es mejor tratarlo en un próximo artículo.

Por ahora, importante tener en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud y la lógica, aún en los países donde ha comenzado la vacunación, la población tiene que seguir comportándose como que si la vacuna no existiera. Y, en aquellos países donde la vacuna ni siquiera ha llegado hay que cuidarse, aún más que en el 2020.

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