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Ronny Rodríguez Rosas | @ronnyrodriguez
Foto por Iván E. Reyes | @IvanEReyesLa Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola, por sus siglas en inglés) presentó un informe en el que destacó que las sanciones de Estados Unidos contra la administración de Nicolás Maduro agravaron la crisis económica en Venezuela.
El documento que ya está disponible en español resalta que varias de estas medidas «generaron un profundo impacto en la industria petrolera del país», una de las denuncias que frecuentemente hacen el propio mandatario Maduro y funcionarios de su gobierno.
En el informe se documenta que las sanciones a Pdvsa que comenzaron en el año 2017 han traído como consecuencia «una pérdida importante de bienestar en la población».
Sin embargo, el documento es claro al recordar que tanto Hugo Chávez como su sucesor, Nicolás Maduro, «llevaron a un colapso generalizado de la industria petrolera» y la recesión económica en el país que comenzó en el año 2014, mientras que las sanciones comenzaron en 2017.
¿Cuáles serán las consecuencias de las sanciones de EEUU a Pdvsa?
Entre los aspectos que encontraron está que estas medidas de la administración de Donald Trump llevaron a la gestión de Maduro a «desprenderse con mayor facilidad del oro monetario para lograr liquidez», pese a que no hay cifras sobre la cantidad de toneladas de oro de las que se ha desprendido el Banco Central de Venezuela.
El análisis que hizo el economista Luis Oliveros mencionó que las sanciones petroleras impactaron directamente en la producción interna de crudo. Por un lado complicó el acceso a créditos para Pdvsa y sus socios, pero también para proveedores y socios.
Aunque las primeras sanciones de 2017 tenían un impacto moderado en Pdvsa, las que se aplican de 2019 llevaron a una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) del sector petrolero como en el aporte fiscal.
Al Venezuela depender casi exclusivamente de la exportación petrolera, las sanciones de Trump se concentraron en ese sector con el consecuente impacto en la economía nacional, resalta Wola.
Economistas dicen que con sanciones de EEUU no se podrá reestructurar deuda venezolana
Después de las que se emitieron en 2019, Venezuela se vio forzada a buscar otros clientes más allá de Estados Unidos y sus socios ideológicos como China o Rusia, para comercializar el crudo.
Pero por las medidas del Departamento del Tesoro «con el pasar del tiempo la cartera de clientes, operadores y cargueros se ha ido reduciendo de manera acelerada básicamente debido a las sanciones (también porque los crudos venezolanos no fueron recibidos por refinerías europeas y asiáticas», que a diferencia de Estados Unidos, las de Europa o Asia no podían procesar.
Al estudiar el período previo a las sanciones y el que comenzó en 2017 con las medidas, Wola concluye que desde entonces «la caída mensual de la producción petrolera es 4,88 %, casi cinco veces de lo ocurrido en el periodo presanciones. En otras palabras, desde la llegada de las sanciones la disminución de la producción petrolera venezolana continuó, pero lo hizo a una tasa mensual más elevada (mayor deterioro)».
Y aunque las sanciones no implican a sectores como alimentos y medicinas, el hecho de que el país tenga menor entrada de ingresos, esto impacta porque para adquirirlas se necesitan las divisas, que no se tienen por la reducción de la venta de petróleo.
También hace mención al contexto actual del país, donde se ha agravado el deterioro de servicios públicos desde la llegada de la pandemia del coronavirus el pasado 13 de marzo.
«En medio de una pandemia y con la delicada situación actual del sistema refinador venezolano, pretender que generar una escasez importante de combustibles no vaya a traer efectos negativos en la población, es incurrir en serios errores. El diésel es fundamental en la matriz energética de Venezuela, y aunque haya disminuido su consumo en los últimos años (al igual que el resto de combustibles por la crisis en el país), sigue siendo vital en sectores prioritarios ya que se utiliza para la actividad agrícola, la generación de electricidad, mantener operativas las bombas de agua, para el transporte público y las ambulancias», resaltaron.
Esto lo señalaron sobre la tesis de quienes se niegan a que haya intercambio de petróleo por productos petroleros. Aclararon que estos intercambios no generan flujo de caja en Pdvsa, pero «sin duda tendrán un efecto negativo importante en la población venezolana. Estas sanciones no están buscando generar efecto en las finanzas de Pdvsa, sino causar mayor malestar en la población venezolana».
El informe concluye que el gobierno estadounidense debe reconsiderar las sanciones y restringir su utilización en vista de la emergencia humanitaria en Venezuela. «Mientras las élites económicas, políticas, y militares que apoyan el gobierno autoritario de Venezuela parecen estar aisladas de los efectos de estas sanciones, las sanciones están cobrando un precio cada vez mayor a la población del país».
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El documento que ya está disponible en español resalta que varias de estas medidas «generaron un profundo impacto en la industria petrolera del país», una de las denuncias que frecuentemente hacen el propio mandatario Maduro y funcionarios de su gobierno.
En el informe se documenta que las sanciones a Pdvsa que comenzaron en el año 2017 han traído como consecuencia «una pérdida importante de bienestar en la población».
Sin embargo, el documento es claro al recordar que tanto Hugo Chávez como su sucesor, Nicolás Maduro, «llevaron a un colapso generalizado de la industria petrolera» y la recesión económica en el país que comenzó en el año 2014, mientras que las sanciones comenzaron en 2017.
¿Cuáles serán las consecuencias de las sanciones de EEUU a Pdvsa?
Entre los aspectos que encontraron está que estas medidas de la administración de Donald Trump llevaron a la gestión de Maduro a «desprenderse con mayor facilidad del oro monetario para lograr liquidez», pese a que no hay cifras sobre la cantidad de toneladas de oro de las que se ha desprendido el Banco Central de Venezuela.
El análisis que hizo el economista Luis Oliveros mencionó que las sanciones petroleras impactaron directamente en la producción interna de crudo. Por un lado complicó el acceso a créditos para Pdvsa y sus socios, pero también para proveedores y socios.
Aunque las primeras sanciones de 2017 tenían un impacto moderado en Pdvsa, las que se aplican de 2019 llevaron a una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) del sector petrolero como en el aporte fiscal.
Al Venezuela depender casi exclusivamente de la exportación petrolera, las sanciones de Trump se concentraron en ese sector con el consecuente impacto en la economía nacional, resalta Wola.
Economistas dicen que con sanciones de EEUU no se podrá reestructurar deuda venezolana
Después de las que se emitieron en 2019, Venezuela se vio forzada a buscar otros clientes más allá de Estados Unidos y sus socios ideológicos como China o Rusia, para comercializar el crudo.
Pero por las medidas del Departamento del Tesoro «con el pasar del tiempo la cartera de clientes, operadores y cargueros se ha ido reduciendo de manera acelerada básicamente debido a las sanciones (también porque los crudos venezolanos no fueron recibidos por refinerías europeas y asiáticas», que a diferencia de Estados Unidos, las de Europa o Asia no podían procesar.
Al estudiar el período previo a las sanciones y el que comenzó en 2017 con las medidas, Wola concluye que desde entonces «la caída mensual de la producción petrolera es 4,88 %, casi cinco veces de lo ocurrido en el periodo presanciones. En otras palabras, desde la llegada de las sanciones la disminución de la producción petrolera venezolana continuó, pero lo hizo a una tasa mensual más elevada (mayor deterioro)».
Y aunque las sanciones no implican a sectores como alimentos y medicinas, el hecho de que el país tenga menor entrada de ingresos, esto impacta porque para adquirirlas se necesitan las divisas, que no se tienen por la reducción de la venta de petróleo.
También hace mención al contexto actual del país, donde se ha agravado el deterioro de servicios públicos desde la llegada de la pandemia del coronavirus el pasado 13 de marzo.
«En medio de una pandemia y con la delicada situación actual del sistema refinador venezolano, pretender que generar una escasez importante de combustibles no vaya a traer efectos negativos en la población, es incurrir en serios errores. El diésel es fundamental en la matriz energética de Venezuela, y aunque haya disminuido su consumo en los últimos años (al igual que el resto de combustibles por la crisis en el país), sigue siendo vital en sectores prioritarios ya que se utiliza para la actividad agrícola, la generación de electricidad, mantener operativas las bombas de agua, para el transporte público y las ambulancias», resaltaron.
Esto lo señalaron sobre la tesis de quienes se niegan a que haya intercambio de petróleo por productos petroleros. Aclararon que estos intercambios no generan flujo de caja en Pdvsa, pero «sin duda tendrán un efecto negativo importante en la población venezolana. Estas sanciones no están buscando generar efecto en las finanzas de Pdvsa, sino causar mayor malestar en la población venezolana».
El informe concluye que el gobierno estadounidense debe reconsiderar las sanciones y restringir su utilización en vista de la emergencia humanitaria en Venezuela. «Mientras las élites económicas, políticas, y militares que apoyan el gobierno autoritario de Venezuela parecen estar aisladas de los efectos de estas sanciones, las sanciones están cobrando un precio cada vez mayor a la población del país».