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Manuel Tomillo C. | @ManuelTomilloC
Foto por Mairet ChourioJosé Ledezma tiene varios años en el negocio de los fuegos artificiales; junto a varios familiares atiende un puesto en una miniferia ubicada en el estado Miranda, a las afueras de Caracas. Aunque en esta temporada hubo más inventario que en las anteriores y que los precios relativamente se observan más bajos, considera que las ventas fueron muy escasas en este final de 2020.
«Pareciera que este año la gente no está animada. Es algo que nos e entiende, porque los precios de verdad no están tan caros. Para los días antes del 24 fue muy poco lo que se vendió, espero que hoy (jueves 31 de diciembre) la gente compre más, porque por lo que veo sí se están acercando muchas personas a comprar los pirotécnicos», asegura.
Recorriendo la feria de fuegos artificiales que se instaló desde antes de la Nochebuena en la llamada trocha de Nueva Casarapa, en Guarenas, el equipo de Efecto Cocuyo pudo constatar que si bien los precios en verdad, si se calcula en dólares, no son muy altos los precios, la cantidad de compradores no ha sido masiva como se vio en años lejanos.
Dos cajas pequeñas de fosforitos (petardos) se pueden conseguir por el costo equivalente a un dólar; lo mismo las eternas luces de bengala o estrellitas; los bombeadores o siete colores se hallan desde tres a cinco dólares por unidad y los volcanes entre 2 a 5$.
Los cohetones, «binladen», morteros y artificios más grandes especializados son vendidos en mínimo 4$ cada uno y hay ofertas especiales si se compran en paquetes.
«Aquí tenemos incluso un combo de 15 dólares, que incluyen una cajita de varios fuegos artificiales, para niños y adultos, variadito», comentó un vendedor del lugar.
Muchos de estos comerciantes trabajarán hasta la noche de este último día del año, esperanzados en reponer parte de lo que invirtieron a comienzos de año; tienen fe de que la gente quiera «quemar» este año que para muchos no fue el mejor.
Desde hace un par de años, en Caracas solo dos sitios a las afueras de las ciudad están autorizados para la venta masiva de los artilugios que combinan pólvora y colores: El Poliedrito, en la parroquia Coche, y los alrededores de la Universidad Santa María (municipio Sucre).
Jorman Argueta, en la feria ubicada en el Poliedrito, dice que desde el año pasado y este ha habido un incremento en las ventas, pero nada comparado con los años antes de 2018, cuando para esta fecha los que venían a comprar «no hallaban ni un lugar para estacionar».
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José Ledezma tiene varios años en el negocio de los fuegos artificiales; junto a varios familiares atiende un puesto en una miniferia ubicada en el estado Miranda, a las afueras de Caracas. Aunque en esta temporada hubo más inventario que en las anteriores y que los precios relativamente se observan más bajos, considera que las ventas fueron muy escasas en este final de 2020.
«Pareciera que este año la gente no está animada. Es algo que nos e entiende, porque los precios de verdad no están tan caros. Para los días antes del 24 fue muy poco lo que se vendió, espero que hoy (jueves 31 de diciembre) la gente compre más, porque por lo que veo sí se están acercando muchas personas a comprar los pirotécnicos», asegura.
Recorriendo la feria de fuegos artificiales que se instaló desde antes de la Nochebuena en la llamada trocha de Nueva Casarapa, en Guarenas, el equipo de Efecto Cocuyo pudo constatar que si bien los precios en verdad, si se calcula en dólares, no son muy altos los precios, la cantidad de compradores no ha sido masiva como se vio en años lejanos.
Dos cajas pequeñas de fosforitos (petardos) se pueden conseguir por el costo equivalente a un dólar; lo mismo las eternas luces de bengala o estrellitas; los bombeadores o siete colores se hallan desde tres a cinco dólares por unidad y los volcanes entre 2 a 5$.
Los cohetones, «binladen», morteros y artificios más grandes especializados son vendidos en mínimo 4$ cada uno y hay ofertas especiales si se compran en paquetes.
«Aquí tenemos incluso un combo de 15 dólares, que incluyen una cajita de varios fuegos artificiales, para niños y adultos, variadito», comentó un vendedor del lugar.
Muchos de estos comerciantes trabajarán hasta la noche de este último día del año, esperanzados en reponer parte de lo que invirtieron a comienzos de año; tienen fe de que la gente quiera «quemar» este año que para muchos no fue el mejor.
Desde hace un par de años, en Caracas solo dos sitios a las afueras de las ciudad están autorizados para la venta masiva de los artilugios que combinan pólvora y colores: El Poliedrito, en la parroquia Coche, y los alrededores de la Universidad Santa María (municipio Sucre).
Jorman Argueta, en la feria ubicada en el Poliedrito, dice que desde el año pasado y este ha habido un incremento en las ventas, pero nada comparado con los años antes de 2018, cuando para esta fecha los que venían a comprar «no hallaban ni un lugar para estacionar».