Respuestas. Eso buscaban cientos de usuarios de Copa Airlines este 6 de abril en la oficina de la aerolínea pañameña en Caracas, ubicada en el Centro Comercial Lido en El Rosal, luego de que el Gobierno nacional decidiera suspender por 90 días todos los vuelos de la empresa a partir de este viernes.
A las 9:30 am, los pasillos que conducían a la agencia estaban abarrotados. En el bullicio se distinguia a varias personas que conversaban unos con otros para compartir experiencias, impotencias y posibles alternativas frente a este obstáculo que se les presenta ahora para salir del país temporal o definitivamente.
Frente a los ascensores estaba Claudia Díaz, 45 años de edad. Ella llegó ayer a Caracas desde Perú, y tenía boleto de regreso el próximo 15 de abril. “Tengo que regresar a trabajar y a estar con mis hijos”, contó.
Díaz, ingeniero químico, relató que ella nació en Perú y, junto con sus padres, migró a Venezuela en los años ochenta cuando su país “estaba mal”.
Después de más de 30 años viviendo aquí, se mudó a su país natal en 2016: “Esta es la primera vez que vengo desde que me fui. Vine a visitar a mis papás y obviamente les traje medicinas y comida“.
Tiene “poca esperanza” de que la empresa asuma su retorno, sabe que el reembolso no será inmediato y probará con otras aerolíneas.
Isolina de Peña retiró su boleto en físico en las oficinas de Copa Airlines esta semana y tenía previsto viajar junto a su hija el próximo martes. Va a Chile para conocer a su nieta recién nacida. “Mi hijo, que se fue hace ya dos años, me llamó esta mañana y me dijo que no había podido dormir en toda la noche. Nuestra primera reacción fue de mucha rabia”, expresó.
Su plan era estar en Chile al menos tres meses. “Por ahora nos han dicho que una opción es que lleguemos a Colombia y que de ahí la aerolínea hará válido el boleto”, detalló.
Viajes sin retorno
Juan Carlos Tudares, 45 años de edad, es técnico superior en Administración y trabajó 16 años en Movilnet. Al enterarse del anuncio del Instituto Nacional de Aviación Civil (Inac) sintió “impotencia” porque afecta su plan de migrar a Chile para mejorar sus condiciones de vida.
“Todos saben que para un venezolano es muy difícil adquirir un boleto aéreo, que está entre 800 y 1.000 dólares. Incluso si te lo compran fuera es un sacrificio para esa persona en el extranjero”, dijo.
Su pasaje tiene fecha del 17 de mayo. “Se que en Chile los venezolanos podemos obtener un buen empleo”, expresó.
La psicóloga Johana Rodríguez, de 37 años, no sabe si la medida del Gobierno de Nicolás Maduro le afectará, porque ella tiene fecha de vuelo para principios de julio. Sin embargo, también fue a la oficina de Copa para que los empleados de la aerolínea le digan qué ocurrirá con su caso.
Rodríguez, que trabaja en el departamento de RRHH de una empresa y también tiene consulta privada, admitió que su primera reacción fue ponerse a llorar. Señaló que de no tener otra alternativa se irá del país por tierra: “Lo que sí está descartado es quedarme”.
La principal razón por la que decide irse es por el “precario estado de la salud” en Venezuela. Recordó que hace un tiempo a su hijo de nueve años de edad tuvo indigestión y ella no pudo conseguir el medicamento que le recetó el pediatra.
“No quiero imaginarse un escenario en el que alguno de los dos pueda tener un padecimiento más serio. No estoy dispuesta a perder la vida sin intentar”, señaló.
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