Con un repique de campanas y una gigantografía de José Gregorio Hernández, la iglesia de La Candelaria celebró este lunes 27 de abril la aprobación por parte de la Comisión Vaticana del milagro que acerca al venerable venezolano a su beatificación.
En horas de la mañana, el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, informó que los siete teólogos de la comisión aprobaron por unanimidad el milagro de la curación de la niña Yaxury Solórzano.
Ahora falta que los obispos y cardenales de la Congregación para la Causa de los Santos den su veredicto y después el papa Francisco emita un decreto para la beatificación del médico venezolano.
Este lunes al mediodía, en las afueras de la iglesia donde reposan los restos de José Gregorio Hernández, algunos de sus devotos se acercaron para orar por Venezuela.
Con tapabocas y guantes, como parte de las medidas obligatorias de prevención durante la cuarentena que rige en el país por el COVID-19, las personas elevaron sus plegarias.
La histórica iglesia no estaba cerrada del todo. Una gigantografía de Hernández con su bata blanca se exhibía en la entrada del templo. Además, una imagen en yeso del médico, de las más tradicionales, en las que aparece vestido de negro, estaba sobre una mesa a las puertas del lugar.
A pesar de que los fieles no pudieron acceder al templo sí rezaron. El repique de campanas fue incesante por al menos media hora. En ese lapso unas 10 personas se acercaron, oraron y después se retiraron a sus hogares.
Hernández fue médico, científico y un personaje muy querido por los venezolanos por su devoción para atender a las personas enfermas y desposeídas.
Nació en la población de Isnotú, estado Trujillo. Se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Era políglota y sus aportes en el campo de la medicina son incontestables.
Introdujo el microscopio en el país y fundó las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología en la UCV.
En 1986, el papa Juan Pablo II le otorgó las virtudes de Venerable, después de un largo proceso que inició en 1949. Su beatificación está a dos pasos de ser aprobada, al demostrarse el milagro que exige la Iglesia Católica para decretar este proceso.
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Con un repique de campanas y una gigantografía de José Gregorio Hernández, la iglesia de La Candelaria celebró este lunes 27 de abril la aprobación por parte de la Comisión Vaticana del milagro que acerca al venerable venezolano a su beatificación.
En horas de la mañana, el cardenal Baltazar Porras, administrador apostólico de la Arquidiócesis de Caracas, informó que los siete teólogos de la comisión aprobaron por unanimidad el milagro de la curación de la niña Yaxury Solórzano.
Ahora falta que los obispos y cardenales de la Congregación para la Causa de los Santos den su veredicto y después el papa Francisco emita un decreto para la beatificación del médico venezolano.
Este lunes al mediodía, en las afueras de la iglesia donde reposan los restos de José Gregorio Hernández, algunos de sus devotos se acercaron para orar por Venezuela.
Con tapabocas y guantes, como parte de las medidas obligatorias de prevención durante la cuarentena que rige en el país por el COVID-19, las personas elevaron sus plegarias.
La histórica iglesia no estaba cerrada del todo. Una gigantografía de Hernández con su bata blanca se exhibía en la entrada del templo. Además, una imagen en yeso del médico, de las más tradicionales, en las que aparece vestido de negro, estaba sobre una mesa a las puertas del lugar.
A pesar de que los fieles no pudieron acceder al templo sí rezaron. El repique de campanas fue incesante por al menos media hora. En ese lapso unas 10 personas se acercaron, oraron y después se retiraron a sus hogares.
Hernández fue médico, científico y un personaje muy querido por los venezolanos por su devoción para atender a las personas enfermas y desposeídas.
Nació en la población de Isnotú, estado Trujillo. Se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Era políglota y sus aportes en el campo de la medicina son incontestables.
Introdujo el microscopio en el país y fundó las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología en la UCV.
En 1986, el papa Juan Pablo II le otorgó las virtudes de Venerable, después de un largo proceso que inició en 1949. Su beatificación está a dos pasos de ser aprobada, al demostrarse el milagro que exige la Iglesia Católica para decretar este proceso.