Una nueva iniciativa para hacer frente a la crisis alimentaria. Eso es lo que propone el Gobierno con la implementación del Plan Conejo, con el que se pretende entregar los roedores en zonas populares para que sean consumidos posteriormente a su cría. Con la propuesta el Gobierno busca sortear la “guerra económica” atribuida a Estados Unidos y sectores del capitalismo y “garantizar” el consumo de proteína animal.

Sin embargo, con la presentación del plan también vino el primer obstáculo. La población no está acostumbrada a consumir esta carne y así lo afirmó el ministro de Agricultura Urbana, Freddy Bernal. “La gente tenía los conejitos con un lacito y los habían agarrado como mascotas”, dijo sobre lo que calificó como el “primer revés” del plan en las 15 barriadas piloto.

Ese no es el único obstáculo al que se enfrenta el Gobierno, pues poner en marcha el Plan Conejo implica más que zanahorias, cuyo kilo oscila ya entre los 8 y los 10 mil bolívares, según ha podido constatar Efecto Cocuyo. La memoria y los hábitos culturales del venezolano son las principales barreras que impiden que el mamífero se sirva en la mesa.

“Desde el punto de vista nutricional, el conejo es muy completo. Es una carne magra y aporta proteínas”, explicó el nutricionista e investigador de la Fundación Bengoa, Pablo Hernández.

Sin embargo, insistió que la costumbre puede más al momento de comer. “El venezolano no está acostumbrado a tener el conejo en su mesa. A nivel de hábitos, es difícil lograrlo. Se han hecho sugerencias para cambiar la arepa de maíz por una de yuca o de plátano; pero, aunque no se consiga la harina, la mayoría de la población hace mil esfuerzos por comprarla”, añadió.

Las encuestas lo confirman. Entre las proteínas más consumidas por los venezolanos despuntan el pollo, la carne y el cerdo. “En nuestra población el consumo cárnico es de res, cochino y ave. En Zulia se come el conejo con coco, que es una exquisitez, y los inmigrantes canarios lo consumen al salmorejo; pero no tenemos el conejo dentro de nuestro patrón”, indicó Ocarina Castillo, antropóloga especializada en gastronomía y cultura venezolana.

El segundo obstáculo que enfrenta el Gobierno para “arrancar” con el Plan Conejo es la falta de conocimiento en cuanto a la cría del animal. Ramiro Sánchez, médico veterinario, explicó que el conejo es delicado, se debe vacunar y llevar un control bacteriológico. Adicionalmente, para su cría se deben tomar en cuenta una serie de consideraciones para que el procedimiento cuente con las condiciones higiénicas mínimas.

Si se quiere que el conejo engorde, lo más recomendable es tenerlo en una jaula; pero no cualquiera. Tiene que ser una que el animal no pueda roer y debe estar por encima del suelo para evitar contaminación. También hay que tener en cuenta que, mientras más encerrados estén los mamíferos, más atención hay que prestarle a la jaula y no dejar que se acumulen sus desechos.

Otro punto a considerar es la alimentación del conejo. Las verduras y las hortalizas son lo ideal. La conejarina, el alimento que venden en las tiendas de mascotas, también es bueno aunque costoso. Mensualmente un conejo puede comer cerca de tres kilos de este alimento y cada kilo ronda los siete mil bolívares, 21 mil bolívares que salen caros en las barriadas donde se quiere arraigar el plan. Eso si se consigue. De cinco locales consultados por Efecto Cocuyo en la Gran Caracas solo en uno había disponibilidad.

Hernández insiste en que no solo se debe alimentar al conejo con grama o monte, pues el animal no crecerá tanto como puede y aportará menos nutrientes que consumiendo verduras y hortalizas. También hay alimentos que pueden ocasionar la muerte del animal, como los dulces.

En unos tres meses, y alimentado de la manera correcta, el conejo puede crecer. En carnicerías del este de Caracas el kilo del animal se oferta en 40 mil bolívares. Sin embargo, el nutricionista de Bengoa resaltó que un conejo no es suficiente para alimentar a una familia de seis, por ejemplo.

También advirtió que, por ser un alimento poco frecuente en la mesa de los venezolanos, su preparación y manipulación se desconoce. La carne del animal, a diferencia de otras, no se puede preparar en bistec; sus preparaciones más comunes son por trozos, guisado o esmechado.

Algunas de las advertencias que hace Hernández sobre tener un conejo en casa son las siguientes: su mala manipulación al momento de prepararlo pueden traer como consecuencia enfermedades gastrointestinales; tener un conejo en casa puede traer alergia a los más pequeños por el pelo, y la presencia del animal también puede ocasionar tiña, una erupción en la piel causada por un hongo.

Tanto para Castillo como para Hernández, los anuncios del Ejecutivo del pasado martes, 12 de septiembre, son más de lo mismo y siguen la línea de los conucos y los gallineros verticales propuestos por el presidente Hugo Chávez en el mandato anterior. Para ambos resulta “ridículo” y “absurdo” invertir en la educación del venezolano para fomentar la cría de conejos en lugar de potenciar sectores, como el avícola, que pudiesen aliviar la crisis alimentaria,

Por el contrario, creen que la solución la tienen los mismos productores en sus manos. “Lo que tenemos que hacer es resolver el problema de producción agropecuaria de este país. Falta de propuestas no hay. Lo que hay es falta de entendimiento y de capacidad”, aseguró Castillo.

Deja un comentario