Abuelos en colas. Agencias del Banco Bicentenario en Caracas amanecieron este martes desbordadas por centenares de pensionados, algunos de ellos con problemas de movilidad, que esperaban cobrar la pensión de Bs. 347.914 luego de más de seis horas en cola, y que no les alcanza ni para comprar un cartón de huevos, cuyo precio supera los Bs. 450.000.
Para mayor padecimiento, los pensionados no solo tienen que soportar sol, lluvia, hambre, sed, también la actitud de algunos funcionarios que no dan trato preferencial a los que muestran los certificados emitidos por el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad Conapdis.
En las sucursales del Bicentenario de Los Palos Grandes y de la Castellana (Chacao), así como las dos ubicadas en el centro Comercial Propatria (Libertador), las colas de adultos mayores le daban la vuelta a la cuadra. En las afueras de las agencias de Banesco y el Banco del Tesoro, en ese mismo centro comercial, también muchos pensionados hacían cola.
Retirar una sola vez en efectivo
Los pensionados también acusan en gran medida la escasez de billetes. La mayoría de ellos acuden inmediatamente a cobrar la pensión, los días 20 de cada mes, porque luego las agencias no les permiten retirar todo el dinero en efectivo. Por esta razón las taquillas bancarias lucían este día desbordadas.
“Si pago con la tarjeta de débito, algunos comerciantes me cobran hasta el doble por el mismo producto. Un medio cartón de huevos, por ejemplo, con efectivo me lo venden en Bs. 180.000, mientras que si es por punto me cobran Bs. 240.000”, dijo Pedro Durán, mientras esperaba en una larga cola en la sucursal del Banco Bicentenario en Los Palos Grandes.
Leer también: Prolifera el ilegal cobro de comisiones por usar puntos de ventas en Venezuela
En Venezuela, el efectivo en la calle representa el 4,7% de la liquidez monetaria (dinero circulante y en cuentas bancarias) que era de Bs. 195.763.179.640 hasta el 9 de febrero, mientras que en otros países, el efectivo representa el 12,5%.
“Yo no puedo estar mucho tiempo de pie»
“Es un atropello que solo una taquilla para tanto viejo”, dijo Mireya Rodríguez, de 68 años, quien consideró como “aberrante”, que ella y las demás personas que esperaban cobrar su dinero en la sucursal de Banesco en el centro comercial Propatria tengan que pasar tanto tiempo de espera y que, además, no se le diera prioridad a quienes tienen alguna discapacidad.
“Yo no puedo estar mucho tiempo de pie, porque tengo musculo esquelético en el pie. Mostré mi carnet con la discapacidad al vigilante, pero no le importó, me mandó a esperar en la cola”, indicó Antonia Mogollón, de 70 años, mostrando la identificación en la que parece el tipo de discapacidad que padece.
Lo mismo pasó con Marlene Ontiveros, de 69 años, quien debido a una caída tiene la rodilla con una lesión que no le permite mantenerse por mucho tiempo en pie. “Siempre es lo mismo. El gerente salió y dijo que todos tenían que hacer la cola por igual, pero no todos pueden aguantarla, como pasa con mi mamá”, señaló a Efecto Cocuyo, la hija de Ontiveros, quien la acompañaba.
Entre quienes se encontraban allí estaba Félida Zambran, de 66 años, quien se quejó no solo por la cola. “La pensión no alcanza para comprar las medicinas que necesito, si es que las consigo”. La entrevistada aseguró que llamó al 0800 Salud y funcionarios la censaron, pero después de un mes nunca le llevaron las medicinas.
Zambrano mostró los blísteres de las medicinas que debe tomar regularmente, entre ellas Losartan, medicamento que sirve para su hipertensión. Solo le queda una pastilla y no sabe cuándo vuelva a conseguir.
“Una cajita de 15 pastillas puede costar Bs. 400.000, pero son difíciles de conseguir. Si no fuera por mi hijo que me las manda de Colombia no tendría como seguir el tratamiento” dijo Gladys Moreno, de 60 años, quien hacía una cola en frente a la sucursal del Banco Bicentenario en Los Palos Grandes.
“No he cobrado la pensión y ya debo Bs. 100.000 por las dos empanadas que me comí y el jugo que me tomé por acá cerca”, comenta Antonio Parra, de 61 años, quien llegó a las 5 de la mañana al centro comercial Pro Patria para cobrar la pensión en una de las sucursales del Banco Bicentenario en ese lugar.
“En la mañana esto es un desastre. A las 6 am todos entraron desesperados y nadie hizo nada para calmar la situación. A mí se me subió la tensión y me caí, al igual que otros viejos”, agregó el hombre.
“Pasamos por esto, casi para nada. Con los que nos dan solo alcanza para comprar yuca y masa, porque un cartón de huevos cuesta mucho más”, contó Manuel Key, de 65 años, quien también estaba en la cola.
“Mis hijos no me ayudan, apenas les alcanza para su familia. Yo estoy sola, como mal y con lo que me gano con la pensión no me alcanza”, dijo Hilda Vera, de 78.
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Para mayor padecimiento, los pensionados no solo tienen que soportar sol, lluvia, hambre, sed, también la actitud de algunos funcionarios que no dan trato preferencial a los que muestran los certificados emitidos por el Consejo Nacional para las Personas con Discapacidad Conapdis.
En las sucursales del Bicentenario de Los Palos Grandes y de la Castellana (Chacao), así como las dos ubicadas en el centro Comercial Propatria (Libertador), las colas de adultos mayores le daban la vuelta a la cuadra. En las afueras de las agencias de Banesco y el Banco del Tesoro, en ese mismo centro comercial, también muchos pensionados hacían cola.
Retirar una sola vez en efectivo
Los pensionados también acusan en gran medida la escasez de billetes. La mayoría de ellos acuden inmediatamente a cobrar la pensión, los días 20 de cada mes, porque luego las agencias no les permiten retirar todo el dinero en efectivo. Por esta razón las taquillas bancarias lucían este día desbordadas.
“Si pago con la tarjeta de débito, algunos comerciantes me cobran hasta el doble por el mismo producto. Un medio cartón de huevos, por ejemplo, con efectivo me lo venden en Bs. 180.000, mientras que si es por punto me cobran Bs. 240.000”, dijo Pedro Durán, mientras esperaba en una larga cola en la sucursal del Banco Bicentenario en Los Palos Grandes.
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“Yo no puedo estar mucho tiempo de pie»
“Es un atropello que solo una taquilla para tanto viejo”, dijo Mireya Rodríguez, de 68 años, quien consideró como “aberrante”, que ella y las demás personas que esperaban cobrar su dinero en la sucursal de Banesco en el centro comercial Propatria tengan que pasar tanto tiempo de espera y que, además, no se le diera prioridad a quienes tienen alguna discapacidad.
“Yo no puedo estar mucho tiempo de pie, porque tengo musculo esquelético en el pie. Mostré mi carnet con la discapacidad al vigilante, pero no le importó, me mandó a esperar en la cola”, indicó Antonia Mogollón, de 70 años, mostrando la identificación en la que parece el tipo de discapacidad que padece.
Lo mismo pasó con Marlene Ontiveros, de 69 años, quien debido a una caída tiene la rodilla con una lesión que no le permite mantenerse por mucho tiempo en pie. “Siempre es lo mismo. El gerente salió y dijo que todos tenían que hacer la cola por igual, pero no todos pueden aguantarla, como pasa con mi mamá”, señaló a Efecto Cocuyo, la hija de Ontiveros, quien la acompañaba.
Entre quienes se encontraban allí estaba Félida Zambran, de 66 años, quien se quejó no solo por la cola. “La pensión no alcanza para comprar las medicinas que necesito, si es que las consigo”. La entrevistada aseguró que llamó al 0800 Salud y funcionarios la censaron, pero después de un mes nunca le llevaron las medicinas.
Zambrano mostró los blísteres de las medicinas que debe tomar regularmente, entre ellas Losartan, medicamento que sirve para su hipertensión. Solo le queda una pastilla y no sabe cuándo vuelva a conseguir.
“Una cajita de 15 pastillas puede costar Bs. 400.000, pero son difíciles de conseguir. Si no fuera por mi hijo que me las manda de Colombia no tendría como seguir el tratamiento” dijo Gladys Moreno, de 60 años, quien hacía una cola en frente a la sucursal del Banco Bicentenario en Los Palos Grandes.
“No he cobrado la pensión y ya debo Bs. 100.000 por las dos empanadas que me comí y el jugo que me tomé por acá cerca”, comenta Antonio Parra, de 61 años, quien llegó a las 5 de la mañana al centro comercial Pro Patria para cobrar la pensión en una de las sucursales del Banco Bicentenario en ese lugar.
“En la mañana esto es un desastre. A las 6 am todos entraron desesperados y nadie hizo nada para calmar la situación. A mí se me subió la tensión y me caí, al igual que otros viejos”, agregó el hombre.
“Pasamos por esto, casi para nada. Con los que nos dan solo alcanza para comprar yuca y masa, porque un cartón de huevos cuesta mucho más”, contó Manuel Key, de 65 años, quien también estaba en la cola.
“Mis hijos no me ayudan, apenas les alcanza para su familia. Yo estoy sola, como mal y con lo que me gano con la pensión no me alcanza”, dijo Hilda Vera, de 78.