Medios locales estadounidenses informaron sobre la muerte del primer perro diagnosticado con COVID-19 en el país. Un pastor alemán llamado Buddy falleció a mediados del mes de julio, aunque la información se hizo pública este jueves 30. Los dueños de Buddy lamentan que no se dedique tiempo para investigar los efectos del nuevo coronavirus en los animales.
La familia de Buddy asegura que al can le gustaban los paseos largos y nadar. En abril comenzó a tener problemas respiratorios y, al mismo tiempo, su dueño arrojó positivo por COVID-19. La familia Mahoney, dueños de Buddy, relataron la historia a la revista National Geographic, y esperan que eventualmente se realicen investigaciones sobre cómo afecta la COVID-19 a los animales.
Buddy comenzó a tener problemas respiratorios justo antes de cumplir los siete años de edad. El pastor alemán comenzó a desarrollar una mucosidad espesa en la nariz y su respiración se volvió forzada. La familia Mahoney relata que fue sumamente complicado encontrar un veterinario que pudiera hacerle la prueba de COVID-19 a Buddy. Tal búsqueda les llevó un mes a los Mahoney, mientras la salud del canino continuaba empeorando. El perro había perdido peso y estaba letárgico.
Buddy fue tratado con antibióticos y estereoides hasta que la familia consiguió una clínica veterinaria que aceptó realizar la prueba a su perro. El examen de COVID-19 resultó positivo, sin embargo, Duke, otro perro de la familia, resultó negativo en la prueba.
Cinco días después, una prueba mostró que Buddy ya no tenía el virus en su sistema y que, incluso, había desarrollado anticuerpos. Lo que confirma que sí tuvo COVID-19. No obstante, la condición del can empeoró y también presentó problemas para caminar. El 11 de julio, la familia Mahoney decidió aplicar la eutanasia a Buddy, luego de que el perro vomitara sangre.
Los Mahoney han señalado estar confundido porque nadie pareciera estar interesado en aprender de la muerte de su mascota y el papel que jugó la COVID-19 en el empeoramiento de la salud de Buddy. Especialmente porque son pocos los casos confirmados en animales.
Con información de EFE
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Medios locales estadounidenses informaron sobre la muerte del primer perro diagnosticado con COVID-19 en el país. Un pastor alemán llamado Buddy falleció a mediados del mes de julio, aunque la información se hizo pública este jueves 30. Los dueños de Buddy lamentan que no se dedique tiempo para investigar los efectos del nuevo coronavirus en los animales.
La familia de Buddy asegura que al can le gustaban los paseos largos y nadar. En abril comenzó a tener problemas respiratorios y, al mismo tiempo, su dueño arrojó positivo por COVID-19. La familia Mahoney, dueños de Buddy, relataron la historia a la revista National Geographic, y esperan que eventualmente se realicen investigaciones sobre cómo afecta la COVID-19 a los animales.
Buddy comenzó a tener problemas respiratorios justo antes de cumplir los siete años de edad. El pastor alemán comenzó a desarrollar una mucosidad espesa en la nariz y su respiración se volvió forzada. La familia Mahoney relata que fue sumamente complicado encontrar un veterinario que pudiera hacerle la prueba de COVID-19 a Buddy. Tal búsqueda les llevó un mes a los Mahoney, mientras la salud del canino continuaba empeorando. El perro había perdido peso y estaba letárgico.
Buddy fue tratado con antibióticos y estereoides hasta que la familia consiguió una clínica veterinaria que aceptó realizar la prueba a su perro. El examen de COVID-19 resultó positivo, sin embargo, Duke, otro perro de la familia, resultó negativo en la prueba.
Cinco días después, una prueba mostró que Buddy ya no tenía el virus en su sistema y que, incluso, había desarrollado anticuerpos. Lo que confirma que sí tuvo COVID-19. No obstante, la condición del can empeoró y también presentó problemas para caminar. El 11 de julio, la familia Mahoney decidió aplicar la eutanasia a Buddy, luego de que el perro vomitara sangre.
Los Mahoney han señalado estar confundido porque nadie pareciera estar interesado en aprender de la muerte de su mascota y el papel que jugó la COVID-19 en el empeoramiento de la salud de Buddy. Especialmente porque son pocos los casos confirmados en animales.
Con información de EFE
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