Luisa Kislinger: La crisis ha tenido un peso desproporcionado sobre las mujeres #ConLaLuz

LA HUMANIDAD · 3 MARZO, 2017 13:23

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Julett Pineda Sleinan | @JulePineda


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Las mujeres versus la crisis. En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer el próximo 8 de marzo, el sexo femenino tiene poco que celebrar y mucho que reclamar. Siempre asociadas a las tareas domésticas, las venezolanas llevan a cuestas las cruces de la escasez, la inflación y las colas. A esto se suman leyes y proyectos rezagados que impiden a las féminas colocarse a la par de los hombres en materia salarial o legal. Es por esta razón que las mujeres de todo el mundo se paralizarán en su día por una hora: para que se sienta la falta que hacen en cada uno de sus roles.

«Es para visibilizar cuál es el valor y la contribución que hacemos las mujeres en la sociedad ¿Cómo contribuimos con la economía de un país, con la economía de un hogar? Si dejamos de trabajar por una hora en nuestros sitios de trabajo, ahí veremos cómo se ven afectados (la sociedad)», aseguró Luisa Kislinger, feminista y activista de los derechos de la mujer, desde la cuarta edición del programa #ConLaLuz

La activista afirmó, este miércoles 2 de marzo, que a esta iniciativa de las mujeres por paralizar el mundo se sumaron otros países de la región, entre ellos Argentina y Chile. En el caso venezolano, indicó que aunque todavía no se ha hecho una convocatoria formal, está previsto que haya un punto para que quienes quieran manifestarse con pancartas puedan hacerlo.

Para Kislinger, la situación que atraviesa el país pesa más sobre los hombros del sexo femenino. «La crisis ha tenido un peso desproporcionado sobre las mujeres», adivirtió. «Las mujeres son asociadas a lo doméstico, al hogar. Ellas son las que tienen que buscar los alimentos, los medicamentos, las que están en las colas y las que eventualmente dejan de comer para darles comida a sus hijos», dijo.

La activista señaló que la escasez de anticonceptivos se ubica en 85% aproximadamente y que esta realidad representa un retroceso importante para el derecho a la autonomía reproductiva. A esto suma la discriminación que atraviesan las mujeres en las colas al comprar productos básicos y de higiene.

Unas pastillas anticonceptivas importadas, comercializadas en cadenas farmacéuticas del país, cuestan entre 20 mil y 40 mil bolívares. Los precios de las nacionales oscilan entre los 300 y los tres mil bolívares.

«¿Cuál es la situación una niña de 11 o 12 años que le viene la menstruación y tiene cédula para comprar toallas sanitarias pero no puede hacerlo? ¿Se le está garantizando el acceso a este tipo de productos?», inquirió. «El Estado no está dando respuesta».

A pesar de que el Estado y sus distintos organismos han empezado a involucrarse en el problema de la violencia contra la mujer, Kislinger resalta que aún hay áreas que siguen rezagadas por la crisis. Esto empeora cuando se trata de casos de mujeres trans y mujeres homosexuales.

El ámbito laboral es aún un terreno en donde la conquista de los derechos de las mujeres siguen lejos. «Hay una brecha salarial: Las mujeres ganamos 18% menos que los hombres», advirtió. Añadió que un monitoreo de medios de comunicación arrojó que el sexo femenino se quedó atrás en las historias publicadas en radio, prensa, televisión en Internet: solo en 24% de los casos estudiados las mujeres fueron protagonistas. 

Lo mismo ocurrió con la consulta de profesionales del sexo femenino a la hora de elaborar un trabajo periodístico. Kislinger apuntó que cuando se trata de consultar a un economista, por ejemplo, se prefiere entrevistar a un hombre que a una mujer

El próximo Día de la Mujer se postula como una fecha para celebrar los logros, pero también para hacer sentir los reclamos del sexo femenino por todo lo que queda por lograr. «Lo primero que recomendaría es no pensar que ya conquistamos todos nuestros derechos«, indicó Kislinger. Prueba de ello es la aplastante crisis contra la que libran batalla las venezolanas todos los días. «Esa no es la realidad y en particular en las mujeres de bajos recursos, las mujeres indígenas y las mujeres de la comunidad sexo diversa», alertó.

LA HUMANIDAD · 3 MARZO, 2017

Luisa Kislinger: La crisis ha tenido un peso desproporcionado sobre las mujeres #ConLaLuz

Texto por Julett Pineda Sleinan | @JulePineda

Las mujeres versus la crisis. En el marco de la conmemoración del Día de la Mujer el próximo 8 de marzo, el sexo femenino tiene poco que celebrar y mucho que reclamar. Siempre asociadas a las tareas domésticas, las venezolanas llevan a cuestas las cruces de la escasez, la inflación y las colas. A esto se suman leyes y proyectos rezagados que impiden a las féminas colocarse a la par de los hombres en materia salarial o legal. Es por esta razón que las mujeres de todo el mundo se paralizarán en su día por una hora: para que se sienta la falta que hacen en cada uno de sus roles.

«Es para visibilizar cuál es el valor y la contribución que hacemos las mujeres en la sociedad ¿Cómo contribuimos con la economía de un país, con la economía de un hogar? Si dejamos de trabajar por una hora en nuestros sitios de trabajo, ahí veremos cómo se ven afectados (la sociedad)», aseguró Luisa Kislinger, feminista y activista de los derechos de la mujer, desde la cuarta edición del programa #ConLaLuz

La activista afirmó, este miércoles 2 de marzo, que a esta iniciativa de las mujeres por paralizar el mundo se sumaron otros países de la región, entre ellos Argentina y Chile. En el caso venezolano, indicó que aunque todavía no se ha hecho una convocatoria formal, está previsto que haya un punto para que quienes quieran manifestarse con pancartas puedan hacerlo.

Para Kislinger, la situación que atraviesa el país pesa más sobre los hombros del sexo femenino. «La crisis ha tenido un peso desproporcionado sobre las mujeres», adivirtió. «Las mujeres son asociadas a lo doméstico, al hogar. Ellas son las que tienen que buscar los alimentos, los medicamentos, las que están en las colas y las que eventualmente dejan de comer para darles comida a sus hijos», dijo.

La activista señaló que la escasez de anticonceptivos se ubica en 85% aproximadamente y que esta realidad representa un retroceso importante para el derecho a la autonomía reproductiva. A esto suma la discriminación que atraviesan las mujeres en las colas al comprar productos básicos y de higiene.

Unas pastillas anticonceptivas importadas, comercializadas en cadenas farmacéuticas del país, cuestan entre 20 mil y 40 mil bolívares. Los precios de las nacionales oscilan entre los 300 y los tres mil bolívares.

«¿Cuál es la situación una niña de 11 o 12 años que le viene la menstruación y tiene cédula para comprar toallas sanitarias pero no puede hacerlo? ¿Se le está garantizando el acceso a este tipo de productos?», inquirió. «El Estado no está dando respuesta».

A pesar de que el Estado y sus distintos organismos han empezado a involucrarse en el problema de la violencia contra la mujer, Kislinger resalta que aún hay áreas que siguen rezagadas por la crisis. Esto empeora cuando se trata de casos de mujeres trans y mujeres homosexuales.

El ámbito laboral es aún un terreno en donde la conquista de los derechos de las mujeres siguen lejos. «Hay una brecha salarial: Las mujeres ganamos 18% menos que los hombres», advirtió. Añadió que un monitoreo de medios de comunicación arrojó que el sexo femenino se quedó atrás en las historias publicadas en radio, prensa, televisión en Internet: solo en 24% de los casos estudiados las mujeres fueron protagonistas. 

Lo mismo ocurrió con la consulta de profesionales del sexo femenino a la hora de elaborar un trabajo periodístico. Kislinger apuntó que cuando se trata de consultar a un economista, por ejemplo, se prefiere entrevistar a un hombre que a una mujer

El próximo Día de la Mujer se postula como una fecha para celebrar los logros, pero también para hacer sentir los reclamos del sexo femenino por todo lo que queda por lograr. «Lo primero que recomendaría es no pensar que ya conquistamos todos nuestros derechos«, indicó Kislinger. Prueba de ello es la aplastante crisis contra la que libran batalla las venezolanas todos los días. «Esa no es la realidad y en particular en las mujeres de bajos recursos, las mujeres indígenas y las mujeres de la comunidad sexo diversa», alertó.

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