Por cuarta vez, la familia Rivero Oronó pasa por la morgue de Bello Monte de Caracas para buscar a un familiar fallecido. Los cuatro murieron por culpa de la violencia y las balas que circulan entre delincuentes de la ciudad. Este martes de Carnaval, el 9 de febrero, tuvieron que retirar a Juan Bautista Rivero, de 25 años de edad.
Gregoria Oronó, madre de la víctima, estaba acompañada de su hijo mayor y una sobrina. Mientras el varón hacía los trámites forenses, las mujeres esperaban en uno de los muros de la morgue de Bello Monte. Allí indicaron que Juan Bautista recibió seis tiros en la espalda en el barrio Las Minas de Baruta del estado Miranda.
“Salió de casa de su abuela para comprar algo, pero a poca distancia le dispararon. Le quitaron una cadena de oro y dinero”, comentó Gregoria.
Su hijo trabajaba como albañil por su cuenta en la comunidad en la que vivía. Su sueldo era para su hija de un año y las consultas ginecológicas de su esposa que estaba embarazada.
Hace nueve años a un primo de Juan Bautista lo mataron en el mismo sector. Dos años después, al tío lo asesinó un joven de 18 años que pagó condena, luego de admitir los hechos y pedir disculpas porque estaba bajo los efectos de la droga para el momento del crimen. Un primo de 15 años también fue ultimado, hace tres años, cuando unos vecinos lo fueron a buscar a su casa para que fuera con ellos a recuperar la moto que le habían robado. En el camino le dispararon.
“Ahora hay una banda por la zona que está echando broma y por más que uno cuide y forme a sus hijos, a veces pasan estas cosas. La situación económica obliga a los padres a dejar a los niños solos por mucho tiempo y ahí es cuando agarran el mal camino”, explicó Gregoria.
Esta es una de las historias que confluyeron en la morgue de Bello Monte durante las fiestas de Carnaval. En total fueron ingresados 92 cadáveres, de los cuales los últimos 19 casos se registraron entre la tarde del martes y la mañana del miércoles.
Polizamora disparó tres veces a un adolescente
Se enfrentó. Así alegaron los funcionarios de la Policía de Zamora a los parientes de Franklin Andrés Farías, de 17 años de edad, cuando acudieron al Pronto Socorro de Las Casitas en Guatire para entender lo que había pasado con el adolescente.
Versión policial señala que el joven se encontraba de parrillero en una moto y que ambos dispararon en contra de funcionarios motorizados de Polizamora, por lo que estos reaccionaron y perpetraron varios balazos. En ese enfrentamiento murió el conductor del vehículo en el que iba Franklin Andrés y él quedó herido por la espalda. El hecho ocurrió el miércoles 3 de febrero a las 7:00 pm en la avenida Intercomunal Guarenas – Guatire a la altura de El Marqués.
Su padre, de igual nombre, acudió al Pronto Socorro luego de que una enfermera lo contactó para avisarle. Su hijo estaba vivo, pero los funcionarios de Polizamora no permitían que fuera movilizado a un hospital con insumos médicos para atenderlo. Con presión de la comunidad de Ciudad Belén, donde habitaba la víctima, lograron trasladarlo al Seguro Social de Guarenas.
“El trato que me dieron los policías fue horrible. No me quisieron explicar qué había pasado e incluso me trancaban el paso con las patrullas para que no saliera del Pronto Socorro”, aseveró Franklin padre.
El adolescente murió por un paro respiratorio en el hospital Domingo Luciani de El Llanito el lunes 8 de febrero a la 1:00 am.
“Ese expediente está viciado. No encontraron arma y los tiros son por la espalda. Además quieren hacer ver que mi hijo mató al chofer de la moto. No hicieron pruebas de ATD ni planimetría. Nada. Quiero justicia”, denunció el papá de la víctima.
Franklin Andrés trabajaba como asistente de su padre en reparación de línea blanca y refrigeración. No tenía expediente policial y la comunidad lo calificó como un joven respetuoso. “Eso es lo que duele, que le quieran manchar el nombre así. Hoy tengo un hijo muerto, pero en la calle hay un asesino con placa”, exclamó el hombre.
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Por cuarta vez, la familia Rivero Oronó pasa por la morgue de Bello Monte de Caracas para buscar a un familiar fallecido. Los cuatro murieron por culpa de la violencia y las balas que circulan entre delincuentes de la ciudad. Este martes de Carnaval, el 9 de febrero, tuvieron que retirar a Juan Bautista Rivero, de 25 años de edad.
Gregoria Oronó, madre de la víctima, estaba acompañada de su hijo mayor y una sobrina. Mientras el varón hacía los trámites forenses, las mujeres esperaban en uno de los muros de la morgue de Bello Monte. Allí indicaron que Juan Bautista recibió seis tiros en la espalda en el barrio Las Minas de Baruta del estado Miranda.
“Salió de casa de su abuela para comprar algo, pero a poca distancia le dispararon. Le quitaron una cadena de oro y dinero”, comentó Gregoria.
Su hijo trabajaba como albañil por su cuenta en la comunidad en la que vivía. Su sueldo era para su hija de un año y las consultas ginecológicas de su esposa que estaba embarazada.
Hace nueve años a un primo de Juan Bautista lo mataron en el mismo sector. Dos años después, al tío lo asesinó un joven de 18 años que pagó condena, luego de admitir los hechos y pedir disculpas porque estaba bajo los efectos de la droga para el momento del crimen. Un primo de 15 años también fue ultimado, hace tres años, cuando unos vecinos lo fueron a buscar a su casa para que fuera con ellos a recuperar la moto que le habían robado. En el camino le dispararon.
“Ahora hay una banda por la zona que está echando broma y por más que uno cuide y forme a sus hijos, a veces pasan estas cosas. La situación económica obliga a los padres a dejar a los niños solos por mucho tiempo y ahí es cuando agarran el mal camino”, explicó Gregoria.
Esta es una de las historias que confluyeron en la morgue de Bello Monte durante las fiestas de Carnaval. En total fueron ingresados 92 cadáveres, de los cuales los últimos 19 casos se registraron entre la tarde del martes y la mañana del miércoles.
Polizamora disparó tres veces a un adolescente
Se enfrentó. Así alegaron los funcionarios de la Policía de Zamora a los parientes de Franklin Andrés Farías, de 17 años de edad, cuando acudieron al Pronto Socorro de Las Casitas en Guatire para entender lo que había pasado con el adolescente.
Versión policial señala que el joven se encontraba de parrillero en una moto y que ambos dispararon en contra de funcionarios motorizados de Polizamora, por lo que estos reaccionaron y perpetraron varios balazos. En ese enfrentamiento murió el conductor del vehículo en el que iba Franklin Andrés y él quedó herido por la espalda. El hecho ocurrió el miércoles 3 de febrero a las 7:00 pm en la avenida Intercomunal Guarenas – Guatire a la altura de El Marqués.
Su padre, de igual nombre, acudió al Pronto Socorro luego de que una enfermera lo contactó para avisarle. Su hijo estaba vivo, pero los funcionarios de Polizamora no permitían que fuera movilizado a un hospital con insumos médicos para atenderlo. Con presión de la comunidad de Ciudad Belén, donde habitaba la víctima, lograron trasladarlo al Seguro Social de Guarenas.
“El trato que me dieron los policías fue horrible. No me quisieron explicar qué había pasado e incluso me trancaban el paso con las patrullas para que no saliera del Pronto Socorro”, aseveró Franklin padre.
El adolescente murió por un paro respiratorio en el hospital Domingo Luciani de El Llanito el lunes 8 de febrero a la 1:00 am.
“Ese expediente está viciado. No encontraron arma y los tiros son por la espalda. Además quieren hacer ver que mi hijo mató al chofer de la moto. No hicieron pruebas de ATD ni planimetría. Nada. Quiero justicia”, denunció el papá de la víctima.
Franklin Andrés trabajaba como asistente de su padre en reparación de línea blanca y refrigeración. No tenía expediente policial y la comunidad lo calificó como un joven respetuoso. “Eso es lo que duele, que le quieran manchar el nombre así. Hoy tengo un hijo muerto, pero en la calle hay un asesino con placa”, exclamó el hombre.
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