Este año 2020 será recordado como el año de la pandemia. El coronavirus llegó para alterar dinámicas en todo el mundo y, sin duda, también impactó en la forma en cómo nos comunicamos, las palabras que más usamos, el lenguaje.
En las conversaciones, sobre todo virtuales, se incorporaron palabras y expresiones que pasaron a formar parte de nuestras nuevas maneras de relacionarnos oralmente y que, muchas de ellas, eran impensables 12 meses antes.
En Efecto Cocuyo decidimos compartir algunas de las frases que nos acompañaron en este año de incertidumbre y sobresaltos, aprendizajes y desafíos.
Consultamos entre nuestro equipo las principales expresiones que nos marcaron este año. Muchas estuvieron asociadas a la crisis sanitaria por el coronavirus y el uso de la mascarillas o tapaboca, de antibacterial o el lavado de manos.
Esto no ha de extrañar sabiendo que las candidatas a palabra del año 2020 de la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) son precisamente: coronavirus, infodemia, resiliencia o confinamiento.
Una de las medidas principales para evitar la propagación del SARS-CoV-2 fue la cuarentena, lo que implicó para muchos el trabajar desde casa. No faltaron las anécdotas sobre las conversaciones a través de plataformas de videollamada.
“¿Me escuchas?”, “Estás muteado” y “Apaga el micrófono”, son otras de las expresiones que recordaron repetir constantemente en esas reuniones virtuales con familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Economía y servicios
Otras frases que no faltaron en nuestro vocabulario estuvieron asociadas a las fallas de servicios públicos o la situación económica del país.
Frente a una aguda escasez de combustible era usual escuchar “¿Tienes gasolina?” o “Me queda un cuarto de tanque”.
Durante 2020 los venezolanos también tuvieron que seguirle la pista al dólar, cuya tasa (tanto en el mercado negro como en el oficial) aumentaba constantemente.
“¿A cuánto está el dólar?”, era una consulta casi obligada al momento de realizar transacciones en divisas en la Venezuela que experimenta una dolarización de facto.
Otras frases menos agradables que reflejaban el deterioro de los servicios incluyeron “El Internet está lento” o “Hubo un bajón” en referencia a fluctuaciones del servicio eléctrico.