¿Es viable el sistema de cuotas de la UE que Boric propone para la migración venezolana en Sudamérica? 

El presidente de Chile, Gabriel Boric, propuso analizar el sistema de cuotas implementado por la Unión Europea en 2015 frente a la oleada de refugiados sirios, para aplicarlo en Sudamérica con los migrantes venezolanos. El 14 de marzo, el gobernante insistió en que es necesario aliviar la presión de algunos países de la región, quienes reciben a cientos de desplazados cada semana. 

«El punto de fondo es que una crisis migratoria, en este caso de más de seis millones de personas que han inmigrado de Venezuela en particular, la carga de aquello no puede recaer en uno o un grupo de países», dijo en una conferencia de prensa, el pasado lunes. 

Hasta la fecha, por lo menos 6.041.690 de connacionales se han ido del país, huyendo de la crisis humanitaria, de acuerdo con los datos manejados por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, conocida como R4V. Actualmente, Colombia es el mayor receptor de venezolanos en el mundo (1.842.390), le sigue Perú (1.286.464), Ecuador (508.935) y Chile (448.138).

Un sistema como el europeo no se ha implementado hasta ahora en América del Sur. Sin embargo, especialistas señalan que el fracaso de la iniciativa en Europa es un indicio que la región no debe ignorar a la hora de desarrollar planes para gestionar la oleada migratoria.  

¿En qué consiste el sistema de cuotas de migrantes? 

En 2015, Europa se topó con una de sus mayores crisis de refugiados: 1,3 millones de hombres, mujeres y niños provenientes de Siria, Irak, Afganistán, Nigeria y Pakistán huyeron de conflictos bélicos en sus propios países y solicitaron asilo a diferentes naciones. Ese año, la Comisión Europea propuso distribuir a los refugiados en cuotas entre los miembros de la UE, tomando en cuenta su PIB y población. 

Es decir, la cifra de migrantes que le tocaba a cada país estaba calculada con base en la capacidad económica y demográfica del Estado para recibirlos e integrarlos. Por lo tanto, países como Alemania o Francia se veían obligados a recibir más personas que otros como Hungría o Rumania. 

El objetivo en general, era dividir la responsabilidad para que los estados del sur del continente no fuesen los únicos en acoger refugiados. La orden fue que todos los miembros de la Unión Europea se adhirieran a la iniciativa. 

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Oecd por sus siglas en inglés) indica que el sistema «Adquirió una connotación negativa en el contexto migratorio, por el supuesto de que las cuotas implican la selección de números específicos de inmigrantes según nacionalidad o país de origen o nivel de calificación». 

¿Funcionó en Europa? 

El sistema de cuotas obligatorio fue rechazado en mayor parte por países de Europa del Este en 2015, por considerarlo injusto e impositivo. Eslovaquia, Hungría, Rumania y la República Checa se posicionaron abiertamente contra el plan. En 2017,  Polonia amenazó a la Comisión Europea con iniciar una causa judicial.

El argumento de varios países fue que todavía se estaban recuperando de crisis económicas, por lo que no podían permitirse acoger a miles de migrantes, aún cuando estas cuotas fuesen más bajas que las de naciones con mayor estabilidad en sus finanzas 

«Los países deben poder controlar el número de refugiados que están dispuestos a aceptar y a continuación ofrecerles apoyo» dijo entonces el ministro de Relaciones Exteriores checo, Lubomir Zaoralek.

Finalmente, la Unión Europea admitió en 2020 que distribuir a los refugiados en cuotas no tuvo efecto. De 160.000 refugiados que los miembros acordaron repartirse en 2015, sólo se reubicó a 34.689 (apenas el 22 %) en un período de dos años. En parte, por la reticencia de los estados a implementar el plan.  

«El sistema actual ya no funciona. Y durante los últimos cinco años, la UE no ha podido arreglarlo. La UE debe superar el estancamiento actual y estar a la altura de la tarea», expresó el organismo en un comunicado de prensa

¿Funcionaría en Sudamérica? 

De acuerdo con Juan Francisco Contreras, presidente del Colegio de Internacionalistas, la idea no es replicar modelos fallidos de Europa, sino trabajar en conjunto con organizaciones internacionales para llegar a un acuerdo entre estados americanos. 

«Lo importante es que se busquen establecer políticas que puedan ayudar a frenar la situación y a generar una mejor vida a esta gente que busca un futuro mejor. Pero también tenemos que entender que para estos países, acoger y brindar salud y asistencia a los migrantes es una carga significativa», dijo Contreras a Efecto Cocuyo

Boric no es el único que ha propuesto cooperación regional como solución a la crisis migratoria venezolana. La vicepresidente y canciller colombiana, Marta Lucía Ramírez, también señaló que es necesario que Sudamérica siga el principio de corresponsabilidad entre países. 

«Tenemos que trabajar todos, no solamente porque se integren exitosamente en nuestro país, sino porque nuestra región adopte medidas de políticas públicas que permitan un crecimiento económico sostenible», expresó en el consejo permanente de la OEA, el 16 de febrero de 2022.

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