La policía acababa de irse cuando llegaron tres hombres en dos motos, otra vez, a robar. No había pasado ni una hora cuando el exencargado de la Comisión Presidencial para la Reforma Policial y ahora candidato a la Asamblea Nacional, Freddy Bernal, se marchó del lugar. Con él se fue un batallón de uniformados de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), que rodearon los alrededores del edificio Pórtico del Este, en Sabana Grande, luego de que siete hombres violentaran las cerraduras de cuatro apartamentos y sometieran a los vecinos, desde la noche hasta la madrugada de este 8 de julio, para despojarlos de celulares, tablets, relojes y dinero en efectivo.

A las 11:10 am, los fiscales del Ministerio Público aún estaban en el piso 8. Las víctimas fueron trasladadas a la División de Robos del Cicpc para que declararan sobre lo ocurrido. Sin policías cerca, un grupo de ocho vecinos seguía en las afueras del edificio, ubicado al lado de un proyecto de la Misión Vivienda. Comentaban sobre el robo y hablaban con los periodistas.
Y entonces llegaron los dos motorizados. Abordaron a una reportera de El Nacional y le pidieron el celular con el que grababa una nota para una emisora radial, justo en ese momento. Ella gritó, salió corriendo y se salvó de que le quitaran el equipo. No corrió con la misma suerte uno de los vecinos que declaraba a los reporteros. A él sí le quitaron un teléfono inteligente, después de que le mostraron una pistola y lo amenazaron con “caerle a tiros”.
Los gritos llamaron la atención de tres funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, que se acercaron a preguntar qué pasaba. Uno de ellos se quejó porque los periodistas hicieron fotos del momento y dijo que fotografiar uniformados era “algo grave”. Molestos, también se marcharon, después de llamar “estúpida” a la periodista de El Nacional. “Resuelvan ustedes como puedan, quién los manda a tomar fotos”, gritaba otro de los guardias mientras se alejaban.
Nadie entra, nadie sale
Tras el segundo incidente delictivo de la mañana en esa zona de Sabana Grande, el vigilante de una de las torres recibió la llamada de un vecino para alertarlo sobre unos “ruidos raros” en alguno de los pisos cercanos al 8. El vigilante, de piel tostada, se puso pálido. De inmediato pidió un teléfono prestado a quienes seguían ahí, ahora del lado de adentro. Tartamudeaba y se excusaba por no tener saldo, mientras otra mujer gritaba y amenazaba con derribar el portón del edificio si no la dejaban salir. “¡Me quiero ir de esta mierda! Ábreme la puerta o la tumbo”, exclamaba. Notablemente nervioso, otro de los vigilantes la dejó salir, mientras su compañero se comunicaba con un cuadrante policial para informar sobre la nueva situación.
En diez minutos volvió a llegar el mismo batallón, junto a cinco camionetas del Cicpc. “Es posible que los motorizados que acaban de robar aquí salieran por la parte de atrás. Así que ahora vamos a revisar apartamento por apartamento, en cada uno de los 25 pisos”, explicó uno de los funcionarios.
Quienes quedaron del lado de adentro del portón, no pudieron salir más hasta después de las 2:30 pm. Los del lado de afuera, tuvieron que esperar ahí. Fue una orden policial que no agradó a los vecinos, separados unos de otros por el portón. Unos se quejaban porque en sus apartamentos no había nadie, otros imploraban entrar para verificar las condiciones de señores de la tercera edad, mientras otro grupo seguía hablando, especulando.
“Aquí debe vivir un chivo bien gordo. Todos esos policías no llegaron de gratis y no es normal que vengan dos veces en una mañana”, dijo una señora, en referencia a las declaraciones de Bernal, cuando acudió al sitio: “Todo apunta a que fue un intento de secuestro contra uno de mis hombres de confianza y miembro de mi equipo de trabajo, Silfredo Zambrano”. No pudieron encontrarlo, según el funcionario, porque “afortunadamente” esa noche no durmió allí.
“Al final, los malandros intentaron cubrir el hecho perpetrando un robo masivo, pero para qué esperar todas esas horas para hacerlo. Además, no se llevaron la caja fuerte de Zambrano”, señaló Bernal, a quien el pasado el 25 de junio le asesinaron a su jefe de escoltas, Maicker Vásquez.
Mientras la policía inspeccionaba el lugar por segunda vez, el mismo Bernal informó por su cuenta de Twitter sobre la detención de algunos implicados en el primer robo a los cuatro apartamentos del piso 8: “A sólo horas de este hecho, anuncio al país que hemos capturado a 3 de los delincuentes del intento de secuestro contra Silfredo Zambrano. En el allanamiento donde hicimos las detenciones, hemos incautado armas de guerra y granadas fragmentarias. ¡No van a amedrentarnos!”, escribió.
Otros vecinos dudaron de la hipótesis del candidato a las parlamentarias. Luis Alfredo Rodríguez, presidente de la Junta de Condominio, aseguró que no es la primera vez que ocurre un hecho como éste: “Ya la semana pasada pasó lo mismo. Varios hombres ingresaron a uno de los apartamentos del penthouse y lo saqueron, se llevaron todo. Nosotros estamos expuestos y aquí no hay seguridad”, señaló, indignado frente a las declaraciones de Freddy Bernal.