Isabel* y su esposo Juan* tomaron dos decisiones trascendentales en 2017. Emigraron de Venezuela a Estados Unidos en busca de un mejor futuro para su hijo, pero estando en el epicentro de la diáspora, en el retante exilio, decidieron regresar al país que dejaron, que ya no es el mismo, donde diariamente se recrudece la crisis y donde el sitio más cotizado de encuentro es el mismo en el que su avión aterrizará en cuestión de días.

Para ellos, solo hace falta vivir seis meses en Miami para darse cuenta que el “sueño americano” amerita tener resistencia, arriesgar y ceder condiciones. “Nos vamos a Venezuela y sé que allá todo está peor, pero nos vamos felices, no nos vamos tristes porque aprendimos la lección, este país no es para nosotros”, dice Isabel, quizás en el momento en el otro compatriota empaca sus pertenencias para llegar a Estados Unidos en búsqueda, más que del sueño americano, de una vida en libertad.

“No nos vamos tristes porque aprendimos la lección, este país no es para nosotros”

En enero de 2017 llegó junto a su familia a Miami. Huían, además de la crisis política, del alto costo de la vida. Cuando decidieron partir rumbo a Estados Unidos dejaron un país con una inflación acumulada de 42,5% (durante los primeros dos meses del año), pero al regresar, 11 meses después, se encontrarán con una economía a punto de estallar, en un país  declarado por algunas consultoras en default, con una hiperinflación de 2.000% y con cada vez menos aerolíneas queriendo aterrizar en suelo venezolano por la acentuada crisis.

Al momento de su arribo a Estados Unidos, la visión de ella y su esposo era establecerse, legalizarse de alguna manera y trabajar. “Tuvimos mucha suerte porque muy rápido conseguimos trabajo. Yo trabajaba en un warehouse de flores de 5 de la mañana a 4 de la tarde y mi esposo tenía dos trabajos y llegaba a la casa a las 11 de la noche. Metimos a mi hijo en daycare y allí él pasaba todo el día”.

Según las cifras del Departamento de Seguridad de EEUU, hasta el tercer trimestre de 2017 al menos 21 mil 407 venezolanos habían solicitado protección en el país,  6 mil 679 más que en 2016. La petición de asilo por parte de emigrantes venezolanos se había multiplicado por 27 hasta septiembre. Entre esas cifras se cuenta el caso de Isabel, quien al salir de territorio americano perderá, junto a su familia, cualquier posibilidad de soporte migratorio en Estados Unidos.

– ¿Cuál es la razón por la que se regresan?

– Porque pusimos todo en una balanza. Es verdad que aquí nunca nos faltó nada, porque Juan y yo trabajamos mucho para que no hiciera falta nada. ¿Pero sabes qué es triste? Que nunca veas a tu hijo y tu esposo porque pasas el día trabajando, que cuando te das cuenta, tu hijo hace cosas, dice cosas que tú nunca se las enseñaste, porque nunca lo viste. Este sistema te va llevando hasta que abres los ojos y eres un robot.

– ¿Y en esa balanza qué encontraste positivo?

– Fue una experiencia buena, porque pasamos de ver escasez, inseguridad en Venezuela a estar tranquilos. En Venezuela yo igual trabajaba todos los días, pero la vida no se nos hacía tan monótona. Creo que nuestra experiencia no habla por la del resto. Quizás a una persona soltera, sin hijos, le va mejor, pero mi concepto de familia es diferente. Aquí con el día a día son pocos los momentos en los que puedes compartir.

– He escuchado mucho que hablas del sueño americano. ¿Fue por eso que vinieron a Estados Unidos?

– Suena muy bonito que aquí puedes tener casa, carro, todo lo que quieras. Pero cuando te das cuenta nada de eso es tuyo, todo lo tienes que pagar por el resto de tu vida. Es una vida como de mentiras y cuesta mucho trabajo, pero sobretodo tiempo que se pierde para vivir. Y nos dimos cuenta que así siguiera trabajando de la misma manera por dos años, no tendríamos ahorrado nada.

– ¿Entonces sí viniste por el sueño americano?

– Sí, claro.

– Pero en Venezuela todo está peor. No es el mismo país que dejaste en enero.

– Sí, sabemos con lo que nos vamos a encontrar. Pero quizás nosotros regresamos para organizarnos nuevamente e irnos a otro país. Chile, Argentina o la misma Colombia. Tengo amigos que les está yendo muy bien por allá.

– ¿Quieres decir que a ustedes no les fue bien acá?

– No, te repito, no es el país. Porque en cualquier sitio donde vayamos tenemos que trabajar. Lo que buscamos es un lugar donde podamos además de trabajar, también compartir, sentir el calor de la familia. Pero sobretodo ahorrar.

– Hay todavía mucha gente de Venezuela acá, y todos los días siguen llegando más. ¿Qué les dices?

– Suerte.

(*) Los nombres de los entrevistados fueron cambiados a petición.

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8 Comentarios

  1. EL COMUNISMO TE ROBA LOS SUEÑOS,,,,,,,,, ir a un país desarrollado no es fasil,,,solo tiene que adaptarse a vivir con las incomodidades que te da el sistema,,,,,,,,,,,,,,el facilismo se pierde,,,, el venezolano esta acostumbrado a vivir del facilismo,,,, y el conformismo,,,,,,,,
    por eso no se adapta a una vida de trabajo forzado,,,,,,, estados unidos es un país de trabajo forzado,,,,, para poder lograr lo que se quiere,,,,,,,,,no es ir a dormir y comer,,,,esa costumbre la tiene el venezolano en las venas,,,,EL FACILISMO Y EL CONFORMISMO,,,

    POR ESO NO SE ADAPTA AL SISTEMA CAPITALISTA SALVAJE,,,,,LE GUSTA EL COMUNISMO SOCIALISTA DEL POPULISMO,,,
    DONDE LE DAN MIGAJAS,,,,,,,,Y VIVES DE ESPERANZAS,,,,,,

  2. 2014. Dos hijos. Misma ciudad. Sin nada.

    Hoy vivimos en Las Vegas, mis hijos tienen 4 y 8 años, mi esposa y yo hemos ganado un Emmy formamos una compañía y hemos avanzado. Nadie llega a un país y en 6 meses se hace millonario. Hay etapas dentro del proceso que vive un emigrante.

    Me hubiese gustado ver una contraparte en esta historia. No esta versión de me regreso porque no tengo el temple para salir adelante.

  3. Este articulo no es completamente demostrativo de la vivencia de un inmigrante a USA o cualquier pais. Hace falta comentar que cuando llegas a un pais debes aceptar y cumplir las normativas y leyes del mismo, nosotros los Venezolanos sin que esto sea una critica somos : buyeros, arrolladores, dicharacheros, joviales, juguetones y estamos acostumbrados en cierta forma a hacer los que nos viene en gana aunque aclarando no son todos. Comernos una luz roja del semaforo es normal, colearnos en una cola es la rutina, tratar de ser mas vivos que otro es lo comun, sabernolas todas, ser la tapa del frasco es lo rutinario asi somos una gran mayoria. Por ese motivo cualquier otra cultura donde se mantega el orden y se cumpla las leyes no crea un gran contraste. Afuera no podemos conducir pasados de tragos, no podemos poner la musica a todo volumen , no podemos tomarnos una cerveza en la via publica, ni tirar la basura `por la ventana de tu carro. Ese es el contraste de aqui Venezuela con otro pais de primer mundo. Ojo no con esto digo que esos paises sean perfectos.

  4. Hay más casos de venezolanos con éxito que de fracasos en USA, se trabaja bastante y se vive bien. Puedes comprar carro decente muy rápido con un sueldo básico y sin endeudarte. ¿Quieres comprar casa? Es un poco más difícil obviamente, pero puedes alquilar buenos apartamentos semiamoblados, súper cómodos. Si usted emigra con una mano adelante y otra atrás, con hijos, sin papeles, pues es lógico que sea más complicado todo pero USA es un país que ofrece muchísimas oportunidades.

  5. Ojalá y no se enferme tu niño en Venezuela. Yo tengo casa, carro, trabajo estable y no tengo deudas pues todo lo tengo pagado. Vivo en Washington DC. Y con 48 años me sobra tiempo.

  6. Estimada Isabel ni te preocupes intentar volver a salir de Venezuela quédate tranquila allá, pués quienes estamos en países como Colombia, Argentina o Chile te decimos
    vas a tener que hacer un cambio de mentalidad, pues estos países al igual que el del sueño americano exige horas de trabajo y disciplina financiera para hacer una vida normal, sin mucho tiempo libre para mirarle la cara al otro, y echar cuentos todas las tardes con amigos o vecinos.

  7. Y eso que solo estuvieron en Miami, que ni siquiera es el verdadero Estados Unidos. Si llegaban a St. Louis, Minneapolis o a Nashville se suicidan.

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