Caraqueños se bañan en quebrada del Ávila a tres días del apagón #10Mar

LA HUMANIDAD · 10 MARZO, 2019 19:13

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Isaac González Mendoza | @Sasamendoz


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Tres días. Caraqueños que se bañan en quebradas del Ávila donde además recogen agua, centro comerciales cerrados, avenidas desoladas, unos restaurantes cerrados y otros abarrotados de comensales es el panorama de este domingo, 10 de marzo, en Caracas, después de más de 72 horas del apagón que asola al país.

A lo largo de la Cota Mil, a la altura de la entrada del Ávila, se han trasladado decenas de personas para recolectar agua en pipotes, tobos y botellones. Algunos de los que acumulan el líquido se la llevan en la maleta de sus vehículos mientras que otros se van caminando. Hay ciudadanos provenientes de distintas zonas como La Pastora, La Castellana, Catia, La Candelaria, Simón Rodríguez, Pinto Salinas, entre otros.

El señor Orlando Arellano, residente de La Candelaria, señaló que tiene varios días sin agua. Por esto se movilizó hasta la autopista para llenar sus tobos. “Si no viene la electricidad no nos va a llegar el agua”,  dijo el ciudadano, y agregó que en los últimos días se ha percatado del aumento de la cantidad de personas que buscan agua de la montaña.

Desde el miércoles 6 de marzo no le llega el agua a Maribel, quien vive en el sector Simón Rodríguez. Este fin de semana se trasladó a la autopista dos veces. Este sábado, 9 de marzo, en la noche pudo recoger un poco de agua en algunos de sus envases. “Esto está full de gente en todos los alrededores desde hace varios días. Hasta que no arreglen la luz no habrá agua porque así no van a prender las turbinas”, expresó.

Hay quienes se acercan a la quebrada para bañarse. Este domingo, 10 de marzo, había personas que se llevaron jabón y champú para asearse. Otros incluso lavaron su ropa en el pequeño río.

En La Castellana,  había una de las pocas gasolineras trabajando. Pero cuando la cola alcanzaba unos 50 metros, se cortó la electricidad y no pudieron seguir suministrando el combustible.

“Teníamos media hora esperando para echar gasolina pero falló la energía. Y, obviamente, si no hay luz los empleados no pueden trabajar. La cola estaba larga pero la gente se salió porque dejaron de surtir”, señaló la ciudadana Ana Karina Plaza.

Un chofer que prefirió resguardar su nombre dijo: “Tenía dos horas esperando para surtir y se cortó la energía”. Las bombas de gasolina de Los Palos Grandes y  Blandín lucían solitarias a las 4:45 pm porque no estaban prestando servicio.

El centro comercial Sambil, en Chacao, no trabaja desde el sábado a las 2:00 pm, hora en que, según un vigilante, les cortaron la energía. “Nosotros aquí no tenemos planta ni nada. Solo vino el personal de vigilancia”, agregó. Lo mismo ocurre en el San Ignacio, el Centro Plaza y sus alrededores. Al igual que los comercios que los rodean, están cerrados.

Tanto la avenida Francisco de Miranda como la Libertador, repletas de semáforos apagados, lucían solitarias después de las 4:00 pm. Sin embargo, frente a la torre Movistar todavía hay decenas de vehículos de personas que intentan acceder a Internet para comunicarse con sus familiares o leer noticias.

Lo mismo se ve en la plaza La Castellana, donde está el edificio principal de Digitel. “Vine para hablar por WhatsApp con mis familiares en Caracas y para leer las noticias que aparecen en Twitter”, explicó Susana Ponds, quien se acercó por primera vez durante esta semana a la torre de la compañía telefónica.

Hay contraste con los restaurantes del este. El Alazán y El Mundo del Pollo, que cuentan con plantas eléctricas, estaban abiertos y repletos de personas, pero El Budare y el McDonald’s estaban cerrados.

Mientras tanto, el Metro de Caracas, el principal medio de transporte masivo de la capital, tiene más de 70 horas sin prestar servicio.

Lea también:

Empleados de Corpoelec: Deberán aplicar racionamiento eléctrico en el país hasta reparar equipos

LA HUMANIDAD · 10 MARZO, 2019

Caraqueños se bañan en quebrada del Ávila a tres días del apagón #10Mar

Texto por Isaac González Mendoza | @Sasamendoz

Tres días. Caraqueños que se bañan en quebradas del Ávila donde además recogen agua, centro comerciales cerrados, avenidas desoladas, unos restaurantes cerrados y otros abarrotados de comensales es el panorama de este domingo, 10 de marzo, en Caracas, después de más de 72 horas del apagón que asola al país.

A lo largo de la Cota Mil, a la altura de la entrada del Ávila, se han trasladado decenas de personas para recolectar agua en pipotes, tobos y botellones. Algunos de los que acumulan el líquido se la llevan en la maleta de sus vehículos mientras que otros se van caminando. Hay ciudadanos provenientes de distintas zonas como La Pastora, La Castellana, Catia, La Candelaria, Simón Rodríguez, Pinto Salinas, entre otros.

El señor Orlando Arellano, residente de La Candelaria, señaló que tiene varios días sin agua. Por esto se movilizó hasta la autopista para llenar sus tobos. “Si no viene la electricidad no nos va a llegar el agua”,  dijo el ciudadano, y agregó que en los últimos días se ha percatado del aumento de la cantidad de personas que buscan agua de la montaña.

Desde el miércoles 6 de marzo no le llega el agua a Maribel, quien vive en el sector Simón Rodríguez. Este fin de semana se trasladó a la autopista dos veces. Este sábado, 9 de marzo, en la noche pudo recoger un poco de agua en algunos de sus envases. “Esto está full de gente en todos los alrededores desde hace varios días. Hasta que no arreglen la luz no habrá agua porque así no van a prender las turbinas”, expresó.

Hay quienes se acercan a la quebrada para bañarse. Este domingo, 10 de marzo, había personas que se llevaron jabón y champú para asearse. Otros incluso lavaron su ropa en el pequeño río.

En La Castellana,  había una de las pocas gasolineras trabajando. Pero cuando la cola alcanzaba unos 50 metros, se cortó la electricidad y no pudieron seguir suministrando el combustible.

“Teníamos media hora esperando para echar gasolina pero falló la energía. Y, obviamente, si no hay luz los empleados no pueden trabajar. La cola estaba larga pero la gente se salió porque dejaron de surtir”, señaló la ciudadana Ana Karina Plaza.

Un chofer que prefirió resguardar su nombre dijo: “Tenía dos horas esperando para surtir y se cortó la energía”. Las bombas de gasolina de Los Palos Grandes y  Blandín lucían solitarias a las 4:45 pm porque no estaban prestando servicio.

El centro comercial Sambil, en Chacao, no trabaja desde el sábado a las 2:00 pm, hora en que, según un vigilante, les cortaron la energía. “Nosotros aquí no tenemos planta ni nada. Solo vino el personal de vigilancia”, agregó. Lo mismo ocurre en el San Ignacio, el Centro Plaza y sus alrededores. Al igual que los comercios que los rodean, están cerrados.

Tanto la avenida Francisco de Miranda como la Libertador, repletas de semáforos apagados, lucían solitarias después de las 4:00 pm. Sin embargo, frente a la torre Movistar todavía hay decenas de vehículos de personas que intentan acceder a Internet para comunicarse con sus familiares o leer noticias.

Lo mismo se ve en la plaza La Castellana, donde está el edificio principal de Digitel. “Vine para hablar por WhatsApp con mis familiares en Caracas y para leer las noticias que aparecen en Twitter”, explicó Susana Ponds, quien se acercó por primera vez durante esta semana a la torre de la compañía telefónica.

Hay contraste con los restaurantes del este. El Alazán y El Mundo del Pollo, que cuentan con plantas eléctricas, estaban abiertos y repletos de personas, pero El Budare y el McDonald’s estaban cerrados.

Mientras tanto, el Metro de Caracas, el principal medio de transporte masivo de la capital, tiene más de 70 horas sin prestar servicio.

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