Educación incompleta. La hija de Iris Gil, de 16 años de edad, estudia bachillerato en el turno de la tarde en un pequeño colegio privado en la parroquia San Pedro de Caracas. Habitualmente veía clases de 1:00 a 5:30 pm, pero desde que el Gobierno de Nicolás Maduro creó un «horario especial laboral», como parte de un plan frente a la emergencia eléctrica, toda su jornada ha sido trastocada.
La primera vez que el país supo de este nuevo horario fue el pasado 31 de marzo, donde se dijo que la jornada de trabajo en el sector público y privado debía culminar a las 2:00 pm. Posteriormente, el 22 de abril, se anunció que en el caso de los planteles debían cerrar sus puertas a las 12 del mediodía.
A través de alocuciones o mensajes en Twitter la medida se fue prolongando, haciendo caso omiso a las críticas de organizaciones que defienden el derecho a la educación. Lo último que se conoce, a través de un decreto en la Gaceta Oficial Nº 41.623, es que las actividades educativas deben impartirse entre 7:00 am y 2:00 pm “hasta el período que acuerde el Ejecutivo».
Gil detalló que en el colegio de su hija, donde los alumnos de tercero a quinto año ven clases exclusivamente en la tarde, inicialmente no fueron tan estrictos sobre la medida.
«En un principio las autoridades del ministerio (de Educación) alegaron que podían cumplir su cronograma habitual si se comprometían a no utilizar electricidad. Sin embargo, recientemente, volvieron a acudir al colegio y ordenaron acatar el horario hasta las 2:00 pm», contó.
La única recomendación que les dieron fue priorizar «las materias más relevantes». El plantel acordó, entonces, reducir parte del horario del turno matutino para que los alumnos de la tarde asistieran entre las 12 del mediodía y 2:00 pm, en las que reciben tres de las seis horas académicas de clases que establecía su cronograma.
La madre consideró que esta situación afecta a la adolescente y sus compañeros porque estos «se sienten desmotivados». Además, a veces ocurre que los profesores faltan y de igual forma no ven clases. «En el caso de los alumnos de quinto año se enfrentan a la culminación de esta etapa, con expectativas de entrar a la universidad y sienten que reciben una educación incompleta», agregó.
El colegio informó a los padres que les enviarán guías para reforzar el aprendizaje de los muchachos en casa: «Siento que nos piden garantizar algo que debería hacer el Estado. Mi esposo y yo somos profesionales pero hay áreas que no manejamos tan bien y no contamos con la experiencia en pedagogía», dijo la representante.
Desestimó que, a seis semanas de culminar el año académico, se implementen medidas para resarcir el daño causado: «Pregunté si había planes de extender el calendario escolar y la respuesta fue negativa».
La ONG Cecodap, dedicada a la promoción y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, rechazó este miércoles, 15 de mayo, la extensión «de manera indefinida» del horario laboral especial para el sector educativo, al considerar que la medida afecta a planteles públicos y privados y, especialmente, a los estudiantes del turno vespertino.
Recalcaron que esta decisión «restringe la posibilidad de que se cumpla de manera plena el horario escolar necesario para cumplir con los programas académicos y procesos de aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes (NNA)».
La organización también consideró que la medida «lesiona la calidad de la educación«, sumado a unas condiciones que ya comprometen este derecho de los NNA como las fallas de servicios públicos (agua, electricidad, transporte), el deterioro de la infraestructura escolar y el déficit de maestros.
«Desde Cecodap una vez más advertimos que este tipo de medidas indican fehacientemente que para las autoridades la educación no sea un área considerada esencial», sentenciaron en una nota de prensa.
La medida del horario especial, según detalla el decreto, se debe a «la necesidad de apostar a la prosperidad nacional y recuperación económica». Aunque exime de su cumplimiento a sectores como alimentación, servicios aduaneros, de seguridad, salud, banca, entre otros, no considera a la educación como «área prioritaria».
La ONG manifestó su preocupación por los estudiantes de turnos vespertinos «los cuales desde que comenzó la emergencia eléctrica prácticamente no han podido tener clases y aquellos que la han tenido lo han hecho en condiciones muy limitadas». También reprocharon la falta de lineamientos, planes o estrategias que permitan garantizar el acceso a la educación.
Recalcaron que la educación es indispensable para fortalecer el capital social del país a través de la formación integral de cada ciudadano: «La educación no permite ni acepta limitaciones de horarios o restricciones en las condiciones materiales que requieren todas las escuelas».
Foto referencial: Mairet Chourio – @MairetChourio
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Educación incompleta. La hija de Iris Gil, de 16 años de edad, estudia bachillerato en el turno de la tarde en un pequeño colegio privado en la parroquia San Pedro de Caracas. Habitualmente veía clases de 1:00 a 5:30 pm, pero desde que el Gobierno de Nicolás Maduro creó un «horario especial laboral», como parte de un plan frente a la emergencia eléctrica, toda su jornada ha sido trastocada.
La primera vez que el país supo de este nuevo horario fue el pasado 31 de marzo, donde se dijo que la jornada de trabajo en el sector público y privado debía culminar a las 2:00 pm. Posteriormente, el 22 de abril, se anunció que en el caso de los planteles debían cerrar sus puertas a las 12 del mediodía.
A través de alocuciones o mensajes en Twitter la medida se fue prolongando, haciendo caso omiso a las críticas de organizaciones que defienden el derecho a la educación. Lo último que se conoce, a través de un decreto en la Gaceta Oficial Nº 41.623, es que las actividades educativas deben impartirse entre 7:00 am y 2:00 pm “hasta el período que acuerde el Ejecutivo».
Gil detalló que en el colegio de su hija, donde los alumnos de tercero a quinto año ven clases exclusivamente en la tarde, inicialmente no fueron tan estrictos sobre la medida.
«En un principio las autoridades del ministerio (de Educación) alegaron que podían cumplir su cronograma habitual si se comprometían a no utilizar electricidad. Sin embargo, recientemente, volvieron a acudir al colegio y ordenaron acatar el horario hasta las 2:00 pm», contó.
La única recomendación que les dieron fue priorizar «las materias más relevantes». El plantel acordó, entonces, reducir parte del horario del turno matutino para que los alumnos de la tarde asistieran entre las 12 del mediodía y 2:00 pm, en las que reciben tres de las seis horas académicas de clases que establecía su cronograma.
La madre consideró que esta situación afecta a la adolescente y sus compañeros porque estos «se sienten desmotivados». Además, a veces ocurre que los profesores faltan y de igual forma no ven clases. «En el caso de los alumnos de quinto año se enfrentan a la culminación de esta etapa, con expectativas de entrar a la universidad y sienten que reciben una educación incompleta», agregó.
El colegio informó a los padres que les enviarán guías para reforzar el aprendizaje de los muchachos en casa: «Siento que nos piden garantizar algo que debería hacer el Estado. Mi esposo y yo somos profesionales pero hay áreas que no manejamos tan bien y no contamos con la experiencia en pedagogía», dijo la representante.
Desestimó que, a seis semanas de culminar el año académico, se implementen medidas para resarcir el daño causado: «Pregunté si había planes de extender el calendario escolar y la respuesta fue negativa».
La ONG Cecodap, dedicada a la promoción y defensa de los derechos de la niñez y adolescencia, rechazó este miércoles, 15 de mayo, la extensión «de manera indefinida» del horario laboral especial para el sector educativo, al considerar que la medida afecta a planteles públicos y privados y, especialmente, a los estudiantes del turno vespertino.
Recalcaron que esta decisión «restringe la posibilidad de que se cumpla de manera plena el horario escolar necesario para cumplir con los programas académicos y procesos de aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes (NNA)».
La organización también consideró que la medida «lesiona la calidad de la educación«, sumado a unas condiciones que ya comprometen este derecho de los NNA como las fallas de servicios públicos (agua, electricidad, transporte), el deterioro de la infraestructura escolar y el déficit de maestros.
«Desde Cecodap una vez más advertimos que este tipo de medidas indican fehacientemente que para las autoridades la educación no sea un área considerada esencial», sentenciaron en una nota de prensa.
La medida del horario especial, según detalla el decreto, se debe a «la necesidad de apostar a la prosperidad nacional y recuperación económica». Aunque exime de su cumplimiento a sectores como alimentación, servicios aduaneros, de seguridad, salud, banca, entre otros, no considera a la educación como «área prioritaria».
La ONG manifestó su preocupación por los estudiantes de turnos vespertinos «los cuales desde que comenzó la emergencia eléctrica prácticamente no han podido tener clases y aquellos que la han tenido lo han hecho en condiciones muy limitadas». También reprocharon la falta de lineamientos, planes o estrategias que permitan garantizar el acceso a la educación.
Recalcaron que la educación es indispensable para fortalecer el capital social del país a través de la formación integral de cada ciudadano: «La educación no permite ni acepta limitaciones de horarios o restricciones en las condiciones materiales que requieren todas las escuelas».
Foto referencial: Mairet Chourio – @MairetChourio
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