Octubre cerró con cifras rojas para los cuerpos de seguridad. Según datos  de la Fundación Para el Debido Proceso (Fundepro), hasta el 31 de octubre se contabilizaban al menos 284 funcionarios asesinados en el territorio nacional, 69 de los cuales estaban en funciones al momento de su muerte.

Uno de los casos recientes fue el de tres GNB amordazados y asesinados en medio de labores de inteligencia: Reinaldo Meza Arellano, Pedro López González y Jessika Arias Ramírez.  Con su muerte, la cifra de militares asesinados asciende a 53.

[small_title title=”El cuerpo de seguridad con más asesinados durante el año son las policías estatales, con 82 decesos”]. En esta lista se encuentra el caso de Williams Sánchez, de 23 años, oficial de Policarabobo, que fue ajusticiado con un disparo en la cabeza mientras patrullaba en Valencia el 24 de octubre. Del mismo modo fue abatido José Román Guerrero, Policaroní, el 22 de septiembre. Las policías municipales han perdido 58 funcionarios a manos de antisociales.

Los escoltas también  se han convertido en un blanco para los criminales. En lo que va de año, 20 han perdido la vida. El último caso del mes fue el asesinato de Richard Gregorio Narváez Morales, ocurrido el pasado 26 de octubre. Narváez se desempeñaba como escolta de Francisco Rangel Gómez, gobernador del estado Bolívar.

A pesar de que los ataques con granada han aumentado en lo que va de año hasta sumar 33 entre febrero y octubre, solo dos funcionarios han resultado muertos. Henri Eduardo Hernández Manzo, de la Policía Nacional Bolivariana, falleció el 29 de marzo en Caracas. El 11 de agosto Nelson Álvarez, Poliaragua, murió tras un ataque con granadas y armas largas en San Vicente, Aragua.

Ocho  oficiales del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional han sido abatidos, mientras que del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas han sido 27. La Policía Nacional Bolivariana ha perdido 36 funcionarios.

Irrespeto hacia los uniformados

El ambiente de violencia y agresividad en el país ha aumentado y los ataques a los funcionarios son una prueba de ello.  Para Fundepro, esto puede devenir en una profunda desmoralización de los cuerpos policiales, puesto se sienten sin autoridad.

Para Donagee Sandoval, abogada de la institución, esto puede ser motivado por un sentimiento de desprecio hacia los oficiales. “Hay un irrespeto total. Se siente más fuertes por matar a un uniformado”.

La ONG también señala que ha aumentado el nivel de violencia en los ataques: muchos son tiros a la cabeza. “Los delincuentes incluso llegan a tener mejores armas que los funcionarios. Y matar a otro es una forma de hacerse de armas nuevas. Desacredita a la policía y da crédito a los delincuentes.”

Sandoval acota que la ausencia de castigos en un factor determinante. “Saben de la impunidad que los rodea, eso puede motivarlos más”.

Funcionarios Asesinados

Deja un comentario