El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien anunció haber dado positivo por COVID-19 hace poco más de una semana, celebró una «protesta pacífica» en favor de «la ley y el orden» este sábado 10 de octubre en la Casa Blanca.
“Llamamos a esto una protesta pacífica», señaló el mandatario al dirigirse desde un balcón a los cientos de personas que se congregaron en la Casa Blanca para escuchar al mandatario.
La ceremonia tiene lugar apenas nueve días después de que el mandatario anunciara haberse contagiado del nuevo coronavirus y a pesar de que se desconoce si Trump ya ha dado negativo tras haber estado sometido a tratamiento desde el 2 de octubre, cuando fue ingresado en el Centro Médico Militar Walter Reed a las pocas horas de anunciar su estado de salud, vía Twitter.
«I want to thank all of you for your prayers.» pic.twitter.com/l3cbbVxLkW
— The White House (@WhiteHouse) October 10, 2020
Trump volvió a la Casa Blanca apenas tres días después, el pasado lunes. Desde entonces, ha reiterado que se encuentra «perfectamente» y ha expresado su deseo de volver a la campaña electoral de cara a los comicios del próximo 3 de noviembre. El presidente afirmó ayer, en una entrevista concedida al canal Fox News, que ya «apenas» está tomando medicamentos.
No obstante, el evento ha suscitado una gran sorpresa, puesto que aún no se habrían cumplido los plazos de aislamiento en caso de contagio dictados por las autoridades sanitarias y porque algunos expertos han señalado que precisamente un acto celebrado en los jardines de la Casa Blanca, la nominación de la jueza Amy Coney Barrett para la Corte Suprema, el pasado 26 de septiembre, podría ser el origen del brote de covid que ha afectado a cerca de una decena de personas próximas al mandatario.
La clasificación del evento como una «protesta pacífica» no es casual, puesto que la Casa Blanca ha venido recurriendo a esta descripción a la hora de referirse a los mítines multitudinarios que venía celebrando el presidente en las últimas semanas a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia.
Miles de personas tomaron las calles de Miami en apoyo a la Caravana Antisocialista y Anticomunista, una manifestación para pedir la liberación de Cuba, Venezuela y Nicaragua y “alertar” a Estados Unidos de los peligros del socialismo.
Según los organizadores, unas 20,000 personas acudieron a la manifestación, que se desarrolló en forma de caravana para evitar contagios en tiempos de coronavirus. Tras salir del Magic City Casino, la caravana continuó hasta el monumento a la Brigada 2506 y a la Plaza de la Cubanidad, en West Flagler.
El Comité Patriótico Organizador, detrás del cual están organizaciones del exilio cubano como la Brigada 2506 y el Directorio, dijeron que no había un respaldo partidista detrás de la convocatoria, pero la inmensa mayoría de los manifestantes portaba carteles en respaldo al presidente Donald Trump.
Antes de las 8 a.m., el parqueo del Magic City Casino, localizado en el 450 NW 37 Avenue, ya estaba repleto de autos con motivos de la campaña de reelección de Trump, quien goza de una amplia popularidad en el exilio cubano, según encuestas.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien anunció haber dado positivo por COVID-19 hace poco más de una semana, celebró una «protesta pacífica» en favor de «la ley y el orden» este sábado 10 de octubre en la Casa Blanca.
“Llamamos a esto una protesta pacífica», señaló el mandatario al dirigirse desde un balcón a los cientos de personas que se congregaron en la Casa Blanca para escuchar al mandatario.
La ceremonia tiene lugar apenas nueve días después de que el mandatario anunciara haberse contagiado del nuevo coronavirus y a pesar de que se desconoce si Trump ya ha dado negativo tras haber estado sometido a tratamiento desde el 2 de octubre, cuando fue ingresado en el Centro Médico Militar Walter Reed a las pocas horas de anunciar su estado de salud, vía Twitter.
«I want to thank all of you for your prayers.» pic.twitter.com/l3cbbVxLkW
— The White House (@WhiteHouse) October 10, 2020
Trump volvió a la Casa Blanca apenas tres días después, el pasado lunes. Desde entonces, ha reiterado que se encuentra «perfectamente» y ha expresado su deseo de volver a la campaña electoral de cara a los comicios del próximo 3 de noviembre. El presidente afirmó ayer, en una entrevista concedida al canal Fox News, que ya «apenas» está tomando medicamentos.
No obstante, el evento ha suscitado una gran sorpresa, puesto que aún no se habrían cumplido los plazos de aislamiento en caso de contagio dictados por las autoridades sanitarias y porque algunos expertos han señalado que precisamente un acto celebrado en los jardines de la Casa Blanca, la nominación de la jueza Amy Coney Barrett para la Corte Suprema, el pasado 26 de septiembre, podría ser el origen del brote de covid que ha afectado a cerca de una decena de personas próximas al mandatario.
La clasificación del evento como una «protesta pacífica» no es casual, puesto que la Casa Blanca ha venido recurriendo a esta descripción a la hora de referirse a los mítines multitudinarios que venía celebrando el presidente en las últimas semanas a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia.
Miles de personas tomaron las calles de Miami en apoyo a la Caravana Antisocialista y Anticomunista, una manifestación para pedir la liberación de Cuba, Venezuela y Nicaragua y “alertar” a Estados Unidos de los peligros del socialismo.
Según los organizadores, unas 20,000 personas acudieron a la manifestación, que se desarrolló en forma de caravana para evitar contagios en tiempos de coronavirus. Tras salir del Magic City Casino, la caravana continuó hasta el monumento a la Brigada 2506 y a la Plaza de la Cubanidad, en West Flagler.
El Comité Patriótico Organizador, detrás del cual están organizaciones del exilio cubano como la Brigada 2506 y el Directorio, dijeron que no había un respaldo partidista detrás de la convocatoria, pero la inmensa mayoría de los manifestantes portaba carteles en respaldo al presidente Donald Trump.
Antes de las 8 a.m., el parqueo del Magic City Casino, localizado en el 450 NW 37 Avenue, ya estaba repleto de autos con motivos de la campaña de reelección de Trump, quien goza de una amplia popularidad en el exilio cubano, según encuestas.