La reina Isabel II de Inglaterra falleció este jueves, 8 de septiembre, a los 96 años, informó el gobierno británico.
Su estado de salud era delicado, según anunciaron más temprano sus médicos desde la residencia de Balmoral, en Escocia, donde la monarca estaba de vacaciones.
La noticia sorprende después de que hace dos días a Isabel II se le vio sonriente cuando recibió a la ahora nueva primera ministra Liz Truss, a quien le dio la orden de formar gobierno, tras la renuncia de Boris Jhonson.
Su reinado es el más largo para cualquier rey o reina en Inglaterra, que llegó a 70 años el pasado mes de abril, cuando se celebró un jubileo en el que por su estado de salud no pudo participar.
Durante su reinado vio pasar a 16 primeros ministros y fue partícipe de cómo el otro imperio británico perdió sus dominios en el mundo.
El príncipe Carlos ya es el nuevo rey, y permanecerá en el castillo de Balmoral junto a su esposa Camila, hasta regresar este viernes a Londres.
La cuenta oficial del Palacio Real informó en su cuenta de Twitter que murió “pacíficamente” en horas de la tarde en Balmoral.
Añadieron que el “rey” y “reina consorte” permanecerán en este palacio hasta volver a Londres.
Desde tempranas horas la familia real se trasladó a Escocia. Primero llegaron sus hijos Carlos y Ana, después se sumaron Enrique y Alberto, y después los duques William y Harry, que llegaron sin sus esposas.
Tras conocerse su estado de salud, los británicos comenzaron a congregarse en los alrededores del Palacio de Buckingham, donde este jueves se suspendió el pase de guardia.
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Operación Unicornio
Los protocolos indican que al fallecer en Balmoral, primero llevarán su cuerpo a la sede del Parlamento escocés para rendirle honores, después lo trasladarán por la avenida Royal Mile en Edimburgo, y el cadáver llegará hasta la Catedral de St Giles, donde yacerá en la capilla ardiente y donde se celebrará un primer servicio.
Su traslado a Londres será en el tren real, donde continuarán los actos fúnebres.