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El actor francés Jean-Paul Belmondo murió a los 88 años, informó este lunes la agencia de noticias francesa AFP, citando a su abogado.

Belmondo se convirtió en un ícono de nouvelle vague o «nueva ola» del cine francés, tras darse a conocer en À bout de souffle (1959) de Jean-Luc Godard.

A mediados de la década de 1960 pasó al cine más comercial y se convirtió en uno de los principales héroes de comedia y acción.

Del boxeo a los escenarios

Jean-Paul Belmondo nació en Neuilly-sur-Seine, un suburbio de París el 9 de abril de 1933, hijo de Paul Belmondo, un escultor cuyas estatuas adornan muchos parques parisinos.

La atmósfera bohemia en la que creció tuvo un efecto formativo en él.

Fracasó en la escuela y se convirtió en boxeador aficionado. En su corta carrera, ganó 15 de sus 23 combates antes de darse por vencido para concentrarse en la actuación.

Después de pasar por teatros provinciales, su debut en el cine llegó con el papel de Laszlo en la película de 1958 de Claude Chabrol Les Tricheurs.

Tras esa contundente interpretación, llegó su primer papel protagónico en À bout de souffle.

Jean-Paul Belmondo en À bout de souffle. RONALD GRANT ARCHIVE 

Su imagen de culto lo llevó a participar en varias películas de acción como Les Distractions y La Novice, pero decidido a no ser estereotipado, Belmondo también aceptó papeles más exigentes, como el intelectual idealista de La Ciocara de Vittorio de Sica en 1961.

A mediados de los 60 se pasó por completo al cine comercial y formó su propia productora, Cerito.

En 1987 Belmondo regresó a los escenarios por primera vez en casi 30 años y dividió su trabajo entre teatro y cine durante el resto de su carrera.

Dos años más tarde ganó un Premio César, el equivalente francés de un Oscar, por su actuación en Itineraire d’un Enfant Gate.

A lo largo de su carrera participó en 80 películas de muchos géneros.

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