El FBI está buscando a un hombre sospechoso de matar a cinco de sus vecinos en Texas después de una discusión porque el hombre estaba practicando tiro con sus armas en casa.
Un agente del FBI describió al sospechoso, Francisco Oropeza, de 38 años, como «armado y peligroso«.
Se cree que el hombre abrió fuego contra sus vecinos después de que le pidieran que dejara de disparar porque estaban intentando dormir a un bebé.
Las víctimas eran todas de Honduras, e incluyen a un niño de ocho años.
Las autoridades les identificaron como Sonia Argentina Guzmán, de 25 años; Diana Velázquez Alvarado, de 21; Julisa Molina Rivera, de 31; Jose Jonathan Casarez, de 18; y Daniel Enrique Laso, de 8.
«[Oropeza] Está suelto, y es una amenaza para la comunidad«, dijo el agente especial a cargo del FBI de Houston, James Smith.
El sheriff local Greg Capers dijo: «Lo estamos rastreando con perros y hombres a caballo y drones en el aire«.
«En este momento, podría estar en cualquier lugar», agregó.
El tiroteo tuvo lugar el viernes por la noche en la pequeña ciudad de Cleveland, condado de San Jacinto, al norte de Houston.
La oficina del sheriff local dijo que inicialmente recibió una llamada por una denuncia de «acoso».
Los investigadores creen que las víctimas le habían pedido a Oropeza -quien se cree que había estado bebiendo- que dejara de disparar para poder dormir a un bebé.
La policía dice que el sospechoso respondió: «Voy a disparar en mi patio delantero, voy a hacer lo que yo quiera en mi casa».
Después de que ambas partes se regresaran a sus casas, el sospechoso «llenó su cargador y caminó hacia la casa de sus vecinos y empezó a disparar», contó el sheriff Capers.
Un total de diez personas estaban en la propiedad en ese momento. Los adultos fueron declarados muertos en la escena del incidente, y el niño de ocho años murió en un hospital.
Se cree que el pistolero utilizó un rifle semiautomático AR-15.
El sheriff Capers dijo que los asesinatos se habían llevado a cabo «casi como una ejecución», con disparos por encima del cuello a corta distancia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Honduras, Enrique Reina, tuiteó: «Exigimos que se aplique todo el peso de la ley contra los responsables de este crimen».
El incidente ocurrió días después de que nueve personas resultaran heridas en un tiroteo durante una fiesta de adolescentes al oeste de Texas.
Hace dos semanas, cuatro jóvenes fueron asesinados a tiros durante una fiesta de cumpleaños en Alabama.
Los incidentes con armas de fuego son la principal causa de muerte de niños y adolescentes en los EE.UU., según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
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El FBI está buscando a un hombre sospechoso de matar a cinco de sus vecinos en Texas después de una discusión porque el hombre estaba practicando tiro con sus armas en casa.
Un agente del FBI describió al sospechoso, Francisco Oropeza, de 38 años, como «armado y peligroso«.
Se cree que el hombre abrió fuego contra sus vecinos después de que le pidieran que dejara de disparar porque estaban intentando dormir a un bebé.
Las víctimas eran todas de Honduras, e incluyen a un niño de ocho años.
Las autoridades les identificaron como Sonia Argentina Guzmán, de 25 años; Diana Velázquez Alvarado, de 21; Julisa Molina Rivera, de 31; Jose Jonathan Casarez, de 18; y Daniel Enrique Laso, de 8.
«[Oropeza] Está suelto, y es una amenaza para la comunidad«, dijo el agente especial a cargo del FBI de Houston, James Smith.
El sheriff local Greg Capers dijo: «Lo estamos rastreando con perros y hombres a caballo y drones en el aire«.
«En este momento, podría estar en cualquier lugar», agregó.
El tiroteo tuvo lugar el viernes por la noche en la pequeña ciudad de Cleveland, condado de San Jacinto, al norte de Houston.
La oficina del sheriff local dijo que inicialmente recibió una llamada por una denuncia de «acoso».
Los investigadores creen que las víctimas le habían pedido a Oropeza -quien se cree que había estado bebiendo- que dejara de disparar para poder dormir a un bebé.
La policía dice que el sospechoso respondió: «Voy a disparar en mi patio delantero, voy a hacer lo que yo quiera en mi casa».
Después de que ambas partes se regresaran a sus casas, el sospechoso «llenó su cargador y caminó hacia la casa de sus vecinos y empezó a disparar», contó el sheriff Capers.
Un total de diez personas estaban en la propiedad en ese momento. Los adultos fueron declarados muertos en la escena del incidente, y el niño de ocho años murió en un hospital.
Se cree que el pistolero utilizó un rifle semiautomático AR-15.
El sheriff Capers dijo que los asesinatos se habían llevado a cabo «casi como una ejecución», con disparos por encima del cuello a corta distancia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Honduras, Enrique Reina, tuiteó: «Exigimos que se aplique todo el peso de la ley contra los responsables de este crimen».
El incidente ocurrió días después de que nueve personas resultaran heridas en un tiroteo durante una fiesta de adolescentes al oeste de Texas.
Hace dos semanas, cuatro jóvenes fueron asesinados a tiros durante una fiesta de cumpleaños en Alabama.
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