El enviado especial de Estados Unidos para Irán, Brian Hook,dimitió este jueves, según ha confirmado el Departamento de Estado, que nombró inmediatamente en el cargo a Elliott Abrams, quien es también comisionado especial para Venezuela.
Abrams, quien fue condenado por dos delitos menores de ocultar información al Congreso durante el asunto Irán-Contra, ahora servirá a la administración Trump en asuntos concernientes al país persa.
Perdonado por George HW Bush en 1992, Abrams fue una figura fundamental en el escándalo de política exterior que sacudió a la administración Reagan, mintiendo al Congreso sobre su conocimiento del complot para vender armas de manera encubierta al gobierno de Jomeini y utilizar las ganancias para financiar ilegalmente el gobierno de Reagan.
“Brian Hook ha decidido dimitir de su cargo”, resaltó este viernes el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien dijo que los resultados históricos” obtenidos por Hook a la hora de “hacer frente al régimen iraní” durante los dos años que ha sido representante especial para Irán.
Hook había adelantado en una entrevista publicada horas antes por el diario estadounidense The New York Times que iba a presentar su dimisión. “Nunca es un buen momento para marcharse”, reconoció en la misma.
Argumentó que la política estadounidense contra Irán ha provocado “el colapso de sus finanzas”, antes de indicar que, en cualquier caso, Washington “querría lograr un nuevo acuerdo (nuclear) con el régimen”.
Las tensiones entre Washington y Teherán han aumentado desde que Estados Unidos se retirara en 2018 del acuerdo nuclear de 2015 y repuntaron en enero después de que el Ejército estadounidense matara en un bombardeo en Irak al jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria, Qasem Soleimani.
Elliott Abrams compartirá funciones ahora monitoreando asuntos en dos países, Irán y Venezuela, cuyos gobiernos son aliados y en últimas semanas han consolidado su unión con acuerdos energéticos y económicos.