En Brasil tienen los ojos puestos en la frontera con Venezuela. El ministro de Defensa de ese país, Raúl Jungmann, dijo que su despacho prepara “planes de contingencia” frente a un posible y “no deseado” agravamiento de la aguda crisis del vecino país, que pudiera redundar en una fuerte ola migratoria.
También señaló que reenviará a Venezuela a su embajador e invitará al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, a un encuentro para reforzar las relaciones entre los dos países en materia de seguridad.
“Hay una preocupación desde el punto de vista de la defensa, pero es una preocupación sobre todo humanitaria“, declaró Jungmann en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros este miércoles 17 de mayo.
Según el ministro, la crisis en que se ha sumergido Venezuela, con una creciente escasez de alimentos y medicinas, ha generado un importante movimiento migratorio que “obliga a estar preparados” para una eventual llegada masiva de ciudadanos de ese país.
“No queremos que la situación se agrave”, pero hay que prepararse para una posible agudización de esa crisis, lo que significa atender una mayor presión migratoria, indicó Jungmann.
Según datos no oficiales, en Brasil se encuentran actualmente unos 10.000 venezolanos, distribuidos en los estados de Roraima y Amazonas, por los que discurre una línea fronteriza de casi 2.000 kilómetros.
Jungmann precisó que entre 6.000 y 8.000 venezolanos atraviesan esa frontera cada día, sobre todo por Roraima, para adquirir alimentos y medicinas que en su país escasean.
Agregó que el Gobierno brasileño considera que es posible y se deben “buscar los canales de interlocución adecuados” para alcanzar una “solución política” a esa situación.
Explicó que el Gobierno de Michel Temer determinó que la próxima semana regresará a Caracas el embajador brasileño Ruy Pereira, llamado a consultas a fines de 2016.
En el corto plazo, pretende invitar al general Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Venezuela, a conversar sobre seguridad fronteriza y el combate conjunto a los delitos trasnacionales.
EFE