Hasta una nevera se intentaron llevar los ladrones

“Con el corazón en la boca”, Albina Wide llegó al Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT-UCV) la mañana de este miércoles 9 de marzo. Allí es jefa de Biotecnología y miembro del Consejo Directivo, pero  tras el último de los once robos que sufrieron las instalaciones de la institución en lo que va de año, teme que solo falte que los maleantes los agredan. “Llegué esta mañana a las 6:30, escuché un ruido y lo primero que se me vino a la cabeza fue que ya me iban a asaltar. Pasé toda la noche en vela pensando si se habían vuelto a meter en los laboratorios a los que no pudieron entrar hasta ahora”, expresó.

Con remaches y rejas de acero, los trabajadores intentaron hacerle frente a la destrucción de las puertas de los laboratorios saqueados el fin de semana pasado. Incluso protegidas con cerraduras Multilock, los sujetos reventaron más de cinco puertas y “se llevaron no solo cosas tan simples como inyectadoras, sino que dañaron reactivos, microscopios y lo que no se robaron simplemente lo destruyeron y lo tiraron  en los pasillos”, constató  Raiza Ruiz, investigadora del IMT. Hasta una nevera intentaron sacar por una ventana y al no poder, la dejaron guindando en el borde de la estructura.

Entre los objetos dañados se encuentra varios equipos que se requieren para la realización de exámenes, pero también las computadoras donde se guarda valiosa información sobre diagnósticos y enfermedades. “Para nosotros es terriblemente difícil obtener esas cosas. Todo lo hemos conseguido con un enorme sacrificio, por proyectos de investigación, por cursos, donaciones, acoso a las autoridades  y mucho, inclusive, con esfuerzo personal de los profesores e investigadores”. Ruiz concluye que las pérdidas son invaluables. “Es una desgracia”, aseguró con pesar.

El IMT es un centro de referencia nacional especializado en el diagnóstico de la enfermedad de Chagas y toxoplasmosis. Es el único en todo el país que determina casos de hidatidosis humana y toxocariasis, así como es uno de los pocos que refiere enfermedades como la bilharzia y cisticercosis, según indicó la doctora. Muchos de estos padecimientos tienen que ver con parásitos en el cuerpo y son complejos de tratar.

Pero la inseguridad dejó inoperativo el centro. La mañana de este miércoles un grupo de trabajadores colocó en la puerta principal del instituto pancartas que aludían al cierre “obligatorio”, debido a los robos. Las doctoras aseguran que muchos se encuentran todavía en shock. Cerca de 80 personas laboran allí entre empleados, médicos e investigadores, sin embargo insisten en que no son ellos los más afectados. “Aquí se revisan 800 muestras semanales y en un día ven clase hasta 900 alumnos”, señaló Ruiz. En su opinión esta situación perjudica más  a pacientes y estudiantes que a ellos mismos, que no dejarán de recibir su salario.

“Ayer venían las personas, desesperadas a buscar sus resultados y, ¿con qué cara le podemos decir  que no se lo vamos a poder dar?”, se preguntó Wide. Uno de los afectados fue Richard Díaz, según señaló Últimas Noticias. “Luego de ocho horas montado en un autobús, desde Cumaná, con sospecha de leishmaniasis, llegó a las 7 y media a las puertas del Instituto de medicina tropical Dr Felix Pífano y lo encontró cerrado”, señala Doris Barrios en un reportaje publicado en el diario nacional. Estudiantes de las cátedras de microbiología, parasitología y medicina tropical, también quedaron sin posibilidad de desarrollar sus materias.

Ladrones en peligro mortal

Hace quince días los maleantes abrieron una cava con material biológico en el laboratorio de microbiología y se expusieron a altas dosis de un hongo peligroso y letal. “Esas personas están corriendo riesgo de vida y deben saberlo (…)tienen que acudir a una institución de salud, porque podrían presentar cuadro muy grave y sin tratamiento van a fallecer”, indica Ruiz. Tras el último robo los anuncios con la advertencia se encontraban pisoteados en el suelo.

“Se ensañaron tanto, que cambiar la cerradura ya no vale. La última vez pensamos que se había resuelto colocando las Multilock, pero por lo visto tienen mucha fuerza”, apuntó la especialista en Biotecnología Albina Wide. Este miércoles tuvieron un derecho de palabra en el Consejo Universitario en el que plasmaron la situación. Cada uno de los robos, señalan las expertas, fueron notificados a las autoridades pero solo esta última vez recibieron como respuesta la vigilancia durante la noche.

Andreina Duarte, médico y profesora del instituto explicó a Efecto Cocuyo que en la sección de Bacteriologia robaron CPU, monitores, router, impresoras, ventiladores, tubos de ensayo y los reguladores de las neveras. “En otra sección, donde se esteriliza el material utilizado para el cultivo de muestras de los pacientes y de las prácticas de estudiantes de medicina tropical, nos robaron placas, los cepillos para lavar los tubos, el ventilador, el microondas, el envase de la licuadora que utilizamos para preparar los medios Lowestein Jensen que usamos para sembrar muestras de pacientes cuando se sospecha de tuberculosis y se llevaron la acetona para preparar las coloraciones de las practicas de los estudiantes de Microbiologia de segundo año”, especificó.

Tanto Ruiz como Wide ven difícil poder realizar un balance económico de las pérdidas que representa este suceso. Insistieron en que lo más lamentable es que no saben cuándo podrán reincorporarse. “No sabemos qué hacer para mantener esto. Debemos hacer un registro, cada laboratorio con lo que se perdió pero es que fue tan grande la magnitud del desastre, que no podemos calcular”, indicó Ruiz. Incluso registraron la pérdida de  tratamietnos que no se consiguen en el país “Los dejaron regados, tirados en el piso”, puntualizó con pesar.

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