«El colapso de la producción petrolera de Venezuela luego de las sanciones es paralelo al de los países involucrados en guerras o huelgas petroleras». Así lo indicó el economista Francisco Rodríguez, jefe de la firma Torino Economics, en su más reciente informe publicado el pasado 24 de junio.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la consultora económica, con sede en Nueva York, el país ha dejado de producir 797.000 barriles diarios de petróleo y perdido unos 16.900 millones de dólares desde la imposición de sanciones financieras en agosto de 2017.
«La destrucción de la producción es similar a lo que vemos solo cuando los soldados queman los campos petroleros o los trabajadores deliberadamente detienen la producción», precisa el documento.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ha perdido más de un tercio de la producción que tenía en 2014. En ese lapso la estatal pasó de elaborar más de dos millones de barriles diario de crudo a solo 741.000 b/d en mayo de este año, según datos ofrecidos por las fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Sin embargo, desde la implementación de las primeras sanciones financieras del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en 2017, el deterioro de la industria petrolera venezolana se aceleró. Ello principalmente por las dificultades para mantener las exportaciones, de conseguir financiamiento y por falta de inversión en el mantenimiento de la industria.
«Todos los países que han recibido sanciones petroleras impuestas han experimentado importantes disminuciones en la producción. No hay razón para esperar que Venezuela sea una excepción», expresa Rodríguez a través de un mensaje en su cuenta en Twitter.
Para ello usa como referencia el caso de Irán, otro país con amplias reservas de petróleo que ha sufrido numerosos altibajos en su producción tras las constantes sanciones decretadas por el Gobierno estadounidense.
Las sanciones financieras surgen como un mecanismo de presión contra la administración de Nicolás Maduro. Si bien ha limitado el margen de acción del Gobierno venezolano, no han podido dar solución a la crisis política, social y económica que vive el país.
Foto principal: Reuters
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«El colapso de la producción petrolera de Venezuela luego de las sanciones es paralelo al de los países involucrados en guerras o huelgas petroleras». Así lo indicó el economista Francisco Rodríguez, jefe de la firma Torino Economics, en su más reciente informe publicado el pasado 24 de junio.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la consultora económica, con sede en Nueva York, el país ha dejado de producir 797.000 barriles diarios de petróleo y perdido unos 16.900 millones de dólares desde la imposición de sanciones financieras en agosto de 2017.
«La destrucción de la producción es similar a lo que vemos solo cuando los soldados queman los campos petroleros o los trabajadores deliberadamente detienen la producción», precisa el documento.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ha perdido más de un tercio de la producción que tenía en 2014. En ese lapso la estatal pasó de elaborar más de dos millones de barriles diario de crudo a solo 741.000 b/d en mayo de este año, según datos ofrecidos por las fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Sin embargo, desde la implementación de las primeras sanciones financieras del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en 2017, el deterioro de la industria petrolera venezolana se aceleró. Ello principalmente por las dificultades para mantener las exportaciones, de conseguir financiamiento y por falta de inversión en el mantenimiento de la industria.
«Todos los países que han recibido sanciones petroleras impuestas han experimentado importantes disminuciones en la producción. No hay razón para esperar que Venezuela sea una excepción», expresa Rodríguez a través de un mensaje en su cuenta en Twitter.
Para ello usa como referencia el caso de Irán, otro país con amplias reservas de petróleo que ha sufrido numerosos altibajos en su producción tras las constantes sanciones decretadas por el Gobierno estadounidense.
Las sanciones financieras surgen como un mecanismo de presión contra la administración de Nicolás Maduro. Si bien ha limitado el margen de acción del Gobierno venezolano, no han podido dar solución a la crisis política, social y económica que vive el país.
Foto principal: Reuters